El incidente en Santo Tomé que casi toca El Greco
El incidente en Santo Tomé que casi toca El Greco
¡Atención, amantes del arte y la historia! Un susto mayúsculo ha recorrido las salas de la iglesia de Santo Tomé en Toledo, un lugar sagrado que alberga una de las obras maestras más icónicas de la historia del arte español: «El entierro del Conde de Orgaz» de El Greco. Por suerte, y para alivio de todos, podemos respirar tranquilos, ya que un incidente reciente, que involucró una avería en el sistema de climatización, no llegó a afectar directamente a la joya pictórica.
La noticia, que ha generado cierta preocupación entre la comunidad cultural, nos recuerda la fragilidad y la necesidad de proteger nuestro patrimonio. Por suerte, la rápida actuación y el diseño inteligente de las instalaciones evitaron una catástrofe mayor, demostrando que la prevención es clave cuando se trata de tesoros históricos. Este percance nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre los desafíos constantes a los que se enfrentan las instituciones culturales para preservar obras de incalculable valor, no solo del paso del tiempo, sino también de imprevistos técnicos.
Un susto en la zona técnica
El meollo de la cuestión se originó en la zona técnica de la iglesia de Santo Tomé, un área generalmente fuera del acceso al público y donde se ubican los complejos equipos de climatización. Estos sistemas son fundamentales para mantener unas condiciones óptimas de humedad y temperatura en el interior de la iglesia, cruciales para la conservación de obras de arte tan delicadas como la de El Greco. La avería, por lo tanto, no fue un asunto menor.
Imaginen la escena: en un espacio dedicado a la tecnología que protege el arte, los sensores de alarma se activaron. No fue un escape directo en la sala principal, sino en el corazón operativo que bombea el aire acondicionado. Una fuga o un mal funcionamiento en esta área pueden tener consecuencias nefastas si no se detectan y controlan a tiempo. Por fortuna, el incidente se desarrolló lejos del foco de atención de los visitantes y, más importante aún, de las valiosas pinturas.
El agua abrió camino hacia las taquillas
Aunque el incidente se produjo en la zona técnica, el agua, como bien sabemos, siempre busca su camino. Descendió implacablemente por la pared, abriéndose paso hasta alcanzar un punto más concurrido: la zona de taquillas y la entrada general. Los primeros indicios del problema fueron evidentes al notar la humedad y el agua acumulada en el suelo.
Este recorrido del agua es lo que generó la alerta máxima. Aunque no tocaba directamente la sala principal, el hecho de que el líquido estuviera presente en un área transitoria de la iglesia encendió todas las alarmas. Es en estos momentos cuando la proactividad y la rapidez en la respuesta son vitales. Afortunadamente, los daños reportados se centraron exclusivamente en el suelo y en algunos elementos auxiliares del espacio, sin amenazar la integridad estructural del edificio ni, lo más importante, de las obras de arte expuestas.
La importancia de la prevención y el mantenimiento
Este incidente en Santo Tomé nos sirve como un potente recordatorio de la importancia crítica del mantenimiento preventivo en todas las instituciones que custodian nuestro patrimonio cultural. No se trata solo de exhibir obras de arte, sino de garantizar su supervivencia para las futuras generaciones. Los sistemas de climatización, seguridad y contra incendios, aunque a menudo invisibles al público, son los guardianes silenciosos de estos tesoros.
Invertir en tecnología de vanguardia y en equipos de profesionales altamente cualificados para el mantenimiento y la supervisión de estas infraestructuras no es un gasto, sino una inversión fundamental en la historia y el legado. Un pequeño fallo en un tubo, un sensor averiado o un sistema obsoleto pueden desencadenar eventos que pongan en peligro obras que han resistido siglos. Este casi-susto nos obliga a valorar aún más el trabajo de quienes, día a día, se asegueran de que nuestros museos y templos sigan siendo cápsulas del tiempo.
El Greco, a salvo para seguir maravillando
La buena noticia es que «El entierro del Conde de Orgaz» se mantiene intacto, a salvo del incidente y listo para seguir maravillando a los miles de visitantes que acuden a Santo Tomé cada año. Esta obra, cumbre del manierismo y una de las composiciones más enigmáticas y bellas del maestro cretense, es un imán para los amantes del arte, y su conservación es una prioridad absoluta.
El alivio es palpable entre el equipo de conservación y el público en general. Este episodio, aunque preocupante, ha terminado bien y subraya la necesidad de una vigilancia constante y una capacidad de respuesta eficaz. Toledo, una ciudad que es en sí misma un museo al aire libre, sabe la importancia de su historia y sus monumentos. Que El Greco siga brillando y que este incidente sirva como un nuevo recordatorio de que la preservación del arte nos concierne a todos.
Fuente original de la información: La tribuna de Toledo – LT
Créditos de la imagen: David Pérez