Nadie entiende cómo murió en su coche
Nadie entiende cómo murió en su coche
Un suceso trágico y desconcertante ha conmocionado a la comunidad de Bissy-sur-Fley, en Saona y Loira (Francia). Una mujer belga, Bernadette Delmotte, de 65 años, perdió la vida en un accidente incomprensible mientras limpiaba su vehículo. El impacto de esta noticia se extiende más allá de las fronteras francesas, dejando a todos perplejos ante la fatalidad de los hechos.
El incidente ocurrió mientras Bernadette se ocupaba de su coche en su propia casa. Según los reportes, el automóvil, un Fiat 500, comenzó a moverse hacia atrás inesperadamente. En un intento desesperado por detenerlo y accionar el freno de mano, Bernadette se asomó por la ventanilla. Fue en ese instante, en una maniobra que debió ser instintiva, cuando la ventanilla del coche se cerró, atrapando su garganta y provocándole una asfixia fatal. La escena al ser encontrada era desgarradora:
El descubrimiento y la incredulidad inicial
La noche del trágico suceso, la ausencia de Bernadette en una cena programada alertó a su amiga Beatrice. Tras varios intentos fallidos de contactarla, Beatrice decidió ir a su casa, donde hizo el terrible descubrimiento. La consternación fue inmediata y profunda. Beatrice, visiblemente afectada, comentó que Bernadette «estaba enamorada perdidamente de este lugar», subrayando el apego que la víctima tenía por su hogar.
El hermano de Bernadette, François Delmotte, compartió el shock inicial ante la noticia. La naturaleza insólita del accidente lo llevó a una profunda negación y confusión. «Yo tampoco lo entendía», confesó. «Cuando me llamaron para contármelo, estaba confundido, en negación. Abrumado por la emoción, me dije a mí mismo de todo: que alguien la había atacado, que se había suicidado… y luego, poco a poco, lo comprendí». Esta reacción es comprensible ante un evento tan fuera de lo común, donde la realidad parece superar cualquier ficción.
Investigación y cierre del caso
La autopsia, realizada pocos días después del hallazgo, confirmó la causa de la muerte: asfixia. Los resultados también descartaron la intervención de terceros, confirmando la naturaleza accidental del deceso. La policía, al igual que los familiares, se mostró perpleja ante los detalles del caso. Incluso la inspección del vehículo no reveló ninguna anomalía mecánica evidente que pudiera explicar lo sucedido de forma sencilla.
La hipótesis más aceptada, surgida de las declaraciones de Beatrice, es que Bernadette no había puesto el freno de mano. Cuando el coche comenzó a rodar, su reacción instintiva fue intentar detenerlo. «Para detenerlo, Bernadette se abalanzó por la ventanilla abierta para que no siguiera avanzando. Pero puso su mano sobre el control de la ventanilla, y para cuando se enderezó, la ventanilla se detuvo sobre su cuello», explicó Beatrice, reconstruyendo los posibles últimos momentos de su amiga. Este escenario subraya la velocidad y la fatalidad con la que pueden ocurrir los accidentes más inesperados.
Un llamado a la conciencia y la seguridad vehicular
A pesar del inmenso dolor y la incredulidad, la familia de Bernadette ha decidido no emprender acciones legales contra el fabricante del Fiat 500. Como bien expresó François, «No me devolverá a mi hermana». Sin embargo, el hermano de la víctima sintió la necesidad de actuar de otra manera. Ha redactado una carta al fabricante del automóvil, no con ánimos de disputa legal, sino con un propósito mucho más noble: crear conciencia y evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir.
La principal preocupación de la familia radica en el sistema de las ventanillas eléctricas. Se cuestionan si el mecanismo de la ventanilla del coche de Bernadette carecía de un sistema antipinzamiento que se esperaría en un vehículo moderno. Estos sistemas están diseñados específicamente para detectar obstáculos y detener el cierre de la ventanilla, evitando así este tipo de accidentes.
El objetivo de François al enviar esta carta es claro: «informar al público» y alentar a los ingenieros de la industria automotriz a diseñar e implementar «un sistema eficaz» que garantice la seguridad. Ha destacado que, a raíz de lo ocurrido con su hermana, ha comprendido que el cierre automático de las ventanillas, aparentemente inofensivo, «puede ser mortal» en circunstancias desafortunadas.
Este trágico incidente nos recuerda la importancia de la seguridad en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, incluso en los más mundanos. La historia de Bernadette es un triste testimonio de cómo un momento de distracción o un fallo inesperado pueden tener consecuencias devastadoras. Esperamos que la iniciativa de su familia logre generar el cambio necesario para que la tecnología automotriz sea aún más segura para todos.
Fuente original de la información: ABC – ABC
Créditos de la imagen: pixabay