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¿Está tu edulcorante favorito sabotajeando tu dieta y aumentando tu hambre?

¿Está tu edulcorante favorito sabotajeando tu dieta y aumentando tu hambre? Si has estado buscando alternativas más saludables para endulzar tus bebidas y comid...

¿Está tu edulcorante favorito sabotajeando tu dieta y aumentando tu hambre?

Si has estado buscando alternativas más saludables para endulzar tus bebidas y comidas, seguro que te suena la palabra sucralosa. Este edulcorante, que es aproximadamente 600 veces más dulce que la sacarosa, se ha convertido en un básico de muchos productos light en el mercado, desde refrescos y bebidas deportivas hasta chicles y yogures. Pero, ¿qué hay realmente detrás de este ingrediente que parece ser la solución perfecta para quienes quieren reducir calorías?

La sucralosa y su impacto en la salud

Diversas investigaciones han empezado a cuestionar la efectividad de la sucralosa y otros edulcorantes similares, sugiriendo que podrían tener efectos perjudiciales en nuestro microbioma, así como en la respuesta glucémica y el sistema inmune. De hecho, hace un par de años, la OMS emitió nuevas directrices que recomendaban evitar su uso para el control de peso, ya que podría estar causando más daño que beneficio.

Hallazgos recientes sobre el consumo de sucralosa

Un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista ‘Nature Metabolism’, ha investigado cómo el consumo de sucralosa afecta al cerebro y, específicamente, a la actividad del hipotálamo, la región del cerebro relacionada con la sensación de hambre. Los resultados han revelado que, a diferencia del azúcar, la sucralosa no solo incrementa la actividad del hipotálamo, sino que también parece aumentar el apetito, especialmente en personas con obesidad.

  • Aumento del hambre: La sucralosa incrementó la actividad hipotalámica, lo que se traduce en un mayor deseo de comer.
  • Alteración de la comunicación cerebral: Este edulcorante modifica cómo el hipotálamo se comunica con otras áreas del cerebro que están involucradas en la motivación y el procesamiento de recompensas.
  • Desconexión hormonal: A diferencia del azúcar, el consumo de sucralosa no eleva los niveles de hormonas que normalmente regulan la saciedad, lo que contribuye a un ciclo de hambre constante.

La autora del estudio, la doctora Kathleen Alanna Page, plantea preguntas importantes sobre la verdadera utilidad de la sucralosa para ayudar a controlar el peso. En el experimento, 75 participantes, tanto hombres como mujeres, consumieron agua, una bebida endulzada con sucralosa o una endulzada con azúcar regular. Se emplearon técnicas avanzadas de resonancia magnética funcional para evaluar cambios en el cerebro, así como muestras de sangre para medir hormonas reguladoras del hambre.

Resultados reveladores

Los hallazgos sugieren que consumir sucralosa no solo confunde al cerebro al ofrecer un sabor dulce sin las calorías esperadas, sino que también interfiere con la capacidad del cuerpo para reconocer cuando ha recibido suficiente comida. Esta «discordancia» puede contribuir a cambios en los antojos y en la conducta alimentaria a largo plazo.

De acuerdo con Page, si el cuerpo espera recibir una caloría debido al dulzor, pero no obtiene la energía que anticipaba, esto podría alterar su forma de solicitar alimento en el tiempo. Los efectos de la sucralosa se hicieron más evidentes en personas con obesidad, quienes mostraron un aumento notable en la sensación de hambre tras consumir este edulcorante.

Diferencias de género y el futuro de la investigación

El estudio también observó tendencias de género interesantes: las participantes femeninas experimentaron cambios más significativos en la actividad cerebral que sus contrapartes masculinas, lo que sugiere que la sucralosa podría afectar los cerebros de hombres y mujeres de manera diferente. De hecho, los investigadores actualmente han comenzado un estudio de seguimiento que examinará cómo los edulcorantes sin calorías impactan el cerebro de niños y adolescentes, quienes son grandes consumidores de estos productos. La doctora Page advierte sobre la vulnerabilidad del cerebro en desarrollo y la importancia de intervenir si se encuentran efectos perjudiciales.

En conclusión, mientras que muchos recurren a la sucralosa para controlar su ingesta calórica, la evidencia sugiere que este edulcorante podría estar perjudicando más de lo que ayuda. La necesidad de estudios adicionales no puede ser subestimada, ya que estamos empezando a entender cómo nuestras elecciones alimentarias están intrínsecamente relacionadas con nuestra salud cerebral y física.

Fuente original de la información: ABC – C. Garrido

Créditos de la imagen: ABC

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