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La reina cripto cayó: su escondite secreto y sus ambiciones desmedidas

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La reina cripto cayó: su escondite secreto y sus ambiciones desmedidas

La reina cripto cayó: su escondite secreto y sus ambiciones desmedidas

¡Atención, amantes de las historias que superan la ficción! Hoy en Vinyl Station Radio nos sumergimos en el fascinante y oscuro mundo de las criptomonedas, la ambición desmedida y las estafas piramidales. Prepárense para conocer la increíble caída de la mujer conocida como la «reina de la riqueza», una figura escurridiza cuya historia parece sacada de una película de espías y delitos financieros.

La noticia que ha sacudido el panorama internacional es la condena de Zhimin Quian en Londres a 11 años y ocho meses de prisión. Esta ciudadana china, de 47 años, es la mente maestra detrás de una colosal estafa piramidal que la llevó a amasar una fortuna cercana a los 5,5 millones de euros, convertidos en una asombrosa cantidad de criptomonedas: ¡más de 61.000 bitcoins! Imaginen la magnitud de esta cifra, especialmente al precio actual de estas divisas digitales.

El ascenso de la «Reina de la Riqueza»

¿Cómo llegó Zhimin Quian a orquestar una estafa de tal envergadura? Entre 2014 y 2017, desde su empresa en Tianjin, al noreste de China, esta mujer construyó un esquema Ponzi que dejó a 128.000 víctimas en la bancarrota. Su modus operandi era tan simple como cruel: prometía rendimientos exorbitantes, que podían llegar hasta el 300%. ¿El gancho? El atractivo de las criptomonedas y la promesa de una riqueza rápida, dirigida a menudo a personas con escasos conocimientos financieros.

La «reina de la riqueza» utilizaba una red de reclutamiento que combinaba el tradicional boca a boca con el poder de las redes sociales y presentaciones públicas. Así, tejía una telaraña donde los nuevos inversores financiaban los pagos de los antiguos, creando una ilusión de prosperidad que, como es habitual en estas estafas, estaba destinada a colapsar.

La magnitud del engaño y la incautación histórica

El impacto de esta estafa fue tan grande que no solo dejó un rastro de víctimas, sino que también provocó una de las mayores incautaciones de bienes de origen criminal en Europa. Se trata de esos 61.000 bitcoins, que actualmente equivalen a más de 6.000 millones de dólares. Una cifra que te deja sin aliento y que demuestra la escala de la operación de Quian.

Es importante destacar que la condena de Qian en Reino Unido no fue por la estafa en sí, que ocurrió en China, sino por posesión y transferencia de bienes de origen criminal. Es decir, por blanquear las criptomonedas obtenidas de manera ilícita. Ella misma se declaró culpable de estos cargos, lo que facilitó el proceso judicial en tierras británicas.

Una vida de lujo y evasión

Tras la estafa en China, Zhimin Quian emprendió un viaje alrededor del mundo para evitar la justicia. Recorrió el sudeste asiático y finalmente aterrizó en el aeropuerto de Heathrow en septiembre de 2017. Para ello, utilizó un pasaporte falso de San Cristóbal y Nieves a nombre de Zhang Yadi. Desde entonces, hasta su detención en abril de 2024, su vida fue una constante huida y un despliegue de opulencia.

Utilizando su identidad falsa, Qian se dedicaba a convertir sus bitcoins en efectivo, que luego invertía en joyas y artículos de lujo. Si bien su método de blanqueo no era el más sofisticado, se las arregló para moverse por diversas ciudades europeas, siempre acompañada de un asistente, y evadiendo aquellos países que tenían tratados de extradición con China. Su objetivo era borrar el rastro de su fortuna y disfrutar de un estilo de vida que solo el dinero mal habido puede comprar.

Ambiciones desmedidas y un escondite inusual

Pero la ambición de la «reina cripto» no terminaba en la acumulación de riqueza y el lujo. Sus planes eran aún más grandiosos. Los fiscales revelaron que intentó comprar una villa en la Toscana, Italia, y varias propiedades de lujo en Londres, todo con la intención de blanquear sus activos. Fue precisamente un intento fallido de adquirir una casa en 2018 lo que la puso en el radar de la policía británica, un pequeño error que finalmente llevó a su caída.

Lo más sorprendente, y casi surrealista, de esta historia es que Qian no solo buscaba una vida de escape, sino que albergaba el sueño de gobernar Liberland. ¿Liberland? Sí, una supuesta «micronación» situada en la frontera entre Croacia y Serbia. Este peculiar detalle fue descubierto gracias a un diario personal incautado por la policía, revelando una mente con delirios de grandeza que van más allá del simple fraude financiero.

Mientras la «reina» pasaba la mayor parte de sus días en Gran Bretaña, escondida en propiedades alquiladas y con su ordenador portátil como única compañía, su complice malasio, Seng Hok Ling, también ha sido condenado a cuatro años y once meses de prisión por su papel en el blanqueo de dinero. La justicia británica también ha informado que más de 80 personas que colaboraron con Qian durante la estafa en China han recibido sus respectivas condenas.

Actualmente, los activos incautados están en proceso civil por parte de los fiscales británicos. Se está considerando un plan de compensación para las víctimas chinas del fraude, algunas de las cuales no solo quieren su dinero de vuelta, sino que anhelan recuperar los bitcoins originales. Es una historia con muchas capas, que nos recuerda la importancia de ser cautelosos con las promesas de riqueza rápida y la facilidad con la que el dinero sucio puede intentar esconderse en el vasto universo de las criptomonedas.

Fuente original de la información: ABC –

Créditos de la imagen: AFP

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