¿Sabías que Bad Bunny empezó su carrera en una sala con sólo 20 euros de entrada?
¿Sabías que Bad Bunny empezó su carrera en una sala con sólo 20 euros de entrada?
La historia de Bad Bunny, el fenómeno musical puertorriqueño que ha conquistado el mundo, tiene sus raíces en un pasado mucho más humilde del que muchos podrían imaginar. En particular, la locura desatada por la venta de entradas para sus futuros conciertos en España nos lleva a hacer un viaje nostálgico hacia sus inicios. Este 8 de mayo, la noticia de que las entradas para sus actuaciones se vendían como pan caliente golpeó las redes sociales y los corazones de sus seguidores, desencadenando una serie de eventos que resaltan su ascenso meteórico.
La fiebre de las entradas
El mediodía que se liberaron las entradas fue un verdadero caos. En cuestión de minutos, los fans colapsaron las plataformas de venta al intentar conseguir un ticket para las tres fechas anunciadas en España: dos en Madrid y una en Barcelona. Ante la avalancha de solicitudes, los organizadores no tuvieron más remedio que añadir más fechas para satisfacer la demanda. La situación se tornó aún más intensa al ver que la web llegó a caerse temporalmente. Así es como el “Conejo Malo” logró poner a su legión de seguidores en un estado de frenesí que parecía no tener final.
- Fechas iniciales: Dos en Madrid y una en Barcelona.
- Rango de precios: Desde 80 euros hasta más de 600 euros para las zonas VIP.
- Tickets: Pronto se anticipa un cartel de ‘sold out’ en la mayoría de los recintos.
Un recorrido por los inicios de Bad Bunny
Sin embargo, antes de convertirse en una estrella de renombre internacional, Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido artísticamente como Bad Bunny, tuvo que empezar desde abajo. Su primer acercamiento al público español ocurrió en 2017, un momento que marcaría el inicio de su carrera en el viejo continente. Pero curiosamente, su primera presentación no fue en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, sino en la sala Moon de Valencia, un espacio mucho más modesto que los grandes estadios donde se presenta hoy en día.
El contraste no podría ser más notorio: en 2017, las entradas para su primer concierto en Valencia costaban tan solo 20 euros, lo que facilitó que muchos jóvenes pudieran disfrutar de su música en vivo. Con un aforo de aproximadamente 950 personas, aquellos que asistieron a esa noche memorable no solo tuvieron la oportunidad de ver a Bad Bunny en un ambiente íntimo, sino que también presenciaron el nacimiento de una leyenda musical. Aquel entonces, Bad Bunny ya interpretaba algunas de sus canciones más emblemáticas, como ‘Soy peor’, una de las que lo lanzó a la fama.
Los asistentes a aquel primer concierto ahora pueden presumir de haber sido parte de la historia. Quienes lo disfrutaron en la sala Moon jamás podrían haber imaginado que este artista, que en ese momento aún no era un gran nombre, llenaría en el futuro estadios gigantes y que sus entradas alcanzarían precios exorbitantes, superando los 600 euros en la actualidad.
Reflexionando sobre el viaje de Bad Bunny
El recorrido de Bad Bunny desde esa sala pequeña hasta convertirse en uno de los artistas más influyentes de la música contemporánea es un testimonio del poder de la perseverancia y la creatividad. La evolución de su estilo, desde la música callejera hasta el fenómeno global que es hoy, ha sido marcada por una constante adaptación y un deseo de romper moldes. No solo ha creado un estilo único que mezcla el reggaetón con otros géneros, sino que también ha utilizado su plataforma para discutir temas sociales, convirtiéndose en una voz relevante de su generación.
A medida que la expectativa por sus próximos conciertos crece, es emocionante recordar de dónde vino Bad Bunny y cómo sus humildes comienzos en una pequeña sala han dado paso a un futuro brillante repleto de grandes actuaciones. Es un recordatorio para todos los que lo siguen: cada gran estrella comienza desde abajo y, con pasión y talento, los sueños pueden hacerse realidad.
Sin lugar a dudas, la historia de Bad Bunny nos inspira a seguir nuestros propios caminos, mostrando que a veces, con solo 20 euros y un sueño, se puede conquistar el mundo.
Fuente original de la información: ABC – Marina Ortiz
Créditos de la imagen: Instagram