El giro inesperado que enfureció a Ucrania

El giro inesperado que enfureció a Ucrania
¡Atención, comunidad de Vinyl Station! Tenemos noticias que están dando de qué hablar en el mundo del deporte y la política, y no precisamente por las razones más alegres. La Asamblea General del Comité Paralímpico Internacional (CPI) ha tomado una decisión que ha resonado con fuerza en el escenario global, especialmente en Ucrania. Este sábado, en una votación que ha dejado a muchos con la boca abierta, se decidió no mantener el veto que pesaba sobre los comités paralímpicos de Rusia y Bielorrusia.
Esta medida, que viene tras la invasión de Ucrania, había sido un punto de contención significativo. Sin embargo, el CPI ha anunciado que «las organizaciones miembro del Comité Paralímpico Internacional han votado no mantener la suspensión parcial a los comités paralímpicos nacionales de Bielorrusia y Rusia». Un movimiento que, sin duda, cambia el panorama para los próximos eventos deportivos.
Un camino lleno de controversia
La votación no fue unánime y estuvo cargada de tensión. Una primera propuesta que buscaba suspender de forma total a Moscú y Minsk fue rechazada con 111 votos en contra, frente a solo 55 a favor y 11 abstenciones. Esto ya mostraba una clara división dentro de la asamblea. Pero la cosa no quedó ahí.
Posteriormente, se rechazó una moción para suspender parcialmente solo a Rusia, con un resultado de 91 votos en contra, 77 a favor y 8 abstenciones. Este resultado, que en sí mismo ya era significativo, marcó el inicio de la rehabilitación de la representación rusa. Un escenario similar se dio con Bielorrusia, donde la moción de suspensión parcial fue rechazada por 103 votos en contra, 63 a favor y 10 abstenciones.
Como consecuencia de estas votaciones, el CPI ha confirmado que «esta decisión implica que el Comité Paralímpico Nacional de Bielorrusia y el Comité Paralímpico Nacional de Rusia recuperan sus plenos derechos y privilegios como miembros del CPI». Esto revierte por completo la decisión tomada en la Asamblea General del año pasado, en 2023, donde se había determinado que ambos comités no habían cumplido con sus obligaciones.
Mirando hacia Milán/Cortina 2026
La trascendencia de esta resolución es enorme, especialmente de cara a los Juegos Paralímpicos de Milán/Cortina, programados del 6 al 15 de marzo. Si las diferentes federaciones deportivas levantan las sanciones impuestas, los atletas paralímpicos rusos y bielorrusos podrán competir bajo sus banderas nacionales. Imaginen la expectativa y el debate que esto genera en cada disciplina.
Las implicaciones de este giro inesperado no han tardado en tener eco. Desde Rusia, el ministro de Deportes y presidente del Comité Olímpico Ruso, Mijail Degtiarev, ha expresado su alegría y esperanza, confiando en que esta reincorporación sirva de precedente para el Comité Olímpico Internacional (COI) y otras federaciones. Según sus palabras, este es el resultado de un gran esfuerzo y espera que haya una mayor flexibilidad en el futuro.
Por su parte, el presidente del Comité Paralímpico Ruso, Pavel Rozhkov, ha subrayado cómo las gestiones diplomáticas del presidente ruso, Vladimir Putin, con países de Asia, África y Latinoamérica, fueron clave para la reincorporación de Rusia. Un claro indicativo de que el deporte también es un campo de juego para la diplomacia internacional.
La furia de Ucrania: «¡Una traición!»
Mientras unos celebran, otros lamentan con profunda decepción. Esta decisión ha provocado una enorme indignación en Ucrania. El ministro de Deportes ucraniano, Matvii Bidnyi, no se ha andado con rodeos al acusar al CPI de haber «traicionado su conciencia y sus valores olímpicos». Es una declaración fuerte que pone de manifiesto la profundidad del descontento.
Bidnyi ha lanzado un mensaje directo a sus «socios europeos», especialmente a aquellos que serán anfitriones de los próximos Juegos Paralímpicos de Invierno de Milán-Cortina 2026. Ha manifestado su deseo de que no se permita que «la bandera del estado agresor ondee sobre el espacio libre y democrático mientras continúe la guerra de agresión».
El ministro ucraniano no ha descartado la posibilidad de un boicot a los Juegos de Invierno, señalando que la decisión final se tomará de manera colectiva, evaluando «muchas circunstancias». Ha enfatizado que los intereses de «una Ucrania libre y unida» serán la brújula que guíe su decisión. Esto plantea un escenario complicado para los organizadores y para toda la comunidad paralímpica.
En las seis disciplinas previstas para los Juegos Paralímpicos de 2026 —que incluyen esquí alpino, esquí de fondo, snowboard, biatlón, hockey sobre hielo y curling en silla de ruedas— las federaciones internacionales tienen ahora la última palabra. Su decisión será crucial para determinar si los atletas rusos y bielorrusos podrán participar con sus símbolos nacionales.
Para Ucrania, esta reintegración es percibida como una auténtica traición a los principios y valores del movimiento paralímpico. La posibilidad de boicotear eventos o de ver a sus atletas enfrentarse directamente a competidores rusos y bielorrusos bajo sus banderas nacionales es un escenario que Kiev considera inaceptable. La tensión está servida, y el mundo del deporte paralímpico se prepara para un periodo de intensa incertidumbre.
Fuente original de la información: ABC –
Créditos de la imagen: efe