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¿Qué está pasando con los discos de la semana?

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¿Qué está pasando con los discos de la semana?


¿Qué está pasando con los discos de la semana?

¡Hola a la comunidad de Vinyl Station Radio! Esta semana nos sumergimos en un mar de sonidos que prometen llevarte desde la intimidad más pura hasta la experimentación más audaz. Tenemos cuatro propuestas discográficas que no te dejarán indiferente, cada una con su propia personalidad y un toque único que las distingue. Prepárense para un viaje sonoro lleno de sorpresas y mucha, pero mucha buena música.

Amaia Miranda: Un Viaje Íntimo y Conmovedor

Nuestra primera parada es con Amaia Miranda y su nuevo trabajo, ‘Cada vez que te veo lo entiendo’, lanzado bajo el sello Hidden Track Records. Aunque su duración es de menos de veinticinco minutos, este disco es un verdadero portazo al corazón, lleno de calidez y una ternura que envuelve. Amaia nos demuestra, una vez más, que la sutileza es su bandera. Sigue la estela de sus trabajos anteriores, pero con ciertos matices que lo hacen especial.

Por ejemplo, en temas como ‘Entre mi sangre y el llanto’, notamos la incorporación de samples inesperados y una segunda guitarra o quizás un instrumento de cuerda con un timbre más agudo, que añade una capa extra de textura sonora. En ‘Amak dio’, el single que abre el álbum, un bombo suave y discreto marca el ritmo, creando una atmósfera casi hipnótica. Pero no esperes grandes artificios; Amaia opta por la depuración, despojando su música de virtuosismos innecesarios y enfocándose en la esencia. Recordamos con cariño su potente riff en ‘Cuando se nos mueren los amores’, pero aquí la propuesta es diferente, más introspectiva y sutil.

Escuchar la guitarra en ‘Bolero de plata’ (¡y esa curiosa urraca de fondo!) es como entrar en un trance continuo. Es como si Miranda respirara a través de su instrumento, comunicando emociones profundas pero con una contención admirable. Su habilidad para centrarse en las entonaciones y los acentos, más que en la complejidad de las notas, es realmente fascinante. En ‘A las mías’, esa simbiosis con la guitarra es aún más palpable; uno se pregunta cuántas horas al día pasan juntas, porque el resultado es pura magia.

Y no podemos dejar de mencionar ‘Ojalá pudiera saber’, una joya donde rompe deliberadamente con la mezcla tradicional, dándonos la sensación de escucharla a través de un micrófono lejano. Pero, ¿saben qué? Aun así, la emoción nos inunda, haciendo evidente el espacio y la reverberación. Su voz, tan particular, con ese tono nasal o de paladar, puede ser un punto de acceso distintivo para algunos y quizás una barrera inicial para otros. Pero, para quienes ya somos fans, es un abrazo, un refugio sonoro del que no queremos salir. Una joya que Carlos G. Fernández ha sabido describir a la perfección.

William Basinski: La Melodía de la Destrucción en Su Máxima Expresión

Desde la filosofía del «menos es más» (o quizás, «más es menos»), nos llega una reedición que es un evento en sí mismo: ‘The Disintegration Loops – Arcadia Archive Edition’ de William Basinski, de la mano de Temporary Residence. Esta es una obra maestra que, hace más de dos décadas, ya nos hablaba de la distancia entre lo terrenal y lo eterno a través de bucles que se desintegraban poco a poco. Es un trabajo construido sobre la nada, pero que lo contiene todo.

Imaginen esto: un cabezal analógico que erosiona una cinta magnética, reproduciendo en bucle una mínima idea musical hasta que esta, simplemente, se desvanece. Esa es la esencia de estos “loops desintegrados”. Ahora, esta joya regresa al mercado y coincide con el lanzamiento de ‘Lux’ de Rosalía. Mientras el álbum de Rosalía es un canto espiritual lleno de exuberancia y sobreproducción, acercándose a lo divino a través de un eco artificioso de la música clásica que se siente pop, Basinski nos ofrece otra forma de espiritualidad. La suya es la de la capilla Rothko, negro sobre negro, un camino que exige paciencia, tiempo y espera.

La muerte es el final, y el silencio, su hermano. Aquí, esa idea cobra vida en una hora de trance donde la música desaparece lentamente, dejando solo el polvo en el cabezal del reproductor. Es una reflexión profunda sobre la impermanencia, la belleza de lo efímero, y la esencia de la creación y la destrucción. Como dice Jesús Lillo, quien nos ha traído esta reseña, este no es un arte para la inmediatez, sino para la contemplación, para sentir cómo el tiempo diluye lo tangible hasta que no queda nada, solo una memoria sonora que se desvanece. Una experiencia auditiva que roza lo místico.

Portugal. The Man: Un Monstruo Bicéfalo de Sonidos

Llegamos a Portugal. The Man con su propuesta ‘SHISH’, distribuida por Thirty Tigers, un disco que es la viva imagen de un monstruo bicéfalo. Esta banda, con John Gourley y Zoe Manville como sus motores principales, nos invita a una verdadera batalla de pulsiones que tiran del mapa sonoro en direcciones opuestas pero fascinantes. Han logrado crear un trabajo donde el eclectismo y la experimentación son la norma, llevándonos a explorar terrenos inesperados.

En ‘SHISH’, nos encontramos con cimas luminosas del indie-pop, como la vibrante ‘Knik’, y al mismo tiempo nos sumergimos en simas oscuras y profundas que nos conectan directamente con el hardcore, tal como lo experimentamos en ‘Pittman Ralliers’. Es un contraste marcado que, aunque las letras pueden ser un tanto abstractas y dejarnos con ganas de más concreción, contribuyen al caleidoscopio sonoro que es este álbum. La banda, formada a principios de los 2000, siempre nos ha deleitado con su valentía a la hora de fusionar géneros y explorar nuevos horizontes, y en este disco, lo hacen de una manera aún más osada.

Tal vez la reciente adquisición de un «home-studio» haya influido en esta libertad creativa. ‘SHISH’ es un juego de contrastes que promete a sus oyentes un paisaje sonoro distorsionado pero, a la vez, prístino. Es un álbum intrincado en su técnica, pero a la vez tan libre como el vuelo de un pájaro. Como bien nos recuerda Luigi Gómez en su comentario, citando a Tyler, The Creator: «Crea como un niño, edita como un científico». Y Portugal. The Man ha seguido ese consejo al pie de la letra, ofreciéndonos una obra que es pura aventura sonora.

The Mountain Goats: Narrativas Humanas en un Mar de Sonidos

Para cerrar con broche de oro, nos topamos con la inagotable creatividad de The Mountain Goats y su álbum ‘Through This Fire Across from Peter Balkan’, un lanzamiento bajo el sello Cadmean Dawn. John Darnielle es un torbellino de productividad, sumando este a su vigésimo tercer álbum de estudio, sin contar sus colaboraciones, directos y proyectos paralelos. Su alergia a las modas y los reflectores del marketing a menudo hace que su banda pase desapercibida, lo cual es un crimen.

Pero un disco como este es el argumento perfecto para reivindicar a Darnielle como uno de los grandes narradores del rock independiente de nuestra era. Demuestra una capacidad evolutiva que pocos hubieran predicho en sus primeros discos ultra-lofi de los noventa, aquellos que culminaron con el mítico ‘All Hail West Texas’. Esta vez, nos presenta su colección de canciones más arreglada, rozando a veces la exuberancia, y con una variedad sonora impresionante. Combina medios tiempos llenos de energía con baladas que tienen una ambición casi sinfónica, pero sin caer nunca en la pomposidad, e incluso incorpora sutiles apuntes electrónicos.

Estos ingredientes sonoros son el telón de fondo ideal para su recurrente idea de construir sus trabajos en torno a un hilo argumental. Aquí, la banda avanza del terreno conceptual hacia un proyecto más ambicioso, casi un musical potencial. Ya se intuía en su anterior trabajo, ‘Jenny From Thebes’. En ‘Through This Fire Across from Peter Balkan’, la trama gira en torno al naufragio de un barco pesquero y la odisea de unos supervivientes en una isla remota y mínima. Es un «macguffin» que sirve de excusa para reflexionar sobre el precario equilibrio entre el orden y el caos, y la eterna lucha entre la esperanza y la implacable inevitabilidad del desastre.

Sin embargo, a pesar de la temática, el disco no se carga de drama. Más bien, se siente esperanzador, profundamente humanista y hasta luminoso. Esa sensación se refuerza con la voz de Darnielle, que, aunque tiene sus limitaciones técnicas, sabe exactamente cómo tocar las fibras de la emoción. Como bien resume Fernando Pérez, este álbum es una prueba de que la verdadera maestría reside en la autenticidad y la capacidad de conmover.

Así que ya lo saben, amigos de Vinyl Station: esta semana hay mucho para escuchar, sentir y reflexionar. ¡No se pierdan estas maravillas!

Fuente original de la información: ABC – ABC

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