El acuerdo en Gaza se rompe en menos de 24 horas
El acuerdo en Gaza se rompe en menos de 24 horas
¡Atención, gente de Vinyl Station Radio! La esperanza que se vislumbraba en el horizonte de Gaza ha comenzado a desvanecerse. Lo que parecía un avance significativo hacia la paz, un acuerdo de intercambio de rehenes por presos, se ha resquebrajado en menos de un día. La tensión vuelve a escalar y las acusaciones mutuas están a la orden del día, poniendo en jaque el tan celebrado plan.
El presidente estadounidense había anunciado a bombo y platillo en Egipto que la «segunda fase estaba en marcha». Sin embargo, ahora vemos que ni siquiera la primera etapa ha logrado consolidarse. Este cese al fuego, tan esperado y necesario, se enfrenta a obstáculos que desafían su solidez, dejándonos con más preguntas que respuestas sobre el futuro de la región.
Primeras grietas en un pacto frágil
La situación es esta: a solo veinticuatro horas de un intercambio que prometía un respiro, tanto Israel como Hamás se están acusando de incumplir los términos pactados. Resulta que Hamás no ha entregado todos los cuerpos de los rehenes fallecidos. Como era de esperarse, esto ha provocado una respuesta contundente por parte de Israel, que ha optado por reducir a la mitad la entrada de ayuda humanitaria, una medida que, sin duda, impacta directamente a la población gazatí.
Pero la cosa no termina ahí. Por si fuera poco, y por primera vez desde que el alto el fuego entró en vigor, el Ejército israelí abrió fuego contra gazatíes que intentaban regresar a sus hogares. Este trágico incidente, que dejó al menos nueve muertos, ocurrió cuando cruzaron la «línea amarilla» establecida, una señal clara de la fragilidad del momento y de la alta tensión en la zona.
El doloroso recuento de los que faltan
El proceso de entrega de cuerpos ha sido lento y doloroso. El lunes, Hamás entregó cuatro de los 28 cuerpos de los rehenes fallecidos. Un día después, otros cuatro restos llegaron a la Cruz Roja. Esta situación llevó al ministro de Defensa israelí a calificarlo como una «violación flagrante» del acuerdo por parte de los islamistas.
La Cruz Roja, por su parte, ha advertido que recuperar a todos los cautivos restantes podría llevar «mucho más tiempo» debido a las complejas condiciones en Gaza. A pesar de esta advertencia, la paciencia de Israel parece haber llegado a su límite, lo que ha desencadenado las represalias que estamos presenciando.
En la plaza de los Rehenes en Tel Aviv, el sentimiento es de angustia. Allí, una sección especial con las fotos de los 24 caídos que aún no han regresado, un verdadero «bosque de banderas de Israel», es un crudo recordatorio de lo que aún falta. «Tienen que devolver los cuerpos de manera inmediata porque sin ellos no podemos decir que todos han vuelto a casa», expresaba una de las voces habituales en la plaza, reflejando el sentir de muchos.
El bloqueo como arma de presión
La respuesta israelí no se ha hecho esperar, y ha sido doble. Por un lado, siguiendo la recomendación de sus fuerzas de seguridad, han decidido retrasar la apertura del paso de Rafah para peatones. Por otro, han reducido drásticamente el flujo de ayuda humanitaria a solo 300 camiones, cuando el acuerdo original contemplaba la entrada de 600. Esto es más que un simple ajuste; es un mensaje claro. Israel mantiene un control absoluto sobre los accesos por tierra, mar y aire a la Franja, y el bloqueo se consolida como una poderosa herramienta de presión contra los islamistas.
El laberinto del desarme y la retirada
Llegar a este acuerdo de intercambio de rehenes por presos y al cese al fuego fue una odisea de dos años, con una fuerte presión internacional. Pero, a juzgar por lo que se viene, esa parece haber sido la parte sencilla. Ahora, el verdadero desafío comienza: Israel exige el desarme de Hamás y la desmilitarización de la Franja. Una tarea titánica, por decir lo menos.
Lo que hemos visto en los últimos días es que, tras la retirada inicial del Ejército, los islamistas han vuelto a salir de los túneles y han reafirmado su control en el territorio. Han lanzado una campaña intensa contra aquellos a quienes acusan de colaborar con Israel. La situación se complica porque, si no hay desarme, el escenario para Hamás en Gaza podría asemejarse al del Líbano, donde existe un pacto con Hizbolá, pero esta milicia continúa armada y es objeto de ataques constantes. Israel ha cedido la mitad de la Franja en esta primera fase, pero para una retirada completa, el desarme del enemigo es una condición innegociable.
Un futuro político incierto para Gaza
El plan, bastante difuso, que se puso sobre la mesa, hablaba de establecer una fuerza internacional y un comité palestino de gobierno temporal, supervisado por una «Junta de paz» liderada por el propio presidente estadounidense. En este sentido, Egipto ha adelantado que quince tecnócratas palestinos han sido seleccionados para administrar Gaza, una lista que, aparentemente, cuenta con el visto bueno de todas las facciones relevantes.
Sin embargo, a pesar de estas intenciones, la realidad es tozuda. El ministro de Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, recalcó que, aunque Hamás tiene el control de las calles y las armas ahora mismo, «no tienen ningún papel en el período de transición». Una declaración impactante que muchos se preguntan cómo se materializará en la práctica.
El primer ministro palestino, Mohamed Mustafa, también ha alzado su voz, subrayando que «el cese de la guerra por sí solo no basta para poner fin a la tragedia». Insiste en que la verdadera garantía de paz y seguridad pasa por empoderar al gobierno palestino para que asuma plenamente sus responsabilidades, reconociendo que los desafíos son «inmensos y la responsabilidad enorme». La gran incógnita es que Israel, de momento, no acepta que la Autoridad Nacional Palestina extienda su poder a la Franja, dejando el rol de este gobierno en el aire.
Mientras este pulso de poder continúa, la gente de Gaza clama por ayuda. Los camiones que han logrado entrar en los últimos días solo han podido llegar a las zonas del centro y sur de la Franja. El norte, especialmente la Ciudad de Gaza, sigue siendo inaccesible debido a los graves daños en las carreteras. Una situación desesperada que nos recuerda que, más allá de los acuerdos y las políticas, hay vidas humanas en juego.
Fuente original de la información: ABC – Mikel Ayestaran
Créditos de la imagen: EP