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Fueron a buscar comida y encontraron una masacre en Gaza

Fueron a buscar comida y encontraron una masacre en Gaza La búsqueda de algo tan esencial como la comida se ha convertido, una vez más, en una trampa mortal en ...






Fueron a buscar comida y encontraron una masacre en Gaza

La búsqueda de algo tan esencial como la comida se ha convertido, una vez más, en una trampa mortal en la Franja de Gaza. La ya de por sí desesperada situación de la población civil ha alcanzado un nuevo pico de horror este martes, cuando un reparto de ayuda humanitaria terminó en una escena de caos y muerte, dejando una marca imborrable en la ciudad de Jan Yunis.

Lo que debía ser un momento de alivio para cientos de personas que aguardaban pacientemente algo que llevarse a la boca, se transformó en una pesadilla. Según han denunciado las autoridades del enclave palestino, al menos 60 personas han perdido la vida y más de doscientas han resultado heridas después de que el Ejército de Israel abriera fuego contra la multitud.

Una carnicería en medio de la desesperación

El escenario de la tragedia fue la rotonda de Al Tahlia, en el sur de la Franja. Familias enteras, niños y ancianos esperaban la llegada de camiones con suministros básicos, una estampa que se repite a diario en un territorio devastado por el conflicto y el hambre. Sin embargo, en lugar de ayuda, encontraron disparos. Las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, no han dudado en calificar el suceso como «una masacre cometida por la ocupación».

El Ministerio de Sanidad de Gaza ofreció un balance desolador a través de sus canales de comunicación: el ataque dejó un saldo inicial de 51 fallecidos y más de 200 heridos, de los cuales al menos 20 se encuentran en estado extremadamente grave. Esta cifra convierte el incidente en el ataque más letal registrado durante un reparto de ayuda humanitaria desde que comenzó la escalada del conflicto.

El colapso del sistema sanitario

La onda expansiva de la violencia llegó de inmediato al Hospital Naser, el principal centro médico de la zona, que se ha visto completamente desbordado. En un comunicado cargado de urgencia, la cartera de Sanidad describió una situación límite. El hospital, ya saturado por la afluencia constante de víctimas del conflicto, tuvo que hacer frente a una llegada masiva de muertos y heridos que puso al límite su capacidad.

Los equipos médicos, verdaderos héroes en esta pesadilla, trabajan al límite, operando con suministros médicos que se agotan a una velocidad alarmante. «Los equipos médicos operan con suministros limitados de medicinas», afirmaban, reiterando su «llamamiento urgente» a la comunidad internacional para que se movilice y garantice la entrada de ayuda humanitaria real y segura en la Franja.

Un patrón de violencia que no cesa

Este terrible suceso no es un hecho aislado. La violencia en los puntos de distribución de alimentos se está convirtiendo en un patrón aterrador. Apenas un día antes, las mismas autoridades denunciaron la muerte de otras 20 personas en circunstancias similares, cerca de centros de reparto gestionados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF).

Estos incidentes se suman a una lista que ya supera las 300 víctimas mortales en ataques contra personas que buscaban comida. Esta situación pone en el punto de mira los protocolos de distribución de ayuda y la seguridad de la población civil, que se encuentra atrapada entre el fuego cruzado y la hambruna.

La controversia detrás de la ayuda

La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel, se encuentra en el centro de la polémica. Organizaciones como las Naciones Unidas han criticado duramente su modelo de operación. Las principales objeciones son:

  • Falta de neutralidad: Se considera que la fundación no cumple con las normas internacionales de imparcialidad en la entrega de ayuda humanitaria.
  • Presencia militarizada: Su plan implica la participación de seguridad privada y la vigilancia del perímetro por parte del Ejército israelí, algo que contraviene los principios humanitarios.

Este modelo, según sus críticos, lejos de proteger a la población, la expone a un riesgo mayor, convirtiendo la entrega de alimentos en un foco de tensión y violencia.

El contexto de un conflicto devastador

La ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza se inició tras los ataques perpetrados por Hamás y otras facciones palestinas el 7 de octubre de 2023, que según el gobierno israelí dejaron un saldo de 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados. Desde entonces, la respuesta militar ha sumido al enclave en una catástrofe humanitaria sin precedentes.

Según los datos proporcionados por las autoridades gazatíes, la cifra de víctimas es abrumadora: más de 55.400 muertos y casi 129.000 heridos. Sin embargo, se teme que el número real sea mucho mayor, ya que miles de personas continúan desaparecidas bajo los escombros de edificios destruidos. En este contexto, cada bolsa de harina o cada botella de agua se convierte en un tesoro por el que muchos están dispuestos a arriesgarlo todo, incluso la vida.

Fuente original de la información: ABC – ABC

Créditos de la imagen: REUTERS

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