Europa ganó en la Ryder Cup pero sufrió más de lo esperado en campo ajeno
¡Qué tal, amantes del buen rollo y las emociones fuertes! Aquí en Vinyl Station Radio, siempre al tanto de lo que nos hace vibrar, y esta vez, el golf se llevó todos los aplausos y algún que otro suspiro. La Ryder Cup nos dejó con el corazón en un puño hasta el último momento, demostrando que en el deporte, como en la música, lo inesperado es lo que realmente nos engancha. Preparaos para revivir la jornada final que mantuvo a Europa en vilo.
Europa Reafirma Su Poderío en la Ryder Cup, ¡Pero no Sin Drama!
La tensión se podía cortar con un pick de guitarra. Luke Donald, el gran capitán europeo con siete Ryder Cups a sus espaldas, lo sabía perfectamente: hasta que la última bola no entrara en el hoyo, no se podía cantar victoria. «Yo tenía claro que a pesar de la ventaja con la que arrancábamos la jornada, el trabajo no estaba ni mucho menos terminado», confesó emocionado, y vaya si tenía razón. Nunca antes una Ryder Cup había prometido una final tan «descafeinada» y terminó siendo un auténtico thriller.
Europa llegó a la última ronda con una ventaja histórica, un colchón de siete puntos (4,5-11,5). Esto significaba que solo necesitaban tres puntos para llevarse el trofeo a casa y dos y medio para retenerlo, ya que, siendo los campeones vigentes, un empate les valía para seguir reinando. Y por si esto fuera poco, la jornada trajo un giro inesperado: la baja de última hora de Viktor Hovland por una lesión en el cuello. Esto llevó a que su partido contra Harris English no se disputara y, según las reglas, el punto se repartió. Así que, antes de que se lanzara la primera bola del domingo, el marcador ya estaba en un 5-12 a favor de Europa, acercando aún más esa copa a las manos del Viejo Continente.
La Estrategia Fallida de Donald
La estrategia del capitán Donald era clara: poner a sus pesos pesados al principio para asegurar los puntos cuanto antes y evitar que los estadounidenses cogieran confianza. Justin Rose, Tommy Fleetwood, Matt Fitzpatrick y Rory McIlroy fueron los elegidos para abrir fuego, con la misión de construir una ventaja insalvable. Sin embargo, el golf es un deporte de sorpresas, y los americanos tienen un as bajo la manga: su espíritu individualista.
Al jugar sin la presión de un compañero, los jugadores estadounidenses desataron todo su potencial y demostraron por qué están donde están en el ránking mundial. La primera en la frente llegó cuando Cameron Young superó a Rose, a pesar de que este último batalló hasta el hoyo 18. Luego, Justin Thomas se impuso a Tommy Fleetwood, y la mueca de preocupación empezó a dibujarse en los rostros europeos. ¡De repente, el marcador se ajustaba a un alarmante 7-12!
Cuando el «Rojo» Amenazó con Invadir el Marcador «Azul»
Lo que parecía un paseo militar, se convirtió en una auténtica batalla campal. Los marcadores, que al principio se teñían de «azul» europeo, comenzaron a volverse «rojos» ante el asombro de todos. Solo Ludvig Aberg lograba mantener la calma y dar una alegría a los suyos, mientras otros como Fitzpatrick, Hojgaard y MacIntyre sumaban medios puntos cruciales, pero la situación exigía sufrimiento.
Para desgracia española, Jon Rahm no pudo ser el héroe de la jornada. Después de un sábado complicado, el domingo Xander Schauffele no le dio tregua, ganándole de forma contundente (4 y 3). La pérdida del ‘fourball’ del día anterior en el último hoyo le pasó factura al de Barrika. Por suerte, Ludvig Aberg asumió el papel de líder y, con una actuación estelar, venció a Patrick Cantlay (2 y 1), sumando un punto vital. El empate agridulce de Fitzpatrick ante DeChambeau, que le remontó cinco hoyos, dejó el marcador en un tenso 8,5-13,5, con la decisión final pendiente de los últimos seis encuentros. ¡La emoción estaba garantizada!
Un Final de Infarto que nos Dejó Sin Aliento
Nadie, absolutamente nadie, habría apostado unas horas antes que el resultado de esta 45ª edición de la Ryder Cup se decidiría en los últimos duelos. Estados Unidos remontaba y empezaba a creer en la gesta. Los aficionados se volvían locos y, por fin, sus jugadores actuaban como un verdadero equipo, unidos por un objetivo común. Necesitaban ganar los cuatro últimos partidos, y apretaron el acelerador a fondo.
Pero en los momentos clave, surge el héroe inesperado. Shane Lowry, bajo una presión brutal, logró arañar un medio punto crucial ante Russell Henley para retener el trofeo en el último instante, dejando el marcador en un 11-14. El irlandés se hizo con el último hoyo de una forma épica, y sus lágrimas y saltos lo decían todo. «He ganado un Open Británico ante mi público, lo cual fue extraordinario, pero lo que he sentido aquí en este momento es mi mayor experiencia en mi carrera deportiva», comentó Lowry, con la emoción a flor de piel. Con la copa ya matemáticamente europea, Tyrrell Hatton empató con Morikawa (12,5-14,5) y MacIntyre maquilló el resultado final al superar a Sam Burns (13-15). Europa ganó en campo ajeno, ¡pero vaya sufrimiento! La Ryder Cup volvió a demostrarnos que, en el deporte, la pasión y la determinación pueden con todo, incluso con las ventajas más cómodas.
Última Jornada: Un Vistazo Rápido a los Encuentros Clave
- Cameron Young (EE. UU.) ganó a Justin Rose (EUR), (1 arriba)
- Justin Thomas (EE. UU.) ganó a Tommy Fleetwood (EUR), (1 arriba)
- Bryson DeChambeau (EE. UU.) empató con Matt Fitzpatrick (EUR)
- Scottie Scheffler (EE. UU.) ganó a Rory McIlroy (EUR), (1 arriba)
- Ludvig Aberg (EUR) ganó a Patrick Cantlay (EE. UU.), (2 y 1)
- Xander Schauffele (EE. UU.) ganó a Jon Rahm (EUR), (4 y 3)
- J.J. Spaun (EE. UU.) ganó a Sepp Straka (EUR), (2 y 1)
- Russell Henley (EE. UU.) empató con Shane Lowry (EUR)
- Ben Griffin (EE. UU.) ganó a Rasmus Hojgaard (EUR), (1 arriba)
- Collin Morikawa (EE. UU.) empató con Tyrrell Hatton (EUR)
- Sam Burns (EE. UU.) empató con Robert MacIntyre (EUR)
- Harris English (EE. UU.) empató con Viktor Hovland (EUR), resultado acordado por lesión
Fuente original de la información: ABC – Nuria Pombo
Créditos de la imagen: AFP