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El legado que deja John Lodge tras su partida inesperada

El legado que deja John Lodge tras su partida inesperada El legado que deja John Lodge tras su partida inesperada El mundo de la música se viste de luto con la ...






El legado que deja John Lodge tras su partida inesperada

El legado que deja John Lodge tras su partida inesperada

El mundo de la música se viste de luto con la inesperada partida de John Lodge, el inigualable bajista y vocalista que por más de medio siglo fue corazón y alma de la legendaria banda de rock The Moody Blues. A sus 82 años, Lodge nos ha dejado, sumiendo a fans, amigos y familiares en una profunda tristeza. Su familia, a través de un emotivo comunicado, compartió la dolorosa noticia, revelando que John falleció tranquilamente, rodeado de sus seres queridos y con la música de los Everly Brothers y Buddy Holly como telón de fondo. Esto realmente nos hace pensar en cómo los grandes de la música, incluso en sus momentos finales, viven y respiran acordes.

El mensaje de su familia resuena con una sinceridad conmovedora. Destacaron que para John, nada era más importante que el amor inquebrantable por su esposa, Kirsten, y su familia, seguido muy de cerca por su pasión por la música y su fe. Una vida así, dedicada al amor y al arte, es la que celebramos en Vinyl Station Radio. La despedida de su familia, con el eco de su «gracias por mantener la fe», nos recuerda la profunda conexión que forjó con cada persona que tocó su vida, dentro y fuera de los escenarios.

Los primeros acordes de una leyenda

Nacido en Birmingham, el camino musical de John Lodge comenzó en las aulas y pasillos del Birches Green Primary School, el Central Grammar School y el Birmingham College of Advanced Technology. Fue en los albores de los años 60 cuando, junto a Ray Thomas, dio sus primeros pasos en la escena musical con la banda El Riot and the Rebels. Estos fueron tiempos vibrantes, con actuaciones regulares en un club llamado Teabury, un crisol musical donde tuvo la oportunidad de codearse con futuras leyendas como The Beatles y Gerry and the Pacemakers. Imaginen la energía de esos encuentros, el germen de lo que sería la edad de oro del rock británico.

Pero el destino tenía un plan más grande para John. En 1966, dos años después de su formación, Lodge se unió a The Moody Blues, en un movimiento que cambiaría para siempre el curso de la banda y de la música. Junto con el talentoso Justin Hayward, llenaron el vacío dejado por Denny Laine y Clint Warwick, sentando las bases de una era dorada. Fue aquí donde la estrella de Lodge brilló con luz propia, no solo como bajista y vocalista, sino como un prolífico compositor. Nos regaló himnos como ‘Isn’t Life Strange’, ‘Gemini Dream’ e ‘I’m Just a Singer (In a Rock and Roll Band)’, temas que no solo se convirtieron en favoritos de los fans, sino que también le valieron sendos premios ASCAP a la composición. Estas canciones capturaron la esencia de The Moody Blues, con sus letras introspectivas y melodías envolventes.

El fenómeno ‘Nights in White Satin’ y más allá

Por supuesto, no podemos hablar de The Moody Blues sin mencionar la icónica balada ‘Nights in White Satin’. Aunque cantada por su compañero Justin Hayward, el éxito masivo de este tema fue un hito en la carrera de la banda y un símbolo de una época. Es fascinante recordar cómo su impacto no fue inmediato. Lanzada en 1968, tardó un tiempo en florecer realmente, alcanzando el puesto 19 en el Reino Unido y el 103 en Estados Unidos. Pero, como los grandes vinos, mejoró con el tiempo. Cuando se reeditó en 1972, se disparó hasta el número dos en el Billboard Hot 100 y logró la cima en la lista Cash Box Top 100, vendiendo más de un millón de copias y alcanzando el número uno en Canadá.

Este tema, una verdadera joya, trascendió las listas y se incrustó en la cultura popular, apareciendo en innumerables películas y anuncios. Pero el repertorio de la banda con Lodge era mucho más rico, regalándonos otros éxitos perdurables como:

  • ‘Tuesday Afternoon’ (1968)
  • ‘Question’ (1970)
  • ‘The Story in Your Eyes’ (1971)

Estas canciones demostraron la versatilidad y profundidad musical de The Moody Blues, con John Lodge siempre aportando esa base rítmica sólida y la profundidad armónica que los caracterizaba.

Una discografía que marcó una era

La contribución de John Lodge a la discografía de The Moody Blues es innegable. Estuvo presente en algunos de los trabajos más influyentes de la banda. No podemos dejar de mencionar el innovador álbum psicodélico de 1967 ‘Days Of Future Passed’, ampliamente reconocido como uno de los primeros álbumes conceptuales del rock. Un año después, vino su continuación, ‘In Search Of The Lost Chord’, consolidando su sonido experimental y orquestal. Su influencia se extendió a lo largo de álbumes cruciales en la cúspide creativa de la banda entre 1969 y 1972, incluyendo:

  • ‘On the Threshold of a Dream’
  • ‘To Our Children’s Children’s Children’
  • ‘A Question of Balance’
  • ‘Every Good Boy Deserves Favour’
  • ‘Seventh Sojourn’

Después de un lustro de pausa, la banda regresó con fuerza en 1977 con ‘Octave’, donde The Moody Blues exploró un sonido más orientado al pop. La presencia de John Lodge fue una constante a lo largo de los años, apareciendo en álbumes fundamentales como ‘Long Distance Voyager’ (1981), ‘The Present’ (1983), ‘The Other Side of Life’ (1986), ‘Sur la Mer’ (1988), ‘Keys of the Kingdom’ (1991), ‘Strange Times’ (1999) y el que sería el canto de cisne de estudio del grupo, ‘December’ (2003), una entrañable colección de canciones navideñas.

El escenario, su verdadero hogar

Para John Lodge, el escenario no era solo un lugar de trabajo, era su verdadero hogar. The Moody Blues, con él siempre firme en el bajo, continuó deleitando a sus fans con actuaciones en vivo hasta 2018. Ese mismo año, la banda recibió el merecido reconocimiento de su legado al ser incluida en el Salón de la Fama del Rock And Roll. La familia de John lo expresó perfectamente: «Nunca era más feliz que cuando estaba sobre el escenario». Él se consideraba «simplemente un cantante de una banda de rock and roll», y amaba cada segundo de sus presentaciones, compartiendo la música con su banda y con su yerno, Jon.

Pero su felicidad no se limitaba a los focos. La oportunidad de trabajar con sus hijos, Emily y Kristian, en proyectos musicales, era una fuente inmensa de alegría. Y como todo buen abuelo, también disfrutaba de los momentos más sencillos de la vida, como ver a su nieto John-Henry jugar al fútbol, soñando con que algún día luciera los colores del Birmingham City. Es en estos detalles donde vemos la plenitud de una vida vivida con pasión, amor y una inquebrantable conexión con la música.

En Vinyl Station Radio, celebramos la vida y la obra de John Lodge, un músico cuya influencia perdurará por generaciones. Su legado, anclado en la profundidad lírica, la innovación sonora y una presencia escénica inolvidable, seguirá inspirando a artistas y deleitando a los oyentes. Gracias, John Lodge, por mantener la fe en la música.

Fuente original de la información: ABC – Nacho Serrano

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