El disco de Rosalía que ni Freddie Mercury se atrevió a soñar
El disco de Rosalía que ni Freddie Mercury se atrevió a soñar
¡Atención, melómanos y amantes de la buena música! Prepárense para lo que se viene. Imaginen esto: hace medio siglo, un genio llamado Freddie Mercury le contaba a su discográfica que quería fusionar el rock con la grandeza de la ópera y la música clásica, mezclando estilos e idiomas sin límites. Medio siglo después, con un pequeño cambio de «rock» por «pop», ¡tenemos a Rosalía haciendo exactamente lo mismo!
Su cuarto trabajo de estudio, ‘Lux’, es una auténtica revolución. No estamos hablando solo de un disco, sino de una catedral de pópera levantada con un respeto increíble por su propia identidad, por la música que crea y, lo más importante, por todos nosotros, sus oyentes. Es una propuesta tan audaz que, si bien no es ‘A Night at the Opera’ ni ‘Berghain’ es ‘Bohemian Rhapsody’, la analogía con el espíritu transgresor de Mercury sirve a la perfección para entender la magnitud de lo que ha logrado la artista catalana.
Con ‘Lux’, Rosalía da un giro de timón, rompiendo con el sonido latino que quizás muchos esperaban, en pos de una sonoridad más europea. Pero no se engañen, esto no significa que se olvide del mundo. Todo lo contrario. Estamos frente a uno de los álbumes más globales de la música reciente, una verdadera Torre de Babel sonora que mezcla ¡catorce idiomas diferentes! Desde el español y el catalán que ya conocemos, hasta el inglés, latín, siciliano, portugués, francés, ucraniano, árabe, mandarín, alemán, hebreo, japonés, y una joya escondida: el caló. Sí, han leído bien. El caló, esa lengua gitana que invoca a «Undivel», el dios gitano. ¡Una movida arriesgada y espectacular que demuestra la visión sin fronteras de la artista!
Un Viaje Sonoro sin Precedentes
Desde el primer acorde, ‘Lux’ nos sumerge en una batalla épica entre lo terrenal y lo divino. El pistoletazo de salida lo da la preciosista ‘Sexo, violencia y llantas’, una introducción que termina por todo lo alto, dejándonos listos para ‘Reliquia’. Esta canción, que misteriosamente se filtró antes de tiempo, es un torbellino de martelés de violín y efectos disruptores que desafían las categorías musicales. ¿Música clasitrónica? ¿Por qué no? Aquí, Rosalía nos comparte qué ha ganado y qué ha perdido en la vida, con una honestidad desarmante.
El Primer Movimiento: Inmersión Total
Una vez que nos hemos adentrado en este primer bloque del álbum, nos encontramos con piezas que te atrapan. ‘Divinize’, minimalista y etérea, nos envuelve en su atmósfera. Le sigue ‘Porcelana’, una canción opresiva e inquietante que te eriza la piel, solo para dar paso a la frágil y cinematográfica ‘Mio Cristo’. Cada tema es un capítulo más en este viaje, preparándonos para lo que viene. La orquesta de Rosalía nos demuestra que el pop puede ser tan complejo y profundo como cualquier otro género.
El Segundo Movimiento: La Revelación de ‘Berghain’
Y entonces llega ‘Berghain’, un tema que, para quienes no estén tan familiarizados con las exploraciones musicales, podría sonar a locura pura. Pero, en el contexto de ‘Lux’, se transforma por completo. Ya no es solo una canción, sino una pieza fundamental de una historia que a estas alturas ya se ha vuelto completamente fascinante. Es el momento en que te das cuenta de que este no es un disco para escuchar por separado, sino una obra integral. ‘Lux’ es una de esas joyas que revalorizan el concepto de álbum en el pop de masas, demostrando que cada canción tiene su verdadero peso dentro del conjunto.
Pero ‘Berghain’ es solo una probadita de lo que nos espera. ‘La Perla’ nos sorprende con una delicada ranchera valseada, con un punto ácido en su letra de desamor que se te pega al instante. Y, cómo no, el cante jondo, tan característico de Rosalía, emerge en su forma más pura en ‘Mundo Nuevo’, para luego mezclarse con su modernidad inconfundible en ‘De Madrugá’. Esta última, de hecho, es un guiño al pasado, una canción que Rosalía ya interpretó en la mítica Plaza de Colón en 2018, en aquel concierto que marcó un antes y un después en su carrera post-flamenca.
Temas Emblemáticos y Reflexiones
Dentro de este discazo, algunos temas brillan con luz propia. ‘Dios Es Un Stalker’ fusiona el jondo con pianos caribeños y percusiones que te envuelven por completo. ‘La Yugular’ es un canto casi a capella, arropado por una orquestación sedosa que te acaricia el alma. Y en ‘Focu ‘ranni’, una voz hipnótica recita un poema que desemboca en un spoken-word sobre la fe, invitándonos a una reflexión profunda. Luego, en ‘Sauvignon Blanc’, uno de los hits más etéreos de ‘Lux’, Rosalía parece a punto de quebrar su voz, mostrando una vulnerabilidad impresionante.
Pero la calma dura poco, porque la fuerza de Rosalía reaparece en ‘Novia robot’. Aquí, la artista nos regala un desafiante alegato feminista, ¡rapeando en chino mandarín! Es un puñetazo en la mesa, una declaración de intenciones que te deja sin aliento. Un momento de poder y autenticidad que reafirma su posición como una de las artistas más innovadoras de nuestra era.
Fin de un Viaje Inolvidable
‘La Rumba Del Perdón’ es un viaje a rincones inesperados del género, llevándolo a cotas alucinantes. Y en la melancólica ‘Memória’, la interpretación es tan delicada y pura que te dan ganas de abrazarla. Cuando el disco se acerca a su fin con ‘Magnolias’, sientes esa misma nostalgia que te invade al despedirte de esos amigos con los que has compartido una aventura increíble. Es una sensación agridulce, pero profundamente gratificante. ‘Lux’ consigue crear una conexión especial entre el oyente y la obra, una pieza maestra valiente donde la voz de Rosalía es el faro que ordena el caos.
Ella no busca refugio. Se enfrenta a los elementos, dirige el rumbo desde lo más alto, sin miedo a nada. Es una aventura sonora que no es para escuchar en el metro, a menos que quieras arriesgarte a perder tu parada o, mejor aún, a olvidarte del mundo por completo. Porque eso es lo que hace ‘Lux’: te absorbe, te transporta, te transforma.
Rosalía: Una Artista «Total»
Rosalía ya era una artista completa, de eso no cabe duda. Pero con ‘Lux’, esta colección de canciones que desbordan excelencia, verdad y fuerza, se adentra en una nueva senda. Una senda que la acerca al nivel de «totalismo» de gigantes como su admirada Björk, o la incomparable Nina Simone. Es la confirmación de que estamos ante una artista con una visión y una capacidad de ejecución fuera de lo común. Su impacto musical es innegable, pero también su influencia va más allá.
Con ‘Lux’, Rosalía demuestra ser una influencer colosal, pero es importante no caer en exageraciones. Si bien pone cosas de moda y su lanzamiento es un evento cultural, no debemos cargarla con la responsabilidad de ser la «Mesías del pop» que nos salvará de la mediocridad. Disfrutemos de este disco espectacular, celebremos que millones de jóvenes que la siguen van a crecer culturalmente escuchando este salto cualitativo artístico. Si queremos, podemos incluso elevarlo al estatus de nuevo paradigma pop. Pero, por favor, no la endiosemos tanto. No tiene por qué cargar con nuestros pecados ahora que ha cumplido los 33. ¡Simplemente, disfrutemos de su arte!
Fuente original de la información: ABC – Nacho Serrano
Créditos de la imagen: abc