El giro inesperado que nadie vio venir en el Open de España
El giro inesperado que nadie vio venir en el Open de España
¡Atención, amantes del deporte y del drama sobre el green! El Open de España nos ha regalado una jornada que difícilmente olvidaremos, llena de contrastes, emociones a flor de piel y, sobre todo, una buena dosis de esa magia que solo el golf puede ofrecer. Porque, convengamos, ¿qué otro deporte te permite animar a varios jugadores a la vez, celebrar cada buen golpe y sufrir con cada error sin caer en odios ni favoritismos extremos? Esta es la esencia que vivimos este fin de semana en el Club de Campo Villa de Madrid, donde el público vibró con cada tacada, cada putt y cada golpe maestro.
Caras de la moneda: Ángel Ayora y Jon Rahm en la cima, Ángel Hidalgo en la cuerda floja
Mientras algunos se elevaban sobre las nubes, otros luchaban contra los elementos. Los aficionados españoles dedicaron sus más fervientes aplausos a los golpes espectaculares de Ángel Ayora y Jon Rahm, quienes volaron alto, impulsados por la energía contagiosa de la multitud. Sus miradas reflejaban la euforia del momento, la adrenalina de competir en casa y el sueño de conquistar una hazaña. El apoyo incondicional de los seguidores, que llenaron cada rincón del Club de Campo, fue un motor imparable para estos fenómenos del golf.
Pero el golf, como la vida misma, tiene sus giros inesperados. La otra cara de la moneda la protagonizó Ángel Hidalgo. El vigente campeón, que llegaba con todas las miradas puestas en él, no pudo superar una segunda vuelta que se le atragantó de principio a fin. Un doble ‘bogey’ en el hoyo 11 se convirtió en una losa pesada, arrastrándolo por el resto del recorrido. En su afán por arriesgar y mantenerse en la competición, los errores se encadenaron, impidiendo que pasara el corte. «Me fastidia no poder estar el fin de semana para defender mi título, pero todo lo que podía salir mal, salió mal», lamentó el golfista malagueño, reflejando la frustración de un día donde nada parecía salir a su favor. Es un recordatorio de que, incluso los campeones, tienen jornadas donde el campo les juega una mala pasada.
El futuro brilla para los jóvenes talentos y las remontadas épicas
Sin embargo, la historia de este Open de España está lejos de terminar. Para la alegría de todos, Ángel Ayora y Jon Rahm seguirán dando guerra. Sus estados de ánimo, aunque eufóricos, revelan perspectivas diferentes de la competición. El joven andaluz, de solo 21 años, no podía ocultar su emoción al verse como el primer nacional en la tabla. «Es todo un orgullo verme ahí, pues no me lo podía imaginar al empezar el torneo y, como estoy jugando muy bien, espero poder seguir lo más arriba posible», confesó con una luz especial en sus ojos. Su frescura y descaro prometen grandes momentos en los próximos días.
Por otro lado, el vasco Jon Rahm, con sus 30 años y una calma que denota experiencia, analizaba su recuperación con la cabeza fría. Ha conseguido recortar dos de los siete golpes de desventaja con los que empezó la jornada, un logro nada despreciable. «He jugado muy bien, cómodo, pegando grandes golpes y con algunos momentos de suerte cuando hacía falta», explicó. No obstante, también se mostró crítico consigo mismo: «Pero también ha sido frustrante ver que he tenido tantas ocasiones de rebajar la tarjeta en los ‘greens’ que no he sabido aprovechar.» Esta autocrítica es lo que lo convierte en un campeón, y la mejor parte es que, incluso con un pateo que él mismo considera mejorable, se encuentra a tan solo cinco impactos del líder a falta de 36 hoyos. ¡Sus opciones de alcanzar su cuarto título están más que abiertas!
La hinchada enciende el ambiente: ¿remontada a la vista?
La tabla de clasificación nos trae más buenas noticias para el golf español. Con la misma puntuación de -4, encontramos a David Puig, Rafa Cabrera y Luis Masveu. Esto significa que tenemos a ¡cinco golfistas locales entre los veinte primeros! Una cifra que, sin duda, aviva las esperanzas y la emoción del público. La presencia de tantos talentos nacionales garantiza una atmósfera vibrante y un fin de semana lleno de pasión.
Y es que la «bombonera de la Carretera de Castilla», como se conoce cariñosamente al Club de Campo Villa de Madrid, tiene un efecto mágico en los golfistas españoles. Este es un campo que ha sido testigo de innumerables remontadas y proezas, donde el aliento del público puede obrar milagros. El líder actual, el inglés Marco Penge, quien acumula -9 y ha tenido un año brillante con dos victorias, sabe que las cosas no serán fáciles. Aunque es uno de los jugadores más en forma y su nombre incluso sonó para la Ryder Cup europea, el influjo de la afición española es un factor a tener muy en cuenta. Si algo nos ha enseñado la historia del deporte, es que un público entregado puede transformar lo imposible en realidad, inspirando gestas que recuerdan a las grandes remontadas del viejo Bernabéu. ¡Prepárense para un fin de semana épico!
Fuente original de la información: ABC – Nuria Pombo
Créditos de la imagen: EFE