Qué pasa cuando el movimiento tiene el lenguaje de la poesía
Qué pasa cuando el movimiento tiene el lenguaje de la poesía
En el fascinante universo de las artes escénicas, hay propuestas que desafían las convenciones y nos invitan a ver el mundo con ojos renovados. Es el caso de ‘Alba’, el espectáculo de danza creado por el innovador Aimar Pérez Galí. Esta obra no es solo un conjunto de pasos coordinados; es una profunda reflexión sobre cómo el lenguaje del movimiento puede imitar y expandir la rica complejidad de la palabra escrita, la poesía y la música.
Piensen por un momento en cómo el cuerpo se expresa: la tensión en una postura que denota dolor, la ligereza de un salto que irradia alegría, la sinuosidad de un gesto que sugiere placer. Ese movimiento natural, inherente a nuestra humanidad, adquiere una capa extra de significado cuando se estructura en una coreografía. Se convierte en un diálogo, no solo entre las partes del cuerpo, sino entre los intérpretes y el público, en una resonancia comparable a cómo las notas forman melodías o las palabras dan vida a las narraciones.
La Danza que Dialoga con la Literatura y la Música
Aimar Pérez Galí, con su obra ‘Alba’, nos propone un viaje donde el movimiento es un auténtico traductor de formas y géneros literarios y musicales. Desde su exitoso estreno en el Mercat de les Flors en febrero de 2024, el espectáculo ha cosechado una trayectoria notable, llevando al escenario una visión singular de la danza. Imaginen sonetos, palíndromos, sextinas, fugas e incluso las antiguas follias transformadas en un lenguaje corporal dinámico y elocuente. Es una experiencia que trasciende lo visual para conectar con la mente y el corazón.
La base de esta propuesta se encuentra en una curiosa investigación de Pérez Galí sobre la intrínseca relación entre la escritura y el código coreográfico. Para él, la sintaxis y la composición literaria y poética son una fuente inagotable de inspiración. De esta manera, la métrica de un verso no solo dicta el ritmo de la palabra, sino que marca los tiempos y los pasos de los bailarines, en perfecta sintonía con la música. Las estructuras de las rimas, por ejemplo, se traducen en la repetición de gestos específicos, creando patrones visuales que recuerdan a esquemas como ABBA ABBA CDC DCD.
De la Hoja de Cálculo a la Elegancia del Gesto
La profundidad de esta concepción es tal que el coreógrafo ha utilizado herramientas tan inesperadas como una hoja de cálculo para diagramar y estructurar estas teorías complejas. Sí, han leído bien, ¡un Excel! Desde ahí, el gesto estilizado por un equipo de bailarines talentosos emerge, transformando lo pragmático en pura poesía. El resultado es un espectáculo que nos sumerge en un ambiente profundamente poético y reflexivo, con una intimidad que se percibe desde el primer instante.
El equipo de ‘Alba’ está compuesto por un elenco de bailarines que dan vida a esta visión: A. Pardo, I. Zapata, N. Crespo, T. Libertad y V. Pérez Armero. Acompañándolos en esta odisea sonora y visual, el talentoso Hug Vilamala al piano, quien además es coautor de la música junto al propio Pérez Galí. La dirección, por supuesto, está a cargo de la mente maestra, Aimar Pérez Galí.
Una Oda a la Libertad y la Colaboración
‘Alba’ se presenta como una obra de apariencia minimalista, pero que derrocha una generosidad inmensa en el plano emocional. Es una verdadera oda a la libertad expresiva y a la colaboración artística. Lejos de las coreografías rigurosamente milimetradas donde cada bailarín es un eslabón de una cadena impuesta, ‘Alba’ permite que cada artista aporte su propia esencia, su propia voz al conjunto. Esto crea una dinámica vibrante y auténtica que se siente en cada movimiento.
La escenografía, aunque sencilla, es increíblemente efectiva. Un suelo blanco sirve de lienzo, sobre el cual un triángulo amarillo se desplaza, reconfigurando el espacio y creando nuevas perspectivas. En un rincón, el piano de Hug Vilamala es un elemento clave. En ocasiones, un bailarín se une a él para tocar a cuatro manos, y en otras, Vilamala mismo se integra con la compañía, difuminando las fronteras entre música y danza con una naturalidad asombrosa.
El espectáculo se enmarca entre un preludio y un epílogo que tienen la ingeniosa forma de un palíndromo, inspirado en el compositor minimalista Tom Johnson. Dentro de esta estructura, la compañía entrelaza una serie de escenas, cada una inspirada en métricas, sonidos o formas diferentes. Citemos algunos ejemplos memorables:
- La fuga: Sus filigranas musicales, al más puro estilo de Johann Sebastian Bach, se transforman en una coreografía que es al mismo tiempo compleja y delicada, reflejando la maestría y el espíritu del genio de Eisenach.
- La sextina ‘Mai’: Inspirada en un poema de Maria Mercè Marçal, esta pieza es un ejemplo de sencillez que alcanza la máxima belleza, demostrando que en lo mínimo puede residir la mayor profundidad.
Cada fragmento de ‘Alba’ es una joya que merecería un análisis detallado, pero es su conjunción lo que crea una experiencia inolvidable. Es un texto en movimiento que nos invita a ir más allá del intelecto, a sumergirnos en la observación, a dejarnos llevar casi hipnotizados por la evolución de los bailarines en escena.
Disfrutar el Arte sin Etiquetas
Como bien defendía la brillante Susan Sontag, a menudo, quizás casi siempre, el verdadero placer del arte reside en simplemente disfrutarlo, sin la necesidad imperiosa de buscar interpretaciones o sentidos ocultos en cada paso, en cada verso. ‘Alba’ nos ofrece justo eso: la oportunidad de vibrar con el arte, de sentir, de emocionarnos, y solo después, si así lo deseamos, reflexionar sobre lo visto.
Este montaje de Pérez Galí llega a Lleida, concretamente a La Llotja el 7 de noviembre. Es una oportunidad de oro para presenciar una propuesta que no solo enriquece el panorama de la danza, sino que también reivindica su valor. Previamente, Pérez Galí había presentado su solo-conferencia ‘Sudando el discurso: una crítica encuerpada’ en el Museo Morera de arte contemporáneo de Lleida, un espacio que se ha consolidado como un faro cultural en la región y que acoge una colección permanente realmente destacable.
La danza, en muchas ocasiones, parece una disciplina olvidada. Por eso, el esfuerzo y la osadía de compañías como la de Aimar Pérez Galí son verdaderamente encomiables. Lograr sostener un proyecto de esta envergadura, con la fragilidad inherente a las artes escénicas en nuestro contexto, y presentarlo con un nivel de excelencia como el de ‘Alba’, es un acto heroico. Ojalá llegue el día en que la danza ocupe el lugar que le corresponde en la programación cultural, en los medios de comunicación y dentro de los presupuestos públicos, porque el arte del movimiento, tal y como nos demuestra ‘Alba’, tiene muchísimo que contarnos y que hacernos sentir.
Fuente original de la información: ABC – Pep Gorgori
Créditos de la imagen: Anna izquierdo