El descubrimiento que podría cambiar la forma en que detectamos el melanoma antes de que sea demasiado tarde

El descubrimiento que podría cambiar la forma en que detectamos el melanoma antes de que sea demasiado tarde
El melanoma, considerado uno de los cánceres de piel más agresivos, ha sido objeto de un avance revolucionario que podría transformar la manera en que se diagnostica y monitorea. Un nuevo estudio, realizado en el prestigioso centro médico NYU Langone Health y su Centro Oncológico Perlmutter, ha revelado la eficacia de un análisis de sangre que detecta fragmentos de ADN tumoral en circulación, conocido como ADN tumoral circulante (ctDNA).
El estudio y sus hallazgos
Publicada en la vía de investigación médica ‘The Lancet Oncology’, la investigación demostró que aproximadamente el 80% de los pacientes con melanoma en estadio III que presentaron niveles detectables de ctDNA antes de comenzar el tratamiento, experimentaron una recaída. Además, el regreso del cáncer se observó más de cuatro veces más rápido en estos individuos en comparación con aquellos que no mostraron presencia detectable del marcador genético.
Mahrukh Syeda, la autora principal del estudio, destacó que estos resultados sugieren que las pruebas de ctDNA podrían ser herramientas valiosas para que los oncólogos identifiquen a los pacientes con melanoma que tienen más probabilidades de responder favorablemente al tratamiento.
¿Qué es el ADN tumoral circulante?
El ADN tumoral circulante (ctDNA) es un fragmento de material genético que se libera al torrente sanguíneo cuando las células tumorales mueren. Durante el estudio, el equipo de investigación encontró que, incluso en casos donde los niveles de ctDNA no eran detectables inicialmente, su aparición en los meses posteriores al inicio del tratamiento (a los 3, 6, 9 o 12 meses) estaba fuertemente relacionada con una alta probabilidad de recaída.
Desafíos en la detección del melanoma
Detectar la reaparición del melanoma en estadio III puede ser complicado, dado que las células cancerosas se han propagado desde la piel hacia los ganglios linfáticos cercanos. Aunque estos ganglios suelen ser extirpados quirúrgicamente, las técnicas de imagen convencionales, como radiografías o tomografías, no siempre pueden revelar la presencia de cáncer en fases tempranas.
Syeda subrayó la importancia de contar con herramientas que proporcionen retroalimentación temprana sobre la progresión del tratamiento, especialmente en una enfermedad tan peligrosa como el melanoma. Esto podría marcar una diferencia crucial en la atención al paciente y en los resultados del tratamiento.
Implicaciones del estudio
El análisis se centró en 600 pacientes de un ensayo clínico previo que abarcó Europa, América del Norte y Australia. Los investigadores compararon los niveles de ctDNA con la evolución clínica del cáncer, ajustando los resultados según variables como edad, sexo y tipo de tratamiento.
Los resultados fueron prometedores, incluso en comparación con otras pruebas experimentales basadas en tejidos tumorales, como las pruebas que miden la actividad del sistema inmunológico en células cancerosas. David Polsky, dermatólogo y también autor principal del estudio, indicó que mientras los análisis convencionales basados en tejido solo pueden sugerir una posibilidad de recaída, el ctDNA proporciona una medición directa y clara del estado del cáncer.
Afrontando el futuro
No obstante, Polsky también advirtió que algunos casos de recaída ocurrieron incluso con pruebas negativas de ctDNA previas al tratamiento. Esto ha llevado al equipo a trabajar en mejorar la sensibilidad del test.
El futuro del análisis de ctDNA en entornos clínicos se presenta brillante, ya que sus investigadores planean evaluar si su uso puede mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes al permitir tratamientos más personalizados y oportunos. Además, se están desarrollando versiones más precisas de la prueba para reducir los falsos negativos.
Este avance en la detección del melanoma ofrece una luz de esperanza en el seguimiento de pacientes con esta enfermedad avanzada, y podría integrarse en protocolos médicos rutinarios en el futuro cercano.
Fuente original de la información: ABC – R. Ibarra
Créditos de la imagen: ABC