Lo que nadie esperaba de una banda extremeña de 1.300 habitantes
Lo que nadie esperaba de una banda extremeña de 1.300 habitantes
¿Más de cien conciertos en apenas dos años, con sold out en muchísimas ciudades? ¡Uf! Esas son cifras que harían temblar a cualquier banda, incluso a las más consolidadas. Pero aquí el caso es más sorprendente aún. Imagínense, estos números los ha logrado un trío musical con un nombre que ya te atrapa: Sanguijuelas del Guadiana. Carlos Candela, Juan Grande y Víctor Arroba son los artífices de este fenómeno que está rompiendo todos los moldes en la escena musical española. Han llegado para demostrar que las reglas están para saltárselas, y lo han hecho con muchísimo arte, convirtiéndose en una de las bandas revelación del momento.
Su primer álbum, ‘Revolá’, lanzado el pasado mes de mayo, es una explosión de energía que mezcla lo tradicional con lo más vanguardista. Piensen en rock’n’roll con toques de verbena de pueblo, y añadirle ese «regreso a las raíces» que tanto reivindican. Con este sonido, buscan que su público no solo los escuche, sino que se identifique con cada nota, con cada letra, conectando con la autenticidad que les caracteriza.
De la Siberia Extremeña al estrellato: Un fenómeno en tiempo récord
El camino de Sanguijuelas del Guadiana ha sido fulgurante. En poco más de año y medio, desde sus primeros compases en la primavera de 2024, este trío ha pasado de ser una promesa a una realidad innegable. Han consolidado su proyecto, garantizado su futuro con una agenda apretadísima y, lo más importante, han conquistado a una legión de seguidores apasionados. Sus números hablan por sí solos: más de 250.000 oyentes en Spotify y una memorable aparición en ‘La Revuelta’ de David Broncano. Estos hitos no son casualidad; son la prueba irrefutable de que estas ‘sanguijuelas’ apenas están comenzando su ascenso.
Pero lo que hace aún más fascinante su historia es la procedencia de Carlos, Juan y Víctor. No vienen de una gran metrópoli musical, sino de un pequeño rincón en la Siberia Extremeña, Casas de Don Pedro, un pueblo de apenas 1.300 habitantes en Badajoz. Han desafiado la convención de que para triunfar en la música hay que mudarse a Madrid. Ellos han optado por hacer las cosas a su manera, desde su tierra, y esa decisión ha influido de manera profunda en su estilo y en su mensaje.
Las raíces que inspiran: El alma de su música
Como ellos mismos explican, su música es un reflejo de la vida en el pueblo, de las experiencias de tres jóvenes veinteañeros en la comarca de la Siberia Extremeña. Sus canciones son autobiográficas, un espejo en el que se pueden ver reflejados muchos jóvenes de zonas rurales. Están impregnadas de la tradición y los valores de estas regiones, a menudo olvidadas, pero también abrazan la globalización, la tecnología y la modernidad que poco a poco las está transformando.
Este crisol de influencias es lo que brilla en ‘Revolá’, su ópera prima del rock. En el álbum puedes encontrar destellos de flamenco, toques electrónicos y la inconfundible esencia del folklore extremeño. Y este sonido tan personal lo han llevado por todo el país con su gira «Verbena en vena». Han recorrido más de 25.000 kilómetros y han pisado escenarios en hasta 70 municipios en los últimos dos años, llevando la esencia de Extremadura a cada rincón.
Las letras, compuestas en una vieja estación en Malpartida de Cáceres, narran su propia historia de forma cronológica. Desde sus comienzos como banda municipal, su periodo viviendo en Madrid, hasta la añoranza de su Extremadura natal y el esperado regreso a lo que consideran su hogar. Frases como «Por si las moscas freno, pero me da alegría correr, de vez en cuando te espero, que vengo de la Extremadura y de ponerle a mi caballo de plata las herraduras» son un ejemplo de la poesía que inunda temas como ‘Jaribe’, y por supuesto, no podemos olvidarnos de otros éxitos rotundos como ‘Revolá’ o ‘Yesca’, que ya son himnos para muchos.
Madrid, un aprendizaje que les hizo volver al origen
Parte crucial del éxito de Sanguijuelas del Guadiana reside en este famoso «regreso a las raíces». No fue un capricho; fue una decisión meditada tras cuatro años no precisamente fáciles en Madrid. Su experiencia en la capital, lejos de su tierra, les enseñó mucho. Como ellos mismos confesaron, «hemos aprendido un montón», pero reconocen sin tapujos que no todo fue un camino de rosas para su carrera musical. De hecho, también admiten haber «perdido un montón de tiempo y dinero» en ese periodo. Encontrar un local de ensayo era «un pastón», lo que dificultaba enormemente poder reunirse y crear con la libertad que necesitaban. En sus propias palabras, «lo de la música ha sido bastante pérdida de tiempo en nuestro caso» durante esa etapa.
Ser músico en Madrid, según Víctor, Carlos y Juan, es «una putada». La realidad de la capital está muy lejos de la libertad creativa que encontraron de vuelta en Casas de Don Pedro. «No es lo mismo que aquí, que de siempre, antes de irnos allí, nos podíamos juntar en la cochera, podíamos tocar lo que quisiéramos o simplemente en tu casa, estar tocando la guitarra y cantando o haciendo algún enredo». La presión económica y la dificultad para ensayar libremente en Madrid generaban en ellos una «impotencia de quiero hacer cosas y no puedo hacerlas».
Por eso, la decisión de volver a casa fue un punto de inflexión. Fue un momento de pura motivación: «Dijimos ‘es ahora o no’, este año creemos que es cuando tenemos que estar en la cima. Nos vinimos a casa de nuestros padres, que es una facilidad enorme. Podíamos estar dedicando el tiempo a estar en la música todo el día». Y así, eligiendo el camino menos transitado, Sanguijuelas del Guadiana ha demostrado que la pasión, el talento y, a veces, un buen «regreso a las raíces», son los ingredientes perfectos para agitar el panorama musical. ¡Están demostrando que desde cualquier rincón, con autenticidad y trabajo duro, se puede conquistar el mundo!
Fuente original de la información: ABC – ABC
Créditos de la imagen: David del Río/Pablo Ortega