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Qué está pasando realmente en el frente ucraniano

Qué está pasando realmente en el frente ucraniano Qué está pasando realmente en el frente ucraniano La situación en el frente ucraniano es, por decirlo suavemen...






Qué está pasando realmente en el frente ucraniano

Qué está pasando realmente en el frente ucraniano

La situación en el frente ucraniano es, por decirlo suavemente, compleja. A pesar de los esfuerzos titánicos y la valentía innegable de las tropas ucranianas, parece que las fuerzas oponentes están ganando terreno. Los reportes indican un incremento en el ritmo de ocupación territorial, lo que sin duda genera una gran preocupación. La intensidad de los combates es palpable, concentrándose principalmente en puntos calientes como los óblasts de Donetsk, Zaporiyia y Dnipropetrovsk. Es en esta última región donde la presión se siente con mayor fuerza, dibujando un panorama que requiere nuestra atención.

Vamos a desglosar un poco lo que está ocurriendo, porque la guerra, como bien sabemos, se libra en detalles geográficos y estratégicos que a menudo se pierden en la vorágine de las noticias diarias. En Zaporiyia, observamos un avance significativo por parte de las fuerzas rusas. Apoyándose en el caudaloso río Dniéper, están ejecutando una maniobra conocida: presionar hacia el norte. Esta presión se materializa a lo largo del eje que marca la carretera E105, crucial para las comunicaciones en la región.

Avance estratégico en Zaporiyia

Las tropas rusas están realizando un doble flanqueo para desbordar la localidad de Stepnohirs’k. Están trabajando tanto por el este como por el oeste, en un claro intento de avanzar hacia Prymors´ke. Si logran consolidar sus posiciones en estas dos localidades, la ciudad de Zaporiyia quedaría a una distancia preocupantemente cercana, a solo unos trece kilómetros. Esto representa un desafío mayúsculo para la defensa ucraniana, que se vería obligada a replantear sus estrategias de contención.

Pero el avance no se detiene ahí. Más hacia el este, la situación también es crítica. Se ha reportado que las tropas rusas han alcanzado Zatyshshya, una pequeña población que se encuentra a tan solo dos kilómetros al noreste de Guliaipole. Y aquí es donde la cosa se pone aún más tensa. Guliaipole es un verdadero nudo de comunicaciones, un punto neurálgico que muchos describen como una «araña de seis patas» debido a la confluencia de rutas. Aunque ha sido reforzada con dedicación, su fortificación inicial estaba diseñada para repeler ataques desde el sur, lo que la hace vulnerable a la actual ofensiva desde el norte y el este. Es una situación complicada, y parece que la capacidad de Guliaipole para resistir una embestida prolongada está en entredicho.

El dilema de Guliaipole y Orejov

La posible caída de Guliaipole en manos rusas tendría un efecto dominó, muy probablemente facilitando la toma del bastión de Orejov. Ambas localidades son puntos vitales en la línea de defensa ucraniana, alineadas estratégicamente a lo largo de la carretera T0815. Son consideradas las dos grandes posiciones que las tropas ucranianas deberán defender con uñas y dientes en los próximos días y semanas.

La presión sobre Orejov ya es inmensa. Las fuerzas rusas ya han consolidado su presencia en Mala Tokmachka, al este de Orejov. Además, los informes sugieren que están a punto de hacerse con Novopavlivka, un centro logístico de gran importancia situado al oeste de Orejov. Si Orejov cayera rápidamente, esto liberaría una cantidad significativa de tropas rusas, que podrían ser redirigidas para intensificar los ataques contra Guliaipole. En un escenario donde el eje Orejov-Guliaipole fuera comprometido, las tropas ucranianas se verían forzadas a realizar un repliegue estratégico hacia Pavlohrad, metiéndose de lleno en el corazón del óblast de Dnipropetrovsk.

Para complicar aún más las cosas, las fuerzas rusas, tras establecerse en la línea Zatyshshya-Zelenyi Hai-Vesele, han ejecutado un movimiento rápido y audaz desde Rivnopillya hacia Varvarivka, que está a escasos nueve kilómetros al norte de Guliaipole. El objetivo aquí es claro: cortar la carretera T0401, la arteria logística principal que abastece a Guliaipole desde Pokrovsk, en el óblast de Dnipropetrovsk. Esto significaría que el cerco sobre Guliaipole se está cerrando, aumentando la presión de manera exponencial.

Situación crítica en otros óblasts

En este contexto, podemos afirmar que el frente ucraniano en el óblast de Zaporiyia está, desafortunadamente, desmoronándose fragmento a fragmento. Cada día trae consigo la toma de nuevas localidades por parte de las fuerzas rusas, lo que incrementa la tensión y la necesidad de una respuesta rápida y efectiva.

Y la situación no es mucho más alentadora en el óblast de Dnipropetrovsk. En su avance hacia el este de Pokrovsk, las tropas rusas han llegado al río Vorona, entre Sovnivska y Orestopil, bordeando la parte sur de Velykomykhailivska. Esto amenaza directamente la línea Velykomykhailivska-Pokrovsk-Novopavlivka, que se consideraba crucial para la defensa de Prokrovsk. De hecho, Prokrovsk ya está casi completamente en manos rusas, con solo algunas resistencias aisladas en el norte de la ciudad.

Mientras tanto, las fuerzas rusas continúan penetrando en Myrnohrad por diversas direcciones. Las tropas ucranianas se han fortificado en el norte de la ciudad, defendiendo con ferocidad una bolsa de resistencia que obliga a los invasores a enfrascarse en un combate urbano, siempre costoso y complejo. La determinación ucraniana en estas zonas demuestra su compromiso, pero la presión sigue siendo enorme.

El contexto más amplio y las lecciones del pasado

Con los frentes de Zaporiyia y Dnipropetrovsk cediendo terreno, el presidente ucraniano se encuentra recorriendo Europa, en un intento por asegurar fondos y apoyo vital. En Madrid, se especula con un intercambio de «clases magistrales» entre líderes, un toque de ironía en medio de la gravedad de la situación. Pero la verdad es que, al concentrar sus esfuerzos defensivos en Prokrovsk-Myrnohrad en Donetsk, Kiev parece haber descuidado las defensas en otras regiones, especialmente en Zaporiyia y Dnipropetrovsk. Una decisión que ahora cobra un alto precio.

Esta situación nos trae a la memoria un eco del pasado reciente: la gigantesca inversión de recursos por parte de los países donantes en el otoño de 2022 y el invierno siguiente. Aquel esfuerzo colosal, con el suministro masivo de sistemas, armas y municiones, tenía un objetivo claro: alimentar la esperada contraofensiva del verano de 2023. El plan ucraniano era ambicioso: recuperar Mariúpol, alcanzar los mares Negro y de Azov y aislar Crimea. Sin embargo, esa campaña, muy esperada y con tanta preparación, fracasó estrepitosamente. Un duro recordatorio de la célebre sentencia del mariscal Von Moltke: «ningún plan sobrevive al contacto con el enemigo». Es una lección que, tristemente, sigue resonando en los campos de batalla de Ucrania.

Fuente original de la información: ABC – Pedro Pitarch

Créditos de la imagen: REUTERS

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