¿Y si el barroco seguía vivo un misterio que la Accademia Bizantina descubre en cada concierto

¿Y si el barroco seguía vivo? Un misterio que la Accademia Bizantina descubre en cada concierto
En un mundo donde la música barroca podría parecer un arte perdido en el tiempo, la Accademia Bizantina emerges como un faro que mantiene viva esta tradición musical con una pasión(choices) inquebrantable. EstaCoalición de músicos, procedentes de Bagnacavallo, una pequeña ciudad de la provincia de Ravenna,ActionPerformed su reciente visita a la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid, como parte del ciclo «Universo Barroco» del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). Su objetivo: demostrar que la música barroca no solo sigue siendo relevante, sino que también puede impactar profundamente al público actual.
El arte de revivir el barroco
El concertino de la Accademia Bizantina, Alessandro Tampieri, comienza su día de una manera inusual: corriendo por el parque del Retiro a primerísima hora de la mañana. «Me gusta visitar las ciudades haciendo deporte; es una forma única de conectar con el espacio y de iniciare el día con energía», afirma. Este mañana particular, sin embargo, no fue distinto: mientras Tampieri corría por los alrededores delRetiro, sus compañeros de orquesta se preparabanPara another día intenso de ensayos y actuaciones.
La Accademia Bizantina no es cualquier orquesta barroca. Su enfoque único, liderado por el maestro Ottavio Dantone, se centra en descubrir y transmitir los códigos y técnicas musicales de la época barroca, mediante un método riguroso de investigación filológica. «Es necesario transmitir los mismos efectos, sentimientos y formas de expresión que había en aquel momento con la misma fuerza al público moderno», asegura Dantone.
El ‘método Dantone’: Clave para interpretar el barroco
El núcleo del éxito de la Accademia Bizantina reside en el denominado ‘método Dantone’. Este sistema, fraguado a lo largo de décadas de investigación, permite a los músicos interpretar las partituras antiguas como si fueran contemporáneos de la época barroca. Esto implica conocer a fondo las técnicas, los códigos y el lenguaje musical de la época:
- Prácticas interpretativas originales, muchas veces implícitas en las partituras pero no escritas.
- Un enfoque en la retórica y el estudio del lenguaje barroco.
- Una constante actualización basada en la investigación filológica y la experiencia.’
«Llevo más de 40 años trabajando y estudiando estos códigos barrocos, pero nunca son suficientes. Nunca se deja de estudiar», enfatiza Dantone, un verdadero maestro en su campo.
Un grupo con un mismo sentir
Más allá de la música, la Accademia Bizantina representa una forma de vida. Los músicos comparteUn vínculo especial, forjado a través de años de giras constantes y un trabajo en equipo. «La acogida y el sentir humano de los músicos siempre ha sido el mismo», asegura Ana Liz Ojeda, segunda violinista principal del grupo y una de las más recientes incorporaciones.
La orquesta no solo interpreta música barroca; la vive. Sus conciertos son una experiencia única, donde cada nota transmite la emoción y la intensidad de la época. «Hay que transmitir el lenguaje tal cual era al público sin imponer tu gusto personal», subraya Dantone. Para los músicos de la Accademia, esto significa entregarse por completo al sonido y a la interpretación, convirtiéndose en intermediarios entre el pasado y el presente.
Un legado vivo
La Accademia Bizantina nació en los años 80, cuando tres estudiantes del Conservatorio de Rávena decidieron unirse para explorar las posibilidades de la música barroca. Con Ottavio Dantone al frente, el grupo ha evolucionado hasta convertirse en una de las orquestas más destacadas en su género. Su objetivo último es asegurar que la música barroca no solo siga siendo relevante, sino que también continúe emocionando a nuevas generaciones.
Como afirman los propios músicos, el barroco no es solo un estilo musical; esatre un modo de vida, una forma de expresión que trasciende el tiempo.
Fuente original de la información: ABC – Clara Molla Pagán
Créditos de la imagen: Isabel Pemuy