El sorprendente vínculo entre la edad y el cáncer que cambia todo lo que creíamos saber

El sorprendente vínculo entre la edad y el cáncer que cambia todo lo que creíamos saber
Recientemente, un estudio revolucionario ha revelado un vínculo inesperado entre el envejecimiento y el cáncer que podría cambiar radicalmente nuestra comprensión de estas condiciones tan complejas. Este fenómeno, conocido como hematopoyesis clonal de potencial indeterminado (CHIP), se refiere a la expansión de células sanguíneas mutadas y ha cobrado relevancia en el ámbito oncológico, especialmente en casos de cáncer de pulmón.
Hallazgos del estudio
Publicado en The New England Journal of Medicine, el estudio analizó más de 400 pacientes con cáncer de pulmón, junto con otros 49,000 pacientes que presentaban diversos tipos de cáncer en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK). Los resultados fueron impactantes: los pacientes con mutaciones CHIP en la sangre mostraban una notable menor supervivencia, sin importar su edad o la etapa de la enfermedad.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que el 42% de estos pacientes presentaba células sanguíneas mutadas que también se encontraban dentro de los tumores, un fenómeno que los investigadores denominan hematopoyesis clonal infiltrante del tumor (TI-CH).
Conexiones entre el envejecimiento y el cáncer
Este descubrimiento fue dirigido por un equipo de científicos del Francis Crick Institute, UCL, Gustave Roussy y el Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK). Al examinar muestras post-mortem del estudio PEACE, se encontró que los sitios metastásicos a menudo contenían células con mutaciones TI-CH, subrayando la creciente conexión entre el envejecimiento y el desarrollo del cáncer.
El investigador José Javier Fuster, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, señala que estas mutaciones no están presentes en las células tumorales directamente, sino en las células del sistema inmunitario. Su prevalencia en la población es notable, afectando aproximadamente al 5% de la población de mediana edad y más del 20% de las personas mayores de 60 años.
El papel de las células mieloides
La clave en este descubrimiento parece estar en las células mieloides. Utilizando tecnologías de secuenciación de célula única, los investigadores descubrieron que estas células, particularmente aquellas con mutaciones en el gen TET2, remodelaban el microambiente tumoral y aceleraban el crecimiento del tumor. Al respecto, Oriol Pich, uno de los investigadores, comentó que «estamos trabajando para caracterizar estas células mieloides y esperamos que esto nos permita identificar alguna estrategia terapéutica para intervenir.»
A pesar de que ya existe tecnología para detectar TI-CH en hospitales grandes, aún queda un largo camino por recorrer para incorporar su análisis en la rutina clínica. Pich menciona que se están explorando tratamientos específicos en relación a TI-CH, especialmente en el contexto del cáncer de pulmón, con la esperanza de que se convierta en parte integral de los modelos de estratificación de riesgo y decisiones terapéuticas personalizadas.
El envejecimiento como un proceso evolutivo
Los investigadores argumentan que el envejecimiento no debe ser visto solamente como un proceso de deterioro. Según ellos, representa una serie de competencias evolutivas a nivel celular, donde nuestros tejidos son un mosaico de clones celulares que enfrentan presiones selectivas tanto internas como externas.
Oriol Pich también destaca que, aunque la edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica, el campo de la edad inmunológica sigue siendo un área emergente con mucho potencial, pero también enfrenta desafíos significativos.
Una nueva estrategia para el tratamiento del cáncer
Tradicionalmente, el enfoque del tratamiento oncológico se ha centrado en atacar las células tumorales. Sin embargo, la identificación de las células «cómplices» del microambiente tumoral, que también contribuyen a la progresión del cáncer, representa una estrategia prometedora. Tal como lo menciona Charlie Swanton, investigador principal del estudio TRACERx, «podemos comenzar a imaginar intervenciones que incluso prevengan algunos cánceres relacionados con el envejecimiento.»
Este enfoque implica no solo tratar las células tumorales, sino también las que no presentan las alteraciones genéticas evidentes, lo que plantea desafíos para el diseño de terapias dirigidas. Según Swanton, apenas estamos viendo «la punta del iceberg» en lo que respecta a TI-CH y las implicaciones que tiene tanto para la biología del cáncer como para la medicina del envejecimiento.
Un enfoque más amplio a la salud
Este hallazgo no solo tiene implicaciones en el cáncer. Fuster destaca que el estudio suma los tumores sólidos a un creciente número de enfermedades relacionadas con la edad que pueden verse influenciadas por la hematopoyesis clonal. Comprender mejor este proceso es esencial, ya que podría abrir la puerta a estrategias preventivas y terapias más personalizadas, basadas en el análisis genómico de cada paciente.
Algunos estudios recientes también han vinculado estas mutaciones con factores de riesgo cardiovascular, subrayando la importancia de seguir investigando. La ciencia avanza, y con ella viene la esperanza de tratamientos más efectivos que aborden no solo las enfermedades oncológicas, sino una gama más amplia de condiciones relacionadas con el envejecimiento.
Fuente original de la información: ABC – Rafael Ibarra
Créditos de la imagen: WIKIMEDIA