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Germán envejeció sin saberlo: una mutación genética cambió todo

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Germán envejeció sin saberlo: una mutación genética cambió todo

Germán envejeció sin saberlo: una mutación genética cambió todo

¿Te imaginas vivir tu vida con total normalidad, sin una sola preocupación de salud grave, hasta que un día, en un chequeo rutinario, descubren que tu cuerpo está sufriendo un envejecimiento acelerado? Pues eso es exactamente lo que le sucedió a Germán Martínez, un valiente vecino de Premià de Dalt, Barcelona, cuya historia hoy queremos compartir contigo en Vinyl Station Radio.

Germán, de 45 años, llevaba una vida plena y activa. Con 42 años cumplidos, no tenía ningún síntoma que le hiciera pensar en algo fuera de lo común. ¿Sus incontables canas? Ah, esas las atribuía al estrés habitual de su profesión. «A los 25 ya tenía muchas canas, pero pasados los 30 tenía prácticamente todo el pelo blanco», nos cuenta, restándole importancia a lo que, sin saberlo, era uno de los primeros indicios de una condición mucho más compleja.

El Despertar de una Realidad Oculta

El primer campanazo de alerta para Germán sonó en 2022. Tras el periodo post-pandemia, unas analíticas de rutina revelaron valores alterados en sus principales indicadores hematológicos. La sorpresa fue mayúscula, porque no había una causa aparente que explicara estos cambios. Inicialmente, y como es lógico, los primeros pensamientos fueron a temidas enfermedades, llegando a mencionarse la posibilidad de un linfoma, aunque afortunadamente, esta opción fue descartada.

A pesar de esta primera incertidumbre, nadie parecía saber qué le ocurría realmente a Germán. Fue en marzo de 2024 cuando la enfermedad mostró su lado más crudo. Una severa bronquitis lo llevó directo a urgencias, y el diagnóstico inicial apuntaba a una posible fibrosis quística, una enfermedad tristemente familiar para él, pues había sido la causa del fallecimiento de su padre. «Me cayó el mundo encima. Fue terrible pensar que tendría el final de mi padre. No quería pasar por eso ni tampoco que lo sufriera mi familia», relata Germán con una sinceridad que te llega al alma. En esos momentos tan difíciles, incluso se llegó a contemplar la posibilidad de entrar en lista de espera para un trasplante pulmonar.

El Diagnóstico que lo Cambió Todo: Telomeropatía

Pero la luz llegó en abril de 2024. Tras un estudio genético exhaustivo, Germán recibió el diagnóstico que por fin ponía nombre a su misteriosa condición: telomeropatía. Esta alteración genética de base hereditaria había afectado su pulmón, desencadenando una Enfermedad Pulmonar Intersticial (EPI) que, con el tiempo, podría derivar en una fibrosis pulmonar. A partir de ese momento, la medicación y el oxígeno se convirtieron en sus compañeros de viaje, listos para ser usados en momentos de necesidad.

La vida de Germán continuó sin grandes sobresaltos clínicos hasta 2025, cuando nuevamente su dolencia pulmonar lo llevó a urgencias. Esta vez, «estuve dos semanas ingresado y cinco días en la UCI», recuerda. Sin embargo, la noticia ya no le tomó por sorpresa. La asimilación de su enfermedad le permitió afrontar este nuevo episodio con una perspectiva diferente. «Tenía asumida la enfermedad y no tuve el mismo shock que en el primer ingreso cuando me plantearon la posibilidad de tener que estar en espera de un trasplante pulmonar. Pensé en lo peor», confiesa.

¿Qué es Realmente una Telomeropatía?

Cuando Germán recibió el diagnóstico, su primera pregunta, y quizás la de muchos de nosotros ahora, fue: ¿qué es una telomeropatía? Podemos explicarlo de forma sencilla, pero no por ello menos impactante. Imagina que los extremos de nuestros cromosomas, donde reside nuestro material genético, tienen unos pequeños protectores, como los capuchones de plástico en los cordones de las zapatillas. A estos protectores los llamamos telómeros.

En una telomeropatía, por una alteración genética hereditaria, estos capuchones se debilitan y se acortan progresivamente. Es como si el protector del cordón se rompiera, haciendo que este se deshilache. Esto provoca que nuestras células envejezcan a una velocidad acelerada. Las personas con esta condición son más susceptibles a desarrollar diversas enfermedades asociadas a la vejez, incluso a edades tempranas, como:

  • Neoplasias hematopoyéticas: Cánceres de la sangre y la médula ósea.
  • Fibrosis pulmonar: Cicatrización de los pulmones que dificulta la respiración.
  • Patologías hepáticas: Afecciones del hígado, como la cirrosis.

La hematóloga Julia Montoro, una experta en la materia, nos ayuda a visualizarlo: «Los telómeros son como el capuchón de plástico que protege los extremos de los cordones de las zapatillas. Si se rompe, se deshilachan los cordones». Una analogía perfecta que nos permite entender la importancia de estos pequeños guardianes genéticos.

Vall d’Hebron: Pioneros en el Diagnóstico y Tratamiento

Es fundamental destacar que el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona se ha convertido en un faro de esperanza. Desde diciembre de 2024, cuenta con la primera Unidad de Alteración en la Biología de los Telómeros de España. Esta unidad, inaugurada dentro de la ya pionera Unidad de Diagnóstico y Asesoramiento Genético Hematológico (activa desde 2021), ha logrado identificar a una treintena de pacientes con esta alteración genética, incluyendo a Germán y a varios miembros de su familia, algo crucial para el avance en el conocimiento y tratamiento de estas enfermedades.

Julia Montoro nos recuerda que, históricamente, las telomeropatías se asociaban principalmente con la pediatría. Sin embargo, la investigación ha demostrado su creciente diagnóstico en adultos. «Cuando la telomeropatía aparece en la infancia, los cuadros son más evidentes y exagerados porque los niños nacen sin telómeros y eso implica que presentan en muchos casos retraso en el crecimiento y retraso mental, los pediatras están acostumbrados a verlos», explica. «Pero cuando la enfermedad no da la cara hasta la edad adulta, apenas hay síntomas y es difícil detectarla. Hay una clínica muy larvada y la afectación aparece sobre los 30 años», advierte la hematóloga, remarcando la complejidad de su detección tardía.

Señales y El Futuro del Diagnóstico

¿Qué señales pueden indicar la presencia de esta rara condición? Además de los cambios en los marcadores sanguíneos, síntomas como cansancio extremo, pelo completamente cano (algo que Germán experimentó a temprana edad) y uñas inusualmente frágiles pueden ser pistas importantes. Un dato crucial es que las personas con telomeropatía pueden mostrar una reacción desmedida a las quimioterapias si desarrollan un cáncer hematológico, lo que subraya la necesidad de un diagnóstico temprano y preciso.

Las unidades de diagnóstico genético como la de Vall d’Hebron son vitales, no solo para identificar la enfermedad, sino para anticiparse a ella. «Las personas afectadas por la alteración genética pueden ser portadores sanos o personas que ya presentan afectación en la salud. Se trata de anticiparse a cualquier problema de salud si sabemos que la persona tiene predisposición genética a padecerlo», enfatiza la especialista. La sangre, el pulmón y el hígado son, nos dice, los principales órganos afectados por esta condición.

Una Vida con Optimismo y Conciencia

La historia de Germán es un testimonio de resiliencia. Él y sus cinco hermanos se sometieron al estudio genético. Si bien tres de sus hermanas son portadoras sanas, uno de sus hermanos ya presenta afectación hematológica. Germán, con daños en el pulmón, sigue adelante con una vida que, aunque a veces requiere oxígeno, se mantiene en la normalidad.

«Cuando me hicieron la prueba genética tenía el hígado tocado y los pulmones con una inflamación crónica. Llegué a casa con el oxígeno portátil por si lo necesito, pero lo uso relativamente poco. Lo llevo en el coche por si se da una urgencia, pero suelo enchufármelo por la noche antes de ir a dormir. Durante el día apenas lo necesito, me he acostumbrado a mis niveles de saturación, que son más bajos que los de la población», explica con admirable serenidad. Germán afronta su enfermedad con un optimismo contagioso. «Confío mucho en la ciencia. Hay días en los que pienso: ¡qué lotería más mala la mía!, pero siempre miro al futuro con optimismo», concluye. Su actitud es un recordatorio poderoso de que, incluso ante los desafíos más inesperados, la esperanza y la confianza en el avance de la medicina pueden ser nuestras mejores aliadas.

Fuente original de la información: ABC – Esther Armora

Créditos de la imagen: Inés Baucells

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