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Río de Janeiro: Las favelas como un campo de guerra internacional

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Río de Janeiro: Las favelas como un campo de guerra internacional

Río de Janeiro: Las favelas como un campo de guerra internacional

La vibrante y enérgica Río de Janeiro, famosa por sus playas de ensueño y su samba contagiosa, se ha encontrado sumida en una sombra que transforma sus favelas en verdaderos escenarios de conflicto. Las recientes operaciones policiales en las comunidades de Alemão y Peña han desvelado una realidad escalofriante: el crimen organizado ha dado un salto cualitativo en su capacidad bélica, equiparándose a escenarios de guerra internacionales. Esta es una noticia que nos golpea con la fuerza de un compás de batería y nos deja pensando en la complejidad de una ciudad que nunca deja de sorprendernos.

La sorpresa entre las autoridades y los agentes ha sido mayúscula. El armamento incautado y las tácticas empleadas por el Comando Vermelho (CV) han superado todas las expectativas. Nada menos que cien fusiles y munición de alto calibre, incluyendo un temible fusil calibre 50, capaz de derribar aeronaves y perforar blindajes, fueron descubiertos. ¡Imaginen la potencia de fuego que esto representa!

Drones y estrategia de guerra: la nueva realidad del CV

Pero el asombro no termina ahí. La facción criminal ha incorporado a su arsenal y estrategia elementos que hasta ahora parecían sacados de un conflicto bélico de alta tecnología. El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, Victor Santos, lo ha admitido sin rodeos: «Es la realidad, este estado de Guerra que la gente vive en Río de Janeiro». Y es que lo ocurrido en estas favelas va más allá de un enfrentamiento convencional.

Durante la ofensiva, los criminales desplegaron drones comerciales de bajo costo, adaptados para lanzar artefactos explosivos. Esta táctica, que pone en riesgo tanto a la policía como a la población civil, recuerda a los métodos vistos en escenarios de guerra lejanos. Se estima que ‘Da Roça’, un traficante clave, invirtió alrededor de 800.000 euros no solo en armamento pesado, sino también en el desarrollo de esta innovadora y peligrosa forma de combate.

La inteligencia detrás de esta nueva estrategia es alarmante. Se cree que estas tácticas han sido copiadas de conflictos internacionales de gran escala, llevando el nivel de sofisticación del crimen organizado en Río a un punto sin precedentes. El arsenal del CV no se limita a fusiles y drones; también incluye cámaras termográficas para monitorear objetivos y bloqueadores de GPS, herramientas que ni siquiera la policía brasileña posee en abundancia. Este es un desafío asimétrico que pone a las fuerzas de seguridad en una desventaja significativa, ya que carecen de los recursos y el presupuesto de guerra necesarios para hacer frente a esta escalada.

El origen de un arsenal imparable: de desvíos a fábricas clandestinas

Pero, ¿de dónde viene este poderío armamentístico? La cadena de suministro de armas del crimen organizado ha experimentado una transformación radical. Si bien antes dependían en gran medida de desvíos de las propias fuerzas de seguridad o de la importación ilegal, ahora la situación ha cambiado drásticamente. Las voces expertas en la prensa local señalan la proliferación de fábricas clandestinas de fusiles, que operan con tecnología de punta.

Nos referimos a la utilización de impresoras 3D industriales que trabajan con metal, capaces de producir piezas a gran escala. Esta es una noticia que cambia completamente el panorama y nos obliga a reconsiderar el problema desde una nueva perspectiva. La facilidad con la que se obtienen estas armas y municiones es un factor clave en esta preocupante escalada. La flexibilización de las reglas de control de armas en los años recientes ha impulsado significativamente este fenómeno, estimulando la proliferación de estas fábricas en territorio brasileño.

La política de desarme que impulsó el expresidente Lula da Silva en su primera gestión contrastaba fuertemente con la tendencia reciente. El resultado de estos cambios es un crimen organizado que ya no se limita al narcotráfico, sino que se ha diversificado, moviendo una suma impresionante de dinero en mercados ilegales. En 2022, hablamos de cerca de 147.000 millones de reales (más de 27.000 millones de euros) en actividades ilícitas como el oro, combustibles y tabaco. Es una guerra en toda regla, y Río de Janeiro está en su epicentro.

El Comando Vermelho: una historia de evolución y complejidad

Para entender la magnitud de este grupo, es crucial echar un vistazo a su historia. El Comando Vermelho nace en la década de 1970, en las cárceles de Río. Originalmente conocido como la Falange de Seguridad Nacional, el grupo surgió de la mezcla de presos políticos y comunes en la prisión de Ilha Grande.

La convivencia forzada en la cárcel dotó a los presos comunes de una estructura organizativa y un sentido de lucha. Al principio, su objetivo era mejorar las duras condiciones carcelarias. Sin embargo, con el tiempo, su enfoque cambió radicalmente. La banda se reorientó hacia el crimen, utilizando el dinero de asaltos a bancos para invertir en el floreciente negocio de la cocaína colombiana a principios de los años 80.

Esta evolución demuestra la capacidad de adaptación y el pragmatismo del CV. La necesidad de proteger sus mercancías ilegales ha sido el motor principal para armarse y crecer exponencialmente, transformándose en la poderosa facción que hoy confronta a las autoridades con tácticas y armamento de nivel bélico.

La situación en Río de Janeiro es un recordatorio de que la realidad a veces supera la ficción. La música puede ser el alma de esta ciudad, pero los ecos de la guerra resuenan en sus favelas, dejando una historia de lucha y complejidad que merece ser contada y analizada con la seriedad que requiere.

Fuente original de la información: ABC – Verónica Goyzueta

Créditos de la imagen: afp

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