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Perú revive la tensión con una muerte en las calles

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Perú revive la tensión con una muerte en las calles


Perú revive la tensión con una muerte en las calles

El país andino se encuentra de nuevo en el centro de la atención internacional, y lamentablemente, las noticias no son las que esperábamos. La esperanza de un cambio duró muy poco, apenas una semana. Un giro dramático en la política peruana ha encendido nuevamente las alarmas, y la tensión social ha vuelto a las calles con un desenlace trágico que nos ha dejado a todos con el corazón en un puño.

Todo comenzó con la inesperada destitución de la presidenta Dina Boluarte, un movimiento orquestado por el Congreso bajo el argumento de «incapacidad moral permanente». Fue un pacto de familias, como algunos lo han descrito, que llevó a la presidencia al joven José Jerí, de 38 años, quien hasta ese momento ocupaba la presidencia del Congreso. Cuatro días después de asumir el cargo, Jerí se apresuró a nombrar a su primer gabinete con un objetivo claro: hacer frente a una masiva protesta contra la inseguridad que ya estaba convocada desde la gestión de Boluarte.

Un músico silenciado en la protesta

Las calles de Perú volvieron a ser escenario de protestas masivas el 15 de octubre, y lo que parecía una manifestación ciudadana, se tornó en tragedia. La represión de estas manifestaciones desembocó en la muerte de una persona, un suceso que ha conmocionado a la nación. El Jefe de la policía de Perú, Oscar Arriola, confirmó la lamentable noticia: un músico, el talentoso cantante de hip hop Eduardo Ruiz Saénz, conocido artísticamente como Trvko, de tan solo 32 años, fue asesinado a tiros. Su participación en las protestas contra el Gobierno le costó la vida, tiñendo de luto e indignación a todo el país.

El dolor es palpable, y las palabras del propio Arriola reflejan la gravedad del momento. «Expreso nuestras condolencias a la familia de quien en vida fue Eduardo Ruiz Saénz», dijo, añadiendo que la policía ha llevado a cabo investigaciones exhaustivas en colaboración con la municipalidad de Lima. Estas indagaciones permitieron establecer la identidad del autor del disparo: el suboficial de tercera Luis Magallanes, perteneciente a la Dirección de Investigación Criminal. Arriola enfatizó que este incidente fue un «hecho aislado» dentro de la estrategia general de la marcha. Sin embargo, no deja de ser un incidente con consecuencias fatales.

El jefe de policía también reportó que durante esta jornada de protestas, que se extendieron por varias regiones como Lima, Arequipa, Cuzco, Puno, Huancavelica y Apurímac, 87 policías resultaron heridos. Este balance, aunque importante, se ve eclipsado por la pérdida de una vida en el contexto de una manifestación, lo que subraya la delicada situación que atraviesa el país.

Estado de emergencia: ¿la solución?

Frente a este complejo panorama de inseguridad y violencia, el primer ministro, Ernesto Álvarez, ha anunciado una medida drástica: la próxima declaración de estado de emergencia en la provincia de Lima, la capital del Perú. El objetivo es claro: combatir el sicariato, las extorsiones y la creciente inseguridad ciudadana que azota la metrópoli.

Álvarez ha sido enfático al asegurar que esta no será una declaración «etérea». «Vendrá acompañada de medidas concretas y eficaces», afirmó, añadiendo que el gabinete está en «sesión permanente» para debatir y perfeccionar estas acciones. La urgencia de la situación es tal que no hay margen para dilaciones, y el gobierno busca implementar soluciones tangibles en el menor tiempo posible.

¿Qué implica un estado de emergencia?

Según la Constitución de Perú, específicamente el artículo 137, un estado de emergencia se declara «en caso de perturbación de la paz o del orden interno, de catástrofe o de graves circunstancias que afecten la vida de la nación». Esto significa una serie de implicaciones importantes para los ciudadanos:

  • Suspensión de derechos constitucionales: El Gobierno puede suspender temporalmente derechos fundamentales como la libertad de tránsito, de reunión y la inviolabilidad del domicilio.
  • Duración limitada: Esta medida extraordinaria solo puede declararse por un tiempo determinado y ante situaciones de extrema gravedad.
  • Control militar y policial: Durante este periodo, la policía y las Fuerzas Armadas asumen el control del orden interno, siempre bajo la supervisión del Ejecutivo.

El primer ministro ha insistido en que esta declaración no será «más de lo mismo», sino una estrategia renovada para enfrentar la criminalidad. «Somos un gobierno de transición que no tiene nada que ocultar, no pertenece a un partido político, hemos venido a aportar en un momento delicado del país», concluyó Álvarez, intentando transmitir un mensaje de transparencia y compromiso.

Voces de preocupación: los heridos y la inestabilidad política

Mientras la nación intenta asimilar estos acontecimientos, el ministro de salud, Luis Quiroz, ha revelado más detalles desgarradores. Una niña de 11 años resultó herida por el impacto de una bomba lacrimógena en la Av. Abancay, en el corazón de Lima. La pequeña se encontraba en compañía de su madre, quien es vendedora ambulante. Además, se reporta otro herido con perdigones en la cabeza, quien se encuentra en coma inducido, sumando más víctimas colaterales a la lista del conflicto social.

La situación política no es menos tensa. Pedro Cateriano, ex primer ministro, ha expresado su profunda preocupación, calificando el momento actual como «la etapa más inestable de la historia de la república». Cateriano critica duramente a los partidos del Congreso, a quienes acusa de priorizar sus propios intereses por encima del bienestar del país. «Estamos en una anarquía política tras la destitución de Boluarte», sentenció.

Para Cateriano, el Congreso ha utilizado a Boluarte como «títere» y ahora hace lo mismo con Jerí. «Ellos han puesto a un títere que es Jerí», afirmó contundentemente. El ex primer ministro ve una peligrosa continuidad en la forma en que se ha manejado la política en el país, remontándose a la figura de vacancia por incapacidad moral permanente utilizada contra Pedro Pablo Kuczynski en 2016. Esta práctica, según él, ha llevado a una «anarquía política» y a una inestabilidad sin precedentes.

Cateriano fue aún más allá, calificando el procedimiento de destitución como «nazi, castrista o chavista», argumentando que «en ningún país te cargas a un presidente en un día». Si bien reconoce que Boluarte es “indefendible”, el procedimiento utilizado es, a su juicio, un ejercicio de “fuerza bruta de los votos” que daña profundamente la institucionalidad democrática. La responsabilidad política, según Cateriano, recae directamente en el Ministro del Interior y en un Congreso que, en una situación de normalidad, ya lo habría censurado.

La factura de esta inestabilidad, concluye Cateriano, la está pagando el pueblo peruano, y es consecuencia directa de la clase política que no adelantó las elecciones cuando era debido. Un panorama sombrío para un país que busca desesperadamente un camino hacia la estabilidad y la paz.

Fuente original de la información: ABC – Paola Ugaz

Créditos de la imagen: efe

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