¿Tiene este empresario razones para temer al Gobierno mexicano?
¿Tiene este empresario razones para temer al Gobierno mexicano?
¡Prepárense para una dosis de intriga y poder en el mundo de los negocios y la política mexicana! El jueves pasado, la escena empresarial y legal del país se vio sacudida por una resolución judicial que pone en el punto de mira a uno de los magnates más influyentes de México. La Corte Suprema del país, conocida por su cercanía con el actual gobierno, ha dictaminado una decisión trascendental contra Ricardo Salinas Pliego, un nombre que resuena con fuerza en diversos sectores económicos.
La noticia que tiene a todo el mundo hablando es la enorme deuda que se le reclama al empresario: nada menos que 1.500 millones de euros. Una cifra que, sea cual sea el ángulo desde el que se mire, es sencillamente estratosférica y podría redefinir el panorama económico y mediático del país.
El Imperio de Salinas Pliego: Más Allá de las Noticias
Para entender la magnitud de este conflicto, es crucial conocer quién es Ricardo Salinas Pliego. Este hombre no es un empresario cualquiera; es una figura con un capital que, según estimaciones, ronda los 5.500 millones de dólares. Su influencia se extiende por un vasto imperio que va mucho más allá de lo que pueda parecer a simple vista.
- Es el propietario de TV Azteca, uno de los canales de televisión más importantes de México. Y no es un canal cualquiera, amigos. Se ha caracterizado por tener una línea editorial bastante crítica con el gobierno actual, especialmente con Claudia Sheinbaum, la mandataria en turno.
- Pero su poder no termina en los medios de comunicación. Sus inversiones abarcan sectores tan estratégicos como la banca, las telecomunicaciones, el consumo masivo e incluso servicios petroleros. Estamos hablando de un jugador clave en la economía del país, con tentáculos en casi cada área vital del desarrollo nacional.
Un Crítico Influyente y Potencial Candidato
Lo interesante de este caso es el contexto político que lo envuelve. En los últimos años, Salinas Pliego se ha convertido en una voz fuerte y constante de la oposición, elevando críticas al gobierno en temas que van desde el cobro de impuestos hasta la inseguridad y los sonados escándalos de corrupción. Su postura ha sido tan marcada que incluso la prensa mexicana ya lo considera un posible candidato de la oposición en futuros comicios.
Esta actividad política y crítica, por supuesto, no pasa desapercibida. Y es precisamente en este escenario de polarización y debate donde llega la resolución judicial, levantando cejas y generando innumerables especulaciones sobre posibles motivaciones detrás de la decisión de la Corte Suprema.
La Decisión de la Corte Suprema: Un Punto de No Retorno
El jueves fue un día decisivo. La Corte Suprema de Justicia desestimó por unanimidad los últimos recursos que el empresario había presentado para impugnar siete créditos fiscales. La suma original de estos créditos es de 33.477 millones de pesos, que se traducen en los mencionados 1.500 millones de euros.
La cúpula judicial mexicana fue clara: consideraron que ninguno de los argumentos presentados por las empresas de Salinas Pliego contenía elementos novedosos o de relevancia constitucional que justificaran un estudio más profundo. En otras palabras, la puerta legal para evitar el pago en esta instancia se cerró. Ninguno de los ministros de la Corte se pronunció a favor de las empresas, lo que refuerza la contundencia del veredicto.
Esta decisión es un mazazo para la parte empresarial, ya que la Corte no emitió ningún juicio sobre la legalidad de las resoluciones del ente recaudador mexicano, que ya habían sido confirmadas por diversos tribunales menores. Esto significa que la ruta de apelación interna en México se ha agotado, y el gobierno está ahora en posición de ejecutar las deudas.
¿Qué Sigue Ahora? El Cobro Coactivo y la Vía Internacional
Una vez que la Corte notifique oficialmente sus sentencias, el gobierno mexicano tendrá la potestad de iniciar el cobro coactivo de estas deudas. ¿Qué implica esto? Podrían tomar directamente fondos de las cuentas de las empresas de Salinas Pliego o incluso proceder con la subasta de inmuebles y otros bienes que han estado embargados como garantía durante estos litigios, algunos de los cuales se extienden por más de una década.
Ante esta situación, el empresario propuso en octubre un pago global reducido, de unos 400 millones de euros, una fracción de la cantidad reclamada. Sin embargo, la decisión del jueves sugiere que esta oferta podría no ser suficiente para frenar el proceso.
Ricardo Salinas Pliego no se ha quedado de brazos cruzados. Ha declarado públicamente que no descarta acudir a instancias internacionales. Sus palabras resuenan con fuerza: acusa al gobierno de una «persecución política sistemática», exigiendo la eliminación de lo que considera «cobros dobles inconstitucionales y multas desproporcionadas». Afirma que su objetivo es la protección de sus derechos humanos y la exhibición de las «pruebas» de esta supuesta persecución ante el mundo.
Además, ha puesto el foco en el «silencio administrativo y dilación» del Servicio de Administración Tributaria (SAT) ante sus solicitudes de cuantificar la deuda de forma justa y legal. Para él, esta actitud oficial es una confirmación de la «motivación política» detrás de todo el asunto. Sin duda, este es un capítulo que está lejos de cerrarse y que promete seguir dando de qué hablar en los pasillos del poder y en las pantallas de nuestros televisores.
Fuente original de la información: ABC – Milton Merlo
Créditos de la imagen: AFP