La razón por la que Ángel Ortiz lloraba cada domingo
La razón por la que Ángel Ortiz lloraba cada domingo
El Real Betis está viviendo un momento dulce, con el equipo en una posición envidiable en la tabla de La Liga y sin conocer la derrota desde hace varias jornadas. Mientras algunos de sus astros brillan con sus selecciones, uno de los talentos emergentes del club, Ángel Ortiz, ha compartido una conmovedora entrevista que nos permite asomarnos a los duros inicios de su prometedora carrera.
Ortiz, la joven promesa que ya ha tenido minutos con la Selección Española Sub-21, demostrando su valía en un reciente amistoso contra Noruega, ha abierto su corazón para contarnos el lado menos visible de la vida de un futbolista: el sacrificio, los sueños y las lágrimas que lo han llevado hasta el Betis. Su historia es un recordatorio de que el éxito nunca es fortuito y siempre está pavimentado con esfuerzo.
Los primeros pasos de un canterano de oro
Antes de enfundarse la camiseta verdiblanca, Ángel Ortiz forjó sus habilidades en su natal Almendralejo. Su recorrido por las canchas de Extremadura fue progresivo, pero siempre apuntando alto. Nos cuenta cómo dio sus primeros toques a un balón:
- Empezó jugando al fútbol en el equipo de su pueblo.
- De ahí, saltó a la intensidad del fútbol sala.
- Posteriormente, se adaptó al fútbol 7.
- Finalmente, en su primer año de infantil, ya en la modalidad de fútbol 11, el Betis puso el ojo en él y lo llamó para una captación.
Un año después de ese primer contacto, con apenas trece años, la vida de Ángel dio un giro radical: se mudó a Sevilla para perseguir su sueño. Un camino que, aunque prometedor, también estuvo lleno de profunda nostalgia.
El precio de un sueño: lágrimas cada domingo
Separarse de la familia a una edad tan temprana es, sin duda, uno de los mayores desafíos que enfrentan los jóvenes talentos. Ángel Ortiz lo vivió intensamente. El inicio de su aventura en la capital andaluza estuvo marcado por una mezcla de ilusión y dolor. A pesar de que su familia residía a una distancia relativamente corta y podía visitarlo casi todos los fines de semana, las despedidas eran un trago amargo.
«Para mí, el primer año fue muy duro», confesó Ortiz. El ritual dominical de ver a sus padres partir de regreso a Almendralejo se convirtió en una constante. Cada domingo, tras el abrazo de despedida, el joven futbolista subía las escaleras de la residencia con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas. Esos llantos eran la manifestación de la añoranza, del sacrificio que implicaba cada minuto lejos de casa.
Esta experiencia, aunque dolorosa, moldearía su carácter y su perspectiva. Él mismo lo subraya: «Todo es un proceso y es algo que hay que pasar por eso para luego darte cuenta, cuando llegas a la élite, lo difícil que ha sido y no desaprovechar las oportunidades que te llegan». Una lección de vida que no solo forjó al deportista, sino también a la persona.
El debut soñado en Primera División
Tras años de esfuerzo, superación y lágrimas, llegó el momento que todo futbolista anhela: el debut en la élite. Ángel Ortiz rememoró con emoción el día de su estreno en Primera División, un partido contra el Mallorca la temporada pasada. Los momentos previos estuvieron cargados de adrenalina y expectación.
La noticia llegó en el hotel, cuando le comunicaron la posibilidad de empezar como titular. La emoción era incontenible, y la compartió de inmediato con su hermano. A pesar del nerviosismo, Ortiz mantuvo una innegable serenidad: «Estaba tranquilo porque sabía que si me llegaba la oportunidad, lo iba a hacer bien por todo el trabajo que estaba haciendo». Una muestra de la confianza en sí mismo y en la labor constante que había realizado para llegar hasta allí.
Compañeros y referentes: el espejo de Isco y la inspiración de Carvajal
Dentro del vestuario del Betis, Ángel Ortiz ha encontrado no solo compañeros, sino también amistades y grandes referentes. Al ser consultado sobre sus relaciones más cercanas, el lateral verdiblanco no dudó en señalar a un compañero en específico: Valentín Gómez. «En el avión, me suelo sentar con Valentín Gómez, que es con el que tengo más relación en el equipo», afirmó, mostrando la importancia de esos lazos en la convivencia diaria.
Pero si hay alguien que ha dejado una profunda impresión en él, ese es Isco. El compromiso y la entrega del mediapunta malagueño son un ejemplo constante para Ortiz. «No es normal lo comprometido que está. Parece que le va la vida en ello. Cuando juega, es el que más corre, el que más pelea», declaró con admiración. Y añadió una reflexión poderosa: «Que Isco, alguien que lo ha ganado prácticamente todo, sea el primero en correr, es de admirar». Un claro mensaje sobre la humildad y la ética de trabajo que prevalecen incluso entre los más grandes.
En cuanto a sus ídolos en la posición de lateral derecho, Ángel Ortiz destacó a dos figuras clave que lo inspiran: Carvajal y Lucas Vázquez. De Carvajal, el lateral del Real Madrid, señaló: «Siempre me he fijado mucho en Carvajal. Creo que es uno de los mejores laterales que hay en el mundo». Una elección que subraya su búsqueda de la excelencia técnica y táctica.
Y sobre su compañero en el Real Madrid, Lucas Vázquez, Ortiz valoró especialmente su fortaleza mental y su profesionalidad. «A nivel mental, me gusta mucho la actitud que tiene Lucas Vázquez. Creo que es alguien que trabaja mucho y, a pesar de que juegue o no juegue, siempre está al pie del cañón». Un buen reflejo de la mentalidad que Ángel Ortiz busca incorporar en su propia carrera: la constancia, la resiliencia y la capacidad de estar siempre preparado, independientemente de las circunstancias.
La historia de Ángel Ortiz es un compendio de esfuerzo, sacrificio y una pasión inquebrantable por el fútbol. Desde sus lágrimas dominicales hasta su debut en la élite, cada paso ha sido una lección que lo ha llevado a ser el prometedor futbolista que es hoy, y que esperamos ver brillar aún más en el futuro del Betis.
Fuente original de la información: ABC –
Créditos de la imagen: manuel olmedo