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El calor de 2024 dejó este saldo inesperado en España

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El calor de 2024 dejó este saldo inesperado en España


El calor de 2024 dejó este saldo inesperado en España

El verano de 2024 pasará a la historia como uno de los más calurosos en Europa, y los datos que emergen sobre su impacto son, cuanto menos, escalofriantes. Aunque en Vinyl Station Radio estemos más acostumbrados a hablar de éxitos musicales y estrenos cinematográficos, a veces la realidad nos golpea con noticias que nos obligan a mirar más allá del entretenimiento, hacia temas que nos afectan a todos como sociedad.

Un reciente estudio ha puesto sobre la mesa cifras impactantes: se estima que más de 62.700 personas fallecieron en el continente europeo debido al calor extremo entre el 1 de junio y el 30 de septiembre de 2024. ¡Casi nada! Esto nos invita a reflexionar sobre la magnitud de los desafíos climáticos que enfrentamos y cómo directamente impactan en nuestra vida cotidiana.

España, en el epicentro de las consecuencias

Y si hablamos de cifras impactantes, nuestro país no ha salido bien parado. España se sitúa como el segundo país de Europa con mayor mortalidad relacionada con el calor, registrando 6.743 muertes. Solo Italia, con 19.038 fallecimientos, supera esta cifra. Estos datos, aunque preocupantes, tienen un matiz importante: la mortalidad en 2024 fue casi un 50% menor que en 2022, un año que fue aún más sofocante en nuestro territorio con 12.135 fallecimientos. Parece que, a pesar de todo, hay lecciones que se están aprendiendo, aunque el camino sea largo.

Radiografía europea: dónde pegó más el sol

El estudio no se quedó solo en España, sino que analizó 654 regiones a lo largo de 32 países europeos. Después de Italia y España, otros países con altas cifras de mortalidad fueron:

  • Alemania: 6.282 muertes
  • Grecia: 5.980 muertes
  • Rumanía: 4.943 muertes

En total, la cifra combinada para los veranos de 2022, 2023 y 2024 asciende a más de 181.000 muertes en toda Europa, con dos tercios de ellas concentradas en la siempre soleada (y ahora, cada vez más crítica) región del sur del continente. Es un recordatorio contundente de que nuestra localización geográfica nos hace especialmente vulnerables a los caprichos del clima.

Impacto diferenciado: ¿quiénes son los más vulnerables?

La cruda verdad es que el calor no afecta a todos por igual. El estudio revela una preocupante desigualdad en las cifras de mortalidad. Las mujeres fueron un 46,7% más afectadas que los hombres en 2024. Y si hablamos de edad, la brecha es aún más dramática: las personas mayores de 75 años tuvieron una mortalidad más de tres veces superior a la del resto de la población. Esto subraya la necesidad de estrategias de prevención y protección específicas para los grupos más frágiles de nuestra sociedad.

Aunque el verano de 2024 en España fue menos extremo que sus predecesores inmediatos, las cifras continúan siendo una señal de alarma. Al fin y al cabo, estamos en una de las zonas del mundo donde el cambio climático muestra su cara más dura. Tal como apunta un experto en el tema, Europa se está calentando a un ritmo el doble de la media mundial, y dentro de ella, la cuenca mediterránea se ha convertido en un auténtico «punto caliente» climáticamente hablando, con un impacto creciente en nuestra salud.

Anticipación y adaptación: la clave para el futuro

Pero no todo son datos desalentadores. El mismo trabajo que nos ha brindado estas cifras también ha evaluado una herramienta prometedora llamada Forecaster.health. ¿Y qué hace esto? Pues convierte datos meteorológicos en alertas sanitarias específicas para cada región y grupo de población. La idea es que podamos anticipar con hasta una semana de antelación los riesgos de mortalidad extrema por calor.

Imaginen el potencial: saber con tiempo dónde y quiénes estarán más expuestos a los peligros del calor extremo. Esto podría transformar la forma en que los sistemas de salud y las administraciones públicas responden a las olas de calor. Como bien señala un investigador del estudio, la magnitud de estos números nos obliga a reforzar las estrategias de adaptación y a implementar una nueva generación de sistemas de alerta que realmente salven vidas entre las poblaciones más vulnerables.

La temperatura de 35 ºC no tiene el mismo impacto en Asturias que en Sevilla. Esa es la lógica detrás de estas alertas más precisas. Un epidemiólogo de la Universidad de Drexel lo explica a la perfección: no es una talla única para todos, sino que hay que adaptar las respuestas al contexto local. Un actuario y doctor en Salud Pública añade que estos estudios son un recordatorio contundente del verdadero coste humano del cambio climático, y el verdadero desafío será cómo nuestros sistemas de salud logran adaptarse para prevenir muertes que son totalmente evitables en futuras olas de calor. Desde Vinyl Station Radio, siempre estaremos atentos a cómo estos desafíos se reflejan en nuestra cultura y nuestra sociedad.

Fuente original de la información: ABC – R. I.

Créditos de la imagen: FLICKR

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