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El inesperado plan de Meloni y Orbán para Europa

El inesperado plan de Meloni y Orbán para Europa El inesperado plan de Meloni y Orbán para Europa ¡Prepárense para una movida estratégica que está sacudiendo lo...






El inesperado plan de Meloni y Orbán para Europa

El inesperado plan de Meloni y Orbán para Europa

¡Prepárense para una movida estratégica que está sacudiendo los cimientos de la Unión Europea! La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha recibido en el majestuoso Palacio Chigi a su homólogo húngaro, Viktor Orbán. Este encuentro no ha pasado desapercibido, pues pone de manifiesto la fuerte sintonía entre dos líderes que comparten una visión marcadamente soberanista, una corriente que está ganando cada vez más terreno en el complejo panorama europeo. La agenda estuvo cargada de temas candentes, desde las relaciones bilaterales hasta la espinosa política migratoria, sin olvidar la crisis en Ucrania y, por supuesto, el ineludible futuro de Europa.

El telón de fondo de esta reunión no es menor. Orbán había tenido una audiencia privada con el Papa León XIV en el mismísimo Vaticano, lo que añade una capa de solemnidad e importancia al viaje. Después de un encuentro tan significativo, la cita con Meloni en la sede de la presidencia del Gobierno italiano se antojaba crucial para analizar los movimientos que se cocinan en el corazón del continente.

Ucrania y el pulso por las sanciones a Rusia

Uno de los puntos más álgidos y debatidos fue, sin duda, la situación en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia. Aquí es donde la postura de Orbán se desmarca notablemente del consenso europeo. El primer ministro húngaro ha dejado muy clara su oposición a las sanciones petroleras, erigiéndose como una voz disidente dentro de la Unión Europea. Y no solo eso, ¡se atrevió a soltar una bomba antes de la reunión! Declaró que «la Unión Europea no cuenta nada» en la resolución del conflicto y expresó su intención de reunirse con Donald Trump para abordar el levantamiento de dichas sanciones. ¡Menuda declaración de principios!

Esta visión húngara, que busca construir una «coalición contra la guerra«, se distancia de la línea atlántica más estricta que adoptan la mayoría de los países de la UE, incluyendo a Italia. Sin embargo, la estrategia de Meloni es astuta. Italia se está posicionando, de manera informal, como un mediador clave en este complejo tablero. La cercanía ideológica con Orbán, lejos de ser un obstáculo, es vista como una oportunidad para mantener abierto un canal de comunicación con Budapest. La meta es clara: buscar un cese al fuego que dé paso a un proceso de negociación serio. Así, Roma pretende utilizar sus influencias para tejer una red diplomática que mantenga la cohesión, a pesar de las notables diferencias. Es un juego de equilibrios fascinante, ¿no les parece?

Algunos sectores, como la formación liberal +Europa, no ven con buenos ojos esta cercanía entre Meloni y Orbán. Lo interpretan como una muestra de complacencia con un líder al que califican de «impostor» y «creador de la democracia iliberal». Pero desde la óptica del gobierno italiano, la clave reside en asegurar la máxima unidad de la UE en decisiones cruciales. Evitar la fragmentación que podría generar un veto húngaro en temas sensibles es una prioridad estratégica.

Migración y el reforzamiento de las fronteras

Otro de los temas donde la sintonía entre Meloni y Orbán fue casi total es la política migratoria. Ambos líderes comparten la necesidad de un control migratorio estricto y el reforzamiento de las fronteras externas de la Unión. Estos pilares son fundamentales en sus respectivas plataformas políticas y constituyen un punto de encuentro innegable. Este entendimiento mutuo solidifica un eje conservador en el seno del Consejo Europeo, que aboga por un cambio radical en la gestión de los flujos migratorios a nivel comunitario. Es un mensaje claro para el resto de Europa: ¡se avecina un cambio en el enfoque de estas políticas!

El futuro de Europa y la unanimidad

El encuentro se saldó con el compromiso de reforzar las relaciones bilaterales y la cooperación en áreas de interés común. Esto confirma que Giorgia Meloni está utilizando su ascendencia política para influir en las dinámicas europeas, incluso si eso implica navegar entre contradicciones y enfrentar críticas. El eje Roma-Budapest es visto por algunos como un freno a la integración y la solidez democrática del proyecto comunitario. Sin embargo, Meloni parece dispuesta a asumir ese riesgo.

Una convergencia crucial entre Meloni y Orbán se encuentra en la defensa del voto por unanimidad en las instituciones europeas. La primera ministra italiana fue más tajante que nunca al declarar en el Senado que no está a favor de ampliar el voto por mayoría. Su prioridad es «defender los intereses nacionales italianos», una postura fundamentalmente soberanista. Esto, de facto, supone un respaldo al mecanismo que, históricamente, ha permitido a países como Hungría ejercer un veto en decisiones sensibles. Es una defensa férrea de la soberanía nacional frente a una mayor integración comunitaria.

Curiosamente, esta postura genera una contradicción interna en el propio gobierno italiano. El ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, una figura destacada del Partido Popular Europeo, apoya la propuesta de Alemania y otros países de superar el derecho de veto, especialmente en política exterior. Este doble juego dentro del gobierno italiano muestra la complejidad y las tensiones que atraviesan la política europea actual. La melodía de la unanimidad resuena fuerte entre Meloni y Orbán, marcando un ritmo que podría definir el futuro de la orquesta europea. ¡Estaremos atentos a cada nota!

Fuente original de la información: ABC – Ángel Gómez Fuentes

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