El privilegio que miles de socios del Sevilla están a punto de perder

El privilegio que miles de socios del Sevilla están a punto de perder
Hay lugares que son más que simples espacios físicos. Son templos de emociones, epicentros de pasión colectiva donde miles de almas vibran al unísono. El estadio Ramón Sánchez-Pizjuán es, sin duda, uno de ellos. Cada fin de semana, sus gradas se convierten en un mar de banderas y cánticos, el legendario motor que impulsa al Sevilla FC. Sin embargo, una sombra silenciosa se ha ido extendiendo por ese mar de pasión: la de los asientos vacíos. Y el club ha decidido tomar cartas en el asunto con una medida que ya está generando un intenso debate.
Un estadio lleno de pasión… y de sillas vacías
Las cifras son reveladoras y han encendido las alarmas en las oficinas de Nervión. A pesar del fervor que rodea al equipo, una media de 5.478 abonados no acuden al estadio en cada jornada de liga. Este número no solo es significativo, sino que además está en aumento. Respecto a la temporada anterior, la cifra de ausencias se ha incrementado en unas 1.500 personas, una tendencia que el club está decidido a revertir.
Es cierto que, en el contexto del fútbol español, el sevillismo sigue demostrando una fidelidad notable. El índice de absentismo en el Sánchez-Pizjuán se sitúa en un 14%, una cifra que, aunque preocupante, está por debajo de la media nacional del 17%. Pero para una entidad que vive y respira por el aliento de su gente, cada butaca vacía es una oportunidad perdida de crear esa atmósfera mágica que intimida a los rivales y lleva en volandas a los suyos. El objetivo es claro: el Pizjuán tiene que rugir con toda su capacidad, siempre.
La nueva norma del club: asistencia obligatoria o adiós al descuento
Ante esta situación, la directiva sevillista ha puesto sobre la mesa una solución drástica y directa, apuntando a un colectivo muy concreto. El club ha detectado que una parte considerable del absentismo proviene de los socios que disfrutan de abonos bonificados, es decir, aquellos que pagan un precio reducido por su carnet debido a circunstancias específicas como la edad o situaciones familiares.
La nueva política es tajante: a partir de esta temporada, se exigirá a estos socios bonificados una asistencia mínima para poder mantener su privilegio en el futuro. Concretamente, deberán acudir, ceder su asiento o venderlo a través de los canales oficiales del club en, al menos, 14 de los 19 partidos de LaLiga que se disputen en casa. La flexibilidad existe, ya que no se obliga a la asistencia presencial, sino a garantizar que el asiento no quede vacío. Sin embargo, la responsabilidad recae completamente en el socio.
¿A quién afecta directamente esta medida?
Esta nueva normativa no es para todos, sino que se centra exclusivamente en los abonados que se benefician de tarifas especiales. Si eres uno de ellos, o conoces a alguien que lo sea, presta mucha atención. Los colectivos señalados por el club son los siguientes:
- Socios hasta los 16 años: Jóvenes aficionados que no hayan cumplido los 17 años al finalizar la temporada anterior.
- Pack Familiar: Grupos familiares que incluyen al menos un adulto y un menor de 18 años con parentesco directo (padres/hijos, abuelos/nietos).
- Abonos Especiales: Socios que acrediten una discapacidad física o psíquica superior al 49%.
- Movilidad Reducida: Aficionados que utilizan silla de ruedas y ocupan las zonas habilitadas para ello.
- Mayores de 70 años o con movilidad limitada: Socios de edad avanzada o aquellos que puedan certificar médicamente una limitación de movilidad.
La letra pequeña de la penalización y la polémica servida
¿Y qué pasa si no se cumple con la regla de los 14 partidos? Aquí es donde la medida se vuelve más dura y controvertida. Aquellos socios bonificados que no alcancen el umbral de asistencia o cesión requerido durante la próxima temporada se enfrentarán a una consecuencia económica directa: perderán su bonificación para la temporada 2026-27. Esto significa que, para renovar su abono, tendrán que pagar el precio completo, el mismo que cualquier socio general sin ningún tipo de descuento.
Como era de esperar, el anuncio ha desatado una oleada de críticas en las redes sociales. Muchos aficionados argumentan que esta política penaliza precisamente a los colectivos más vulnerables. Cuestionan si una familia con niños pequeños puede garantizar su asistencia con tanta rigidez, o si una persona mayor o con problemas de movilidad tiene la misma facilidad para gestionar la cesión de su abono. La medida, que desde la perspectiva del club busca optimizar recursos y fomentar un estadio lleno, es vista por una parte de la afición como una falta de empatía hacia las circunstancias personales que, precisamente, justifican la existencia de esas bonificaciones.
Se abre así un debate fascinante sobre la naturaleza de ser socio de un club de fútbol en el siglo XXI. ¿Es un derecho adquirido por la lealtad o un servicio sujeto a condiciones de uso? El Sevilla FC ha movido ficha, apostando por una gestión más rigurosa de sus activos. Ahora, la respuesta de su masa social, especialmente la de los miles de afectados por esta nueva norma, marcará el pulso de la grada en los próximos meses.
Fuente original de la información: ABC – Candela Vázquez
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