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El descubrimiento que podría cambiar la forma en que entendemos la motivación en pacientes con cáncer

Un nuevo enfoque sobre la motivación en pacientes con cáncer La lucha contra el cáncer siempre ha tenido sus desafíos, y uno de los aspectos más complejos es có...

Un nuevo enfoque sobre la motivación en pacientes con cáncer

La lucha contra el cáncer siempre ha tenido sus desafíos, y uno de los aspectos más complejos es cómo este terrible mal afecta la motivación y el estado emocional de los pacientes. Durante años, los expertos asumieron que la fatiga extrema y la pérdida de motivación eran simples consecuencias del deterioro físico que acompañaba a la enfermedad. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Science por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (WashU Medicine) y el Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL) abre una puerta inesperada al entendimiento de estos síntomas.

Un vínculo biológico inexplorado

Este estudio, realizado en un modelo de ratón de caquexia, un síndrome comúnmente observado en casos de cáncer avanzado, indica que la pérdida de motivación puede tener su origen en una vía cerebral que responde a señales inflamatorias. Los científicos encontraron que un grupo de neuronas especializadas en el tronco del encéfalo reacciona ante la presencia de la molécula interleucina-6 (IL-6), que se encuentra en niveles elevados en pacientes con caquexia. Esta interacción desencadena una cascada que disminuye la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, una región cerebral crucial para la motivación y el placer.

Restaurando la motivación

El autor principal del estudio, Adam Kepecs, detalló: «Hemos identificado un mecanismo cerebral directo a través del cual la inflamación inducida por el cáncer reduce la motivación». Lo interesante de este descubrimiento es que los investigadores lograron restaurar la motivación en ratones con caquexia sin que esto afectara el avance del cáncer ni la pérdida de peso. Esto sugiere que estos síntomas pueden ser abordados de manera independiente.

Para revertir la falta de motivación observada en los ratones, el equipo utilizó dos metodologías:

  • Aumento de dopamina: Incrementaron los niveles de dopamina en áreas específicas del cerebro.
  • Bloqueo de neuronas: Desactivaron las neuronas del tronco encefálico que son sensibles a la IL-6.

Ambas estrategias mostraron resultados positivos, restaurando el comportamiento motivado en los animales incluso en fases avanzadas de la enfermedad, lo que ofrece una rayito de esperanza.

Anticuerpos contra IL-6: una nueva frontera

La investigación también exploró la administración de un anticuerpo contra IL-6, similar a fármacos utilizados en enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide. Este enfoque también fue efectivo para revertir la apatía en los ratones, sugiriendo un posible camino hacia futuros ensayos clínicos en pacientes oncológicos.

El impacto de la desmotivación en pacientes oncológicos

En el contexto del cáncer avanzado, la desmotivación puede tener consecuencias graves. Muchos pacientes expresan no sentir deseos de comer, hablar o participar en actividades que antes disfrutaban. «Algunos dicen que les preparan su comida favorita y no sienten el menor deseo de comerla», comentó Tobias Janowitz, coautor del estudio. Estos cambios, que a menudo se consideran emocionales, tienen una raíz neurobiológica directa, según los hallazgos de la investigación.

La caquexia y su prevalencia

Este síndrome afecta a más del 70% de las personas con cáncer avanzado. Aparte de deteriorar el estado físico, limita la capacidad del organismo para soportar tratamientos como la quimioterapia o la inmunoterapia. El descubrimiento realizado por este equipo marca un hito importante, ya que sugiere que el bienestar y la calidad de vida de los pacientes podrían mejorarse sin necesidad de interrumpir el avance del cáncer.

Implicaciones para el futuro

Kepecs explicó que este mecanismo, aunque adaptativo en contextos de infecciones agudas, resulta perjudicial en enfermedades crónicas como el cáncer avanzado, donde la desmotivación prolongada puede agravar la condición del paciente. Además, los investigadores creen que esta via cerebral podría estar implicada en otras enfermedades inflamatorias crónicas, abriendo nuevas líneas de investigación que podrían transformar la forma en que entendemos y tratamos la apatía más allá del contexto oncológico.

Este estudio destaca la importancia de la colaboración interdisciplinaria entre neurociencia, inmunología y oncología. Si bien se basa en modelos animales, sienta las bases para investigar terapias que se dirijan al sistema nervioso central y que puedan aliviar los síntomas conductuales más debilitantes en pacientes con cáncer. La meta final, como concluyó Janowitz, es mejorar la calidad de vida del paciente: «Si conseguimos que se sientan mejor, también podrán beneficiarse más de los tratamientos que ya tenemos».

Fuente original de la información: ABC – R. Ibarra

Créditos de la imagen: PEXELS

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