Estados Unidos toma una drástica decisión contra Petro que no tiene precedentes

Estados Unidos toma una drástica decisión contra Petro que no tiene precedentes
La escena política internacional se ha sacudido con una noticia que está dando mucho de qué hablar. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado una medida drástica y poco común: la revocación del visado del presidente de Colombia, Gustavo Petro. Esta decisión llega después de una intervención pública del mandatario colombiano que ha sido calificada de imprudente e incendiaria, apelando directamente a los soldados del Ejército estadounidense a desobedecer órdenes de su propio presidente.
Imagina la situación: un líder extranjero, en territorio estadounidense, dirigiendo un mensaje a las fuerzas armadas de ese país para que ignoren las directrices de su comandante en jefe. No es algo que se vea todos los días, y la respuesta de Washington no se ha hecho esperar. Este episodio subraya la intensa tensión y las complejas dinámicas que hoy atraviesan las relaciones internacionales, en un momento donde la polarización política parece alcanzar nuevos picos.
El incidente que desató la polémica
Todo ocurrió en el marco de la 80 Asamblea General de la ONU en Nueva York. Gustavo Petro, presidente de Colombia, no solo hizo acto de presencia, sino que participó activamente en una manifestación propalestina. Pero no fue su participación lo que encendió las alarmas, sino su discurso. Con megáfono en mano, y flanqueado por figuras como Roger Waters, el cofundador de Pink Floyd, Petro se dirigió a la multitud y, en particular, a los soldados estadounidenses.
Sus palabras fueron directas y contundentes: «Le pido a todos los soldados del Ejército de Estados Unidos no apuntar contra la humanidad sus fusiles. Desobedezcan la orden de Trump. Obedezcan la orden de la humanidad». Este llamado a la desobediencia, pronunciado en suelo estadounidense y ante una audiencia global, ha sido el catalizador de la respuesta diplomática que ahora vemos. La implicación de un presidente extranjero animando a la desobediencia dentro del ejército de otra nación es, sin duda, un hecho que cruza líneas diplomáticas tradicionalmente respetadas.
La reacción de Washington y el futuro de Petro en EE. UU.
La postura del Departamento de Estado fue clara y expeditiva. A través de un mensaje en la red social X (anteriormente Twitter), anunciaron la revocación del visado de Petro. El comunicado no dejó espacio a la ambigüedad, calificando las acciones del mandatario colombiano como «imprudentes e incendiarias». Esta medida implica que el presidente Petro ya no podrá ingresar a Estados Unidos bajo su visado actual, algo que podría tener repercusiones significativas en sus futuros desplazamientos y en las relaciones bilaterales entre Colombia y EE. UU.
La revocación de un visado a un jefe de Estado es una medida de gran peso diplomático, que rara vez se aplica. Generalmente, estas decisiones se toman en situaciones de seguridad nacional extremas o por violaciones migratorias graves. Que se aplique por una declaración política, subraya la seriedad con la que Estados Unidos ha interpretado las palabras de Petro. Esta situación, sin duda, marcará un precedente en las relaciones diplomáticas y en cómo se gestionan las declaraciones de líderes extranjeros en suelo estadounidense.
Un «ejército de salvación» y otras polémicas declaraciones
Pero las declaraciones de Petro no se detuvieron allí. Durante la misma jornada, el presidente colombiano también esbozó la idea de impulsar una resolución para conformar un «ejército de salvación». Este peculiar ejército, según Petro, tendría como misión acudir a la Franja de Gaza para apoyar la causa palestina. Y, lo que es aún más llamativo, se ha anunciado la apertura de una lista de voluntarios colombianos dispuestos a unirse, con el propio Petro manifestando su intención de alistarse.
Dentro de este contexto, también emitió un mensaje dirigido a los jóvenes, tanto israelíes como estadounidenses, instándolos a «apuntar sus fusiles no hacia la humanidad, sino hacia los tiranos y hacia los fascistas», evocando la Primera Guerra Mundial como un paralelismo histórico. Estas declaraciones, que bordean la movilización paramilitar en un conflicto internacional, añaden otra capa de complejidad a la ya tensa situación. La propuesta de un «ejército de salvación» colombiano para un conflicto externo, y las fuertes connotaciones ideológicas de sus palabras, sin duda resuenan más allá de las fronteras colombianas.
Impacto y reacciones futuras
Este suceso no solo afectará la relación entre Colombia y Estados Unidos, sino que podría generar un efecto dominó en el panorama político latinoamericano. Las declaraciones de Petro, su participación en la manifestación y la posterior revocación de su visado, se convierten en un capítulo más de la compleja trama de la política global. La comunidad internacional estará atenta a las próximas reacciones y a cómo este incidente podría reconfigurar alianzas y posturas diplomáticas.
El debate sobre la libertad de expresión para líderes extranjeros en suelo ajeno, los límites de la diplomacia y el respeto a la soberanía, son temas que emergen con fuerza a raíz de este acontecimiento. Es un recordatorio de que las palabras, especialmente las de quienes ostentan el poder, tienen un peso inmenso y consecuencias palpables.
Fuente original de la información: ABC –
Créditos de la imagen: REUTERS