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El giro en el caso Ibar que nadie esperaba tres décadas después

El giro en el caso Ibar que nadie esperaba tres décadas después Un giro de guion treinta años después Hay historias que parecen escritas en piedra, relatos judi...






El giro en el caso Ibar que nadie esperaba tres décadas después

Un giro de guion treinta años después

Hay historias que parecen escritas en piedra, relatos judiciales que, con el paso de los años, se asientan en la memoria colectiva con un final aparentemente definitivo. El caso de Pablo Ibar es uno de ellos. Tres décadas de lucha legal, una condena a muerte que se conmutó por cadena perpetua y una batalla incansable por demostrar su inocencia. Cuando todo parecía encaminado hacia un callejón sin salida, la defensa ha sacudido el tablero con una revelación que podría cambiarlo todo.

El abogado de Ibar, Daniel Tibbitt, ha anunciado algo que suena a película: ha localizado a un testigo que afirma conocer la identidad de los verdaderos autores del triple asesinato cometido en Florida en 1994. Un giro dramático que llega justo cuando se cumplen treinta años del crimen y que busca reabrir un caso que ha mantenido en vilo a la opinión pública a ambos lados del Atlántico.

El crimen que lo cambió todo

Para entender la magnitud de esta noticia, hay que viajar en el tiempo hasta el 26 de junio de 1994. Aquel día, en Miramar (Florida), tres personas fueron brutalmente asesinadas: Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y las bailarinas Sharon Anderson y Marie Rogers. La escena del crimen fue captada por una cámara de seguridad instalada en el salón de la vivienda, una pieza que se convertiría en el eje central de todo el proceso judicial.

En esas imágenes, de calidad muy deficiente, aparecía el rostro borroso de uno de los asaltantes. La policía identificó a ese joven como Pablo Ibar, de origen vasco y sobrino del legendario boxeador José Manuel Ibar, más conocido como ‘Urtain’. A partir de ahí, comenzó una odisea legal: un primer juicio nulo, un segundo juicio en el año 2000 que lo condenó a muerte y, finalmente, la anulación de esa sentencia en 2016 para celebrar un nuevo juicio en 2019 que, para decepción de su familia y equipo legal, lo volvió a declarar culpable, esta vez con una condena de cadena perpetua.

La aparición del testigo clave

La defensa nunca se rindió, y su perseverancia parece haber dado frutos. Daniel Tibbitt, en una comparecencia junto a Joe Nascimento, otro de los letrados del equipo, desveló que han presentado una moción en los juzgados de Broward County para solicitar un nuevo juicio. La base de esta petición es una declaración jurada y firmada por un nuevo testigo, cuya identidad se mantiene protegida pero cuyo testimonio es explosivo.

Según la defensa, esta persona no solo asegura que Ibar es inocente, sino que ha proporcionado el nombre y apellido del presunto autor material y el alias de su cómplice. «Sabemos los nombres y apellidos de las personas sospechosas de haber cometido estos crímenes», afirmó Nascimento, añadiendo un contundente: «Esto tiene consistencia».

El testigo, que actualmente no reside ni en Estados Unidos ni en España, tiene un pasado con antecedentes por robos, pero hoy lleva una vida alejada de la delincuencia. Al parecer, los verdaderos asesinos le confesaron el crimen en su día. La razón por la que ha tardado tanto en hablar es, según su declaración, que no fue hasta hace poco, al ver la historia de Pablo Ibar en los medios, cuando se dio cuenta de que un inocente estaba pagando por un crimen que él conocía de primera mano. Fue entonces cuando decidió «dar el paso».

¿Quiénes son los nuevos sospechosos?

La investigación de la defensa ha ido más allá del testimonio. Han descubierto que el principal sospechoso señalado por el testigo tiene un historial delictivo marcado por «crímenes muy violentos en los años 90», tenía conexiones con los cárteles colombianos de la droga y, crucialmente, no estaba en prisión cuando ocurrieron los asesinatos.

Pero la pieza que podría ser definitiva es otra. La defensa asegura tener una fotografía de este sospechoso de la misma época del crimen. Y aquí viene lo impactante: afirman que guarda «un gran parecido» con el rostro que aparece en el vídeo de seguridad, la prueba que originalmente condenó a Ibar. La esperanza es ahora poder cotejar las muestras de ADN recogidas en la escena del crimen, que nunca coincidieron con las de Ibar, con el material genético de estos nuevos sospechosos.

El largo camino que queda por delante

Con la moción ya presentada, el sistema judicial estadounidense se pone en marcha. El proceso, aunque lleno de esperanza para Ibar, no será rápido. Estos son los pasos que se esperan:

  1. La declaración del testigo se comparte con la Fiscalía, que tendrá derecho a entrevistarlo personalmente.
  2. Una vez se realicen las diligencias necesarias, el juez deberá tomar una decisión: admitir la revisión del caso y ordenar un nuevo juicio o, por el contrario, rechazar la petición.
  3. Sea cual sea la decisión, tanto la defensa como la acusación podrán recurrirla ante instancias superiores.
  4. Si, tras agotar todas las vías de apelación, la justicia da la razón a Ibar, el proceso judicial volvería a empezar de cero, con un nuevo juicio en el que, esta vez sí, Pablo no estaría solo en el banquillo.

La defensa se muestra optimista. Creen que la «amplia batería de razonamientos», la declaración jurada y, sobre todo, el asombroso parecido físico del nuevo sospechoso con la figura del vídeo, son argumentos más que suficientes para reabrir la causa. «Estamos confiados de que esto va a prosperar», concluyó Tibbitt. Para Pablo Ibar, que ha pasado más de media vida en prisión defendiendo su inocencia, esta podría ser la luz al final de un túnel que ha durado treinta años.

Fuente original de la información: ABC –

Créditos de la imagen: EFE

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