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¿Pudo Ucrania evitar estos apagones?

¿Pudo Ucrania evitar estos apagones? ¿Pudo Ucrania evitar estos apagones? La situación en Ucrania se complica con la llegada del invierno. Las temperaturas está...






¿Pudo Ucrania evitar estos apagones?

¿Pudo Ucrania evitar estos apagones?

La situación en Ucrania se complica con la llegada del invierno. Las temperaturas están comenzando a descender por debajo de cero, y la población se enfrenta a un desafío aún mayor: apagones que duran entre 12 y 16 horas al día. Estos cortes de suministro eléctrico son consecuencia de los ataques rusos, que se han vuelto más efectivos, y no parece haber un final claro a la vista para esta situación tan crítica. La gente, naturalmente, se pregunta si estos apagones podrían haberse evitado. Y esta es una pregunta más que lógica, especialmente a raíz de un reciente y alarmante escándalo de corrupción que ha sacudido el sector energético del país.

Este escándalo involucra sobornos y blanqueo de dinero, y ha puesto en el punto de mira a figuras importantes, incluyendo a Herman Galushchenko. Este personaje ocupó la cartera de Energía desde 2021 y, de hecho, su mandato estaba previsto hasta julio de 2025. Posteriormente, pasó a encargarse del Ministerio de Justicia. Sin embargo, su trayectoria se detuvo abruptamente esta semana, cuando el presidente Zelenski ordenó su destitución. La gestión de Galushchenko ya había sido objeto de fuertes críticas tanto en la prensa ucraniana como en la internacional, lo que añade una capa más de complejidad a la pregunta inicial sobre la evitabilidad de la crisis energética.

Las Alarmas Encendidas por la Corrupción

Las advertencias sobre la vulnerabilidad del sector energético ucraniano no son algo nuevo. Hace casi un año, en febrero de 2024, un importante periódico británico ya publicaba un titular que hoy resuena con una crudeza desgarradora: “La corrupción en el sector energético deja a los ucranianos ante una congelación mortal”. Este artículo destacaba cómo ingenieros de Reino Unido y otros países aliados habían brindado asesoramiento clave a sus colegas ucranianos para fortificar la red eléctrica. Nueve meses después de aquel informe, la misma publicación señalaba que «el Gobierno del presidente Zelenski no lo había hecho», revelando una preocupante falta de acción.

Esta inacción, sumada al escándalo de corrupción, ha generado una profunda crisis de confianza que no solo afecta a la ciudadanía ucraniana, sino también a sus aliados occidentales. Es una situación delicada que pone a prueba la resiliencia del país en un momento de extrema necesidad. La integridad de las instituciones y la eficacia en la gestión de recursos vitales son cruciales, más aún cuando el frío invierno se cierne sobre una población ya castigada por el conflicto.

Un Recorrido por el Escándalo Energético

El camino hacia la presente crisis está sembrado de indicios y decisiones polémicas. En agosto del año pasado, el Parlamento ucraniano, con el respaldo de 270 diputados, convocó a Galushchenko para que rindiera cuentas sobre el papel de su ministerio en la lucha contra la corrupción en el sector energético. Esta convocatoria fue impulsada por el diputado opositor Yaroslav Zheleznyak, y ocurrió días después de que la justicia ucraniana acusara al viceministro de Energía, Oleksandr Heil, de haber recibido medio millón de dólares en sobornos. Estos eventos ya presagiaban la magnitud del problema que se gestaba bajo la superficie.

La situación se hizo más evidente el 16 de octubre, cuando un medio de comunicación nacional crítico con la política energética mencionaba la falta de iniciativa del Ministerio de Economía para reforzar la infraestructura eléctrica. Según el artículo, parecía que las prioridades apuntaban a «asuntos más interesantes», como la adquisición de unos reactores de origen búlgaro para la central nuclear de Khmelnytskyi. Y no es casualidad que este elocuente caso de corrupción, que finalmente forzó la salida de Galushchenko, tenga su epicentro en Energoatom, la compañía estatal de energía nuclear. Todo esto dibuja un panorama donde los intereses particulares habrían prevalecido sobre la seguridad energética nacional.

El Caso Kudrytskyi: Una Pérdida Crucial

Otro episodio que resuena con fuerza en esta historia de desmantelamiento y desconfianza es el **controvertido despido de Volodímir Kudrytskyi**, quien fuera director de Ukrenergo, la compañía de transmisión eléctrica estatal. La noticia de su destitución tuvo un gran impacto tanto dentro como fuera de Ucrania, y con razón. Bajo su liderazgo, Kudrytskyi había logrado asegurar una impresionante cifra de 1.500 millones de euros en ayuda occidental, fondos vitales destinados a proteger el sistema eléctrico del país. Su salida, por lo tanto, no solo representó la pérdida de un directivo clave, sino también el desvanecimiento de una parte significativa de esa crucial financiación internacional.

Durante su gestión al frente de Ukrenergo, Kydrytskyi fue un visionario y un constructor. Logró edificar hasta **60 refugios especializados para la infraestructura eléctrica**, diseñados estratégicamente para resistir los ataques, y muchos de ellos han demostrado su eficacia al soportar los embates. Sin embargo, su relación con Galushchenko no era precisamente armoniosa. De hecho, el propio exjefe de Ukrenergo ha declarado que Galushchenko intentó controlar la compañía. Esta tensión subyacente llevó a muchos a interpretar la destitución de Kudrytskyi como una maniobra del entonces ministro, presuntamente involucrado en actos de corrupción.

En octubre, Kudrytskyi fue formalmente acusado por la Oficina Estatal de Investigación, un giro que él mismo calificó como una **»represalia política muy mal planificada y ejecutada»**. Este episodio añade una capa más de complejidad a la trama, sugiriendo que las luchas internas y los intereses personales podrían haber tenido un impacto directo y devastador en la capacidad de Ucrania para proteger su red eléctrica. En un momento en que el país necesita toda su fuerza y cohesión, estas revelaciones plantean serias dudas sobre la gobernabilidad y la eficacia en la defensa de sus infraestructuras más críticas.

Al final, la pregunta de si los apagones pudieron evitarse queda en el aire, pero los hechos parecen apuntar a que la corrupción y la falta de acción oportuna jugaron un papel considerable en la vulnerabilidad actual del sistema energético ucraniano. Mientras el invierno avanza, la población se enfrenta a las consecuencias de estas decisiones y la sombra de la mala gestión.

Fuente original de la información: ABC – Miriam González

Créditos de la imagen: REUTERS

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