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El final del caos en Washington y la jugada impensable de Trump

El final del caos en Washington y la jugada impensable de Trump El final del caos en Washington y la jugada impensable de Trump ¡Atención, amantes del ritmo de ...






El final del caos en Washington y la jugada impensable de Trump

El final del caos en Washington y la jugada impensable de Trump

¡Atención, amantes del ritmo de la actualidad! En un giro que pocos vieron venir, el Gobierno federal de Estados Unidos ha vuelto a abrir sus puertas, poniendo fin a la parálisis más prolongada en la historia reciente del país. Fueron 43 días de incertidumbre, caos y mucha tensión en el Capitolio, pero la música vuelve a sonar en los pasillos de poder. ¿Cómo se llegó a este punto? ¿Quién ganó realmente este pulso de titanes políticos?

Imagina un escenario donde decenas de agencias gubernamentales estaban sin operar, más de un millón de funcionarios con sus salarios congelados, y la vida de millones de personas pendiendo de un hilo. Desde miles de vuelos cancelados por escasez de controladores aéreos hasta la amenaza sobre la ayuda alimentaria de decenas de millones de ciudadanos. Esto no es el guion de una película de ciencia ficción, sino la cruda realidad que vivió la primera potencia mundial durante este cierre gubernamental. La raíz de todo este drama fue la falta de acuerdo presupuestario entre republicanos y demócratas, un desacuerdo centrado en la extensión de los subsidios para coberturas médicas. Los demócratas los exigían, los republicanos se negaban en redondo, y así la tensión escaló hasta límites insospechados.

Un giro inesperado en la Cámara de Representantes y el Senado

La solución llegó desde un lugar igualmente inesperado. La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, aprobó una ley de gasto crucial. Esta aprobación no fue unánime, pero sí suficiente, con 222 votos a favor y 209 en contra. Lo más sorprendente de este desenlace es que la votación contó con el apoyo de seis diputados demócratas, que se unieron a la causa republicana, y, por otro lado, dos republicanos que votaron en contra. Este movimiento fue el resultado directo de un acuerdo previo en el Senado, donde ocho senadores demócratas, considerados «díscolos» por muchos dentro de su propio partido, cedieron en la demanda principal de los subsidios sanitarios.

¿Qué obtuvieron a cambio? Una serie de compromisos que buscaban aliviar la crisis generada: la reintegración de miles de funcionarios despedidos, la devolución de los salarios adeudados y una promesa clave: los republicanos se comprometieron a someter a votación de forma separada el espinoso asunto de los subsidios sanitarios en diciembre. Una vez sellado este acuerdo en el Capitolio, la ley hizo su recorrido hasta la Casa Blanca, donde Donald Trump, con su característica firma, puso fin oficial al cierre gubernamental.

La retórica tajante de Trump y la supuesta «victoria» republicana

Desde el Despacho Oval, rodeado de líderes republicanos, Trump no escatimó en palabras contundentes. «Hoy estamos enviando un mensaje claro: nunca cederemos a la extorsión», declaró. Y apuntó directamente a los demócratas, acusándolos de intentar «extorsionar al país». Para Trump y el Partido Republicano, el fin del cierre gubernamental es percibido como una victoria rotunda.

A lo largo de todo el proceso, Trump mantuvo una postura maximalista, sin ceder un solo milímetro en las negociaciones. Esta estrategia, según él, terminó por doblegar a la oposición. «Esto ha costado 1,5 billones de dólares al país», afirmó Trump, culpando a los demócratas de actuar por «razones puramente políticas». Y con la mirada puesta en el futuro, no desaprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje de cara a las próximas elecciones legislativas: «Solo quiero decir al pueblo de EE.UU. que no se olvide de esto cuando lleguen las elecciones legislativas», advirtiendo a los votantes para que no olviden «lo que han hecho a nuestro país».

Las secuelas políticas y la división en ambos partidos

Ahora, la pregunta del millón es: ¿a quién le pasará factura este cierre gubernamental? Las encuestas previas indicaban que la mayoría de los estadounidenses responsabilizaban a Trump y a los republicanos. Además, el posible encarecimiento de las pólizas médicas podría generar un descontento aún mayor, especialmente en un país donde el coste de la vida preocupa a muchos.

El fin de este episodio abre un nuevo capítulo de complejidades para los dos partidos. Los republicanos se enfrentan al reto de cumplir su promesa de llevar a votación los subsidios sanitarios. Aunque existe escepticismo, como lo expresó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, al asegurar que «los republicanos exigirán muchas reformas antes que nada de eso se haga posible». La bancada conservadora es consciente de que el encarecimiento de las pólizas sería impopular y podría poner en peligro sus escaños en futuras elecciones.

Mientras tanto, en la orilla demócrata, el fin del cierre gubernamental ha dejado profundas heridas. La división entre las facciones centrista e izquierdista es palpable. Los más progresistas han sido extremadamente críticos con los senadores «díscolos» que, al ceder, permitieron lo que consideran una «victoria» republicana. La diputada Alexandria Ocasio-Cortez, voz prominente de la izquierda, expresó su frustración sobre el sufrimiento que muchos estadounidenses experimentaron, señalando la «crueldad» de la postura de la Administración Trump. Este cierre, sin duda, resonará en la política estadounidense mucho tiempo después de que los funcionarios hayan vuelto a sus puestos de trabajo, dejando un reguero de debates y desafíos para el futuro.

Fuente original de la información: ABC – Javier Ansorena

Créditos de la imagen: EFE

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