La rivalidad en Sevilla que estalló antes del Clásico y sorprendió a todos

La rivalidad en Sevilla que estalló antes del Clásico y sorprendió a todos
La final de la Copa del Rey ha promovido un despliegue impresionante de aficionados en la hermosa ciudad de Sevilla este fin de semana. Más de 70.000 hinchas se han trasladado hasta allí, con cada equipo, el Real Madrid y el FC Barcelona, llenando el estadio de La Cartuja con 26.000 aficionados cada uno. Sin embargo, la verdadera ebullición de la fiesta se vivió fuera del recinto deportivo, donde una marea de seguidores se hizo notar en las calles desde la mañana del evento.
Concentración de aficiones: charlas y rivalidad
El centro histórico y los barrios aledaños, como Triana, fueron los puntos de encuentro preferidos para los hinchas. Aunque se mantenía una clara separación entre las dos aficiones, el ambiente era más de turismo que de enfrentamiento. La temperatura alcanzó casi los 30 grados, lo que probablemente llevó a muchos a buscar refrescos y tapas en los veladores. Sin embargo, esto no evitó que se produjeran algunos momentos de tensión entre los seguidores de ambos equipos.
- Intercambios de improperios y algún que otro impasse.
- Una primera detención por una agresión entre hinchas a la hora de la comida.
- Intervenciones de la Policía Nacional debido a revueltas por parte de grupos ultras.
La jornada comenzó con un incidente donde un fan del Real Madrid fue golpeado en la cara por un hincha culé. Este altercado resultó en la detención del agresor y una atención médica necesaria para el agredido, cuya nariz quedó rota.
Incidentes y respuesta policial
Además de este desafortunado episodio, la Policía Nacional tuvo que actuar en varias ocasiones, particularmente en los alrededores del Ayuntamiento de Sevilla, donde un grupo de ultras del Barcelona, conocidos como Boixos Nois, lanzaron botellas y otros objetos hacia las fuerzas de seguridad. En esta intervención, varios integrantes de este grupo y también de los Ultras Sur del Real Madrid fueron detenidos.
La tensión fue palpable, pero afortunadamente no se reportaron daños severos. La primera intervención de la policía obligó al FC Barcelona a enviar un mensaje a sus seguidores, pidiéndoles que se alejaran de la zona para garantizar su seguridad. Solicitaron a los aficionados que se dirigieran a la Barça Fan Zone, donde se organizarían actividades para celebrar el evento.
Un día de fiesta a pesar de los altercados
A pesar de los incidentes aislados, el ambiente general era festivo. La afición del Barcelona se mostró particularmente animada, probablemente en respuesta al buen rendimiento de su equipo en la temporada. Albert, un apasionado seguidor del Barça desde Murcia, compartió sus expectativas con entusiasmo: “Somos un equipo muy joven, pero que juega muy bien. Yo creo que esta final la ganamos seguro”.
Al mismo tiempo, otros aficionados, como los miembros de la peña barcelonista de La Coruña que visitaban Sevilla por primera vez, aprovecharon la ocasión para disfrutar de la deliciosa gastronomía local, afirmando que la ciudad los había cautivado y que regresarían nuevamente. “Hoy donde tenemos que estar es con nuestra gente”, dijeron.
La polémica arbitral en la conversación
El dilema más discutido entre los aficionados durante la espera fue sin duda la polémica arbitral. Los hinchas del Real Madrid expresaron su descontento por lo que consideran corrupción arbitral, mientras que los barcelonistas defendieron que estas quejas eran simplemente una táctica para desviar la atención en caso de que su equipo perdiera la final. Esta discrepancia fue un tópico de conversación recurrente entre las cervezas y los refrigerios, y es muy probable que no se llegue a un consenso, sin importar el desenlace del partido.
Con el ambiente caldeado y el espectáculo futbolístico por venir, todo estaba preparado para una jornada memorable en Sevilla, marcada por la pasión y la rivalidad que caracterizan al clásico español, el Clásico.
Fuente original de la información: El Confidencial –
Créditos de la imagen: AFP