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La batalla que Brian Wilson nunca pudo ganar

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La batalla que Brian Wilson nunca pudo ganar

El mundo de la música se detiene para despedir a una de sus figuras más complejas, brillantes e influyentes. Brian Wilson, el genio creativo detrás de la soleada utopía californiana de The Beach Boys, ha fallecido a los 82 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado que refleja el profundo dolor de su pérdida: «Tenemos el corazón roto al anunciar que nuestro querido padre Brian Wilson ha fallecido. No tenemos palabras en este momento». Un adiós que resuena en cada acorde de pop y en cada armonía que soñó.

Hablar de Brian Wilson es hablar del arquitecto de un sonido que definió una era. Él no solo escribió canciones; construyó paisajes sonoros que nos transportaban a un verano eterno, lleno de olas, chicas y coches veloces. Pero detrás de esa fachada de perfección pop se escondía una mente atormentada, un artista en una lucha constante contra sus propios demonios. Su legado es un testamento de esa dualidad: la luz deslumbrante de su música y la profunda oscuridad de su vida personal.

El Nacimiento de un Sonido Inmortal

De los Pendletones a The Beach Boys

Todo comenzó en Inglewood, California. Un joven Brian, junto a sus hermanos Dennis y Carl, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine, formaron una banda llamada The Pendletones. Inspirados por la creciente cultura del surf que impregnaba la costa oeste, grabaron su primer sencillo, ‘Surfin’, en 1961. Fue entonces cuando la magia, o el destino, intervino. La discográfica Candix Records, sin consultarles, decidió rebautizarlos como The Beach Boys. Lo que pudo ser una anécdota se convirtió en el favor de sus vidas. El nombre pegó, la canción fue un éxito local y, en poco tiempo, ya tenían un contrato con Capitol Records.

El ascenso fue meteórico. Álbumes como ‘Surfin’ Safari’ y, sobre todo, ‘Surfin’ U.S.A.’ los catapultaron al estrellato nacional. En 1963, lanzaron dos discos más, ‘Surfer Girl’ y ‘Little Deuce Coupe’, y se embarcaron en giras extenuantes que llevaron su sonido por todo el país. La factoría de éxitos estaba a pleno rendimiento, pero la presión comenzaba a hacer mella en su principal motor creativo.

La Cima Creativa y el Comienzo del Abismo

‘Pet Sounds’: La Obra Maestra Solitaria

El punto de inflexión llegó durante un vuelo. Un ataque de pánico devastador convenció a Brian de que no podía seguir con el ritmo de las giras. Tomó una decisión que cambiaría la historia de la música: mientras la banda seguía en la carretera, él se quedaría en casa para componer. Liberado de las ataduras de los conciertos, su genio explotó. Rodeado de los mejores músicos de sesión de Los Ángeles, la legendaria Wrecking Crew, Brian Wilson se encerró en el estudio para dar vida a su visión.

El resultado fue ‘Pet Sounds’ (1966), un álbum de una sofisticación y una melancolía nunca antes escuchadas en el pop. Con arreglos orquestales, armonías vocales complejas y letras introspectivas, el disco se alejaba por completo del surf rock. Era tan avanzado para su tiempo que la recepción inicial fue tibia. Sin embargo, el tiempo le dio la razón. Hoy es considerado una de las obras maestras absolutas del siglo XX, una joya que inspiró a The Beatles a crear su ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ y que contiene himnos como ‘Wouldn’t It Be Nice’ o la aclamada ‘God Only Knows’, que el propio Paul McCartney describió como la canción más bella jamás escrita.

‘Smile’: El Sueño Roto que lo Cambió Todo

Envalentonado por el logro de ‘Pet Sounds’, Brian se propuso ir aún más lejos con un proyecto llamado ‘Smile’. Su «sinfonía adolescente para Dios», como la describió, prometía ser una revolución. Pero la presión, el consumo de drogas y su frágil salud mental conspiraron en su contra. Las sesiones de grabación se volvieron caóticas y el proyecto se derrumbó bajo su propio peso. El fracaso de ‘Smile’ sumió a Wilson en una profunda depresión, llevándolo a un ingreso psiquiátrico en 1968. La mente que había creado algunas de las melodías más luminosas del pop se había sumergido en la oscuridad.

Una Vida de Lucha y Redención

Las décadas siguientes fueron un tortuoso camino para Brian. Regresó a la música en los setenta, pero sus adicciones se agravaron. Su familia, desesperada, contrató al controvertido psicólogo Eugene Landy, quien lo sometió a un tratamiento vejatorio y tomó el control total de su vida personal, financiera y creativa. Durante años, Wilson fue una sombra de sí mismo, alejado de su banda y de su propia voluntad.

No fue hasta 1992 que su familia logró liberarlo de la influencia de Landy, consiguiendo una orden de alejamiento. Con el nuevo siglo, Brian Wilson comenzó a estabilizarse. Volvió a grabar discos en solitario y, en un giro que parecía imposible, se reunió con The Beach Boys en 2012 para el álbum ‘That’s Why God Made the Radio’, un trabajo aclamado que los llevó de nuevo a los escenarios de todo el mundo. Fue un resurgir, la prueba de que el genio, aunque herido, seguía intacto.

El Eco Eterno de un Titán

Los últimos años de Brian estuvieron marcados por un nuevo declive. La muerte de su esposa Melinda a principios de 2024 aceleró gravemente su demencia, llevándolo a ser puesto bajo tutela judicial. Un final triste para una vida extraordinaria. Sin embargo, su música y su influencia son eternas. Artistas de todo el mundo han expresado su admiración.

Antonio Arias, de Lagartija Nick, lo despide como «el mago, el alquimista, el loco». El cantautor Depedro reflexiona sobre el alto precio de su excelencia: «Recuerdo obsesionarme con ‘God only knows’ y darme cuenta que el precio para llegar a esa excelencia había tenido que ser muy alto». Y Isa Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, nos regala la imagen perfecta de su legado: «Cuando por fin empieza a asomarse un poquito el sol, lo primero que hago es ponerme el ‘Pet Sounds’. Y me llega toda esa luz que tanto necesito».

Brian Wilson libró una batalla contra sí mismo durante toda su vida, una que quizás nunca pudo ganar del todo. Pero en el proceso, nos regaló una banda sonora inmortal, un refugio de belleza y armonía que seguirá iluminando nuestros días. Gracias por tanto, genio.

Fuente original de la información: ABC – Nacho Serrano

Créditos de la imagen: Facebook

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