La clave para curar el cáncer más letal que España sigue sin usar

En el panorama de la salud en España, hay batallas que se luchan a diario en los hospitales y laboratorios. Pero pocas son tan urgentes y, a la vez, tan paradójicas como la que se libra contra el cáncer de pulmón. Hablamos de una enfermedad que se lleva por delante más de 23.000 vidas cada año en nuestro país, convirtiéndose en la principal causa de muerte por cáncer. Una cifra brutal que convive con una realidad desconcertante: tenemos una herramienta probada para combatirlo de forma eficaz, pero seguimos sin usarla a gran escala.
Cada año, se diagnostican más de 30.000 nuevos casos. La mayoría, por desgracia, llegan demasiado tarde. Cuando el cáncer de pulmón da la cara con síntomas evidentes, la partida ya se juega en desventaja. La tasa de supervivencia a cinco años apenas roza el 15%, una estadística fría que esconde miles de historias truncadas. Sin embargo, si el diagnóstico se produce en una fase temprana, las reglas del juego cambian por completo: la supervivencia puede dispararse hasta el 80%. La pregunta es obvia: ¿por qué no estamos detectándolo a tiempo?
El gigante silencioso: un enemigo que ya no es lo que era
El cáncer de pulmón es un peso pesado en la actividad diaria de cualquier servicio de oncología. La doctora Pilar Garrido, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, lo confirma, pero añade un matiz que lo cambia todo: el perfil del paciente ha dado un vuelco radical. Durante décadas, la imagen asociada a esta enfermedad era la de un hombre, mayor de 70 años y con un largo historial de tabaquismo. Esa foto ha quedado desactualizada.
“Ahora, casi la mitad son mujeres, y alrededor del 10-20% nunca han fumado”, explica la doctora Garrido. Este cambio de paradigma nos obliga a mirar más allá del principal factor de riesgo, el tabaco, que sigue estando detrás del 80-90% de los casos. El tabaquismo pasivo o la exposición a agentes como el radón también juegan un papel crucial. El cáncer de pulmón ya no discrimina como antes, y entenderlo es el primer paso para combatirlo de verdad.
Dos caras de la misma moneda
Para entender la enfermedad, es útil saber que se presenta principalmente en dos formas:
- Cáncer de pulmón no microcítico (CPNM): Es el más común, representando aproximadamente el 80% de todos los casos.
- Cáncer de pulmón microcítico (CPM): Aunque menos frecuente (un 15%), es notablemente más agresivo y de rápido crecimiento.
Cribado: la palabra clave que podría salvar miles de vidas
La comunidad médica lo tiene claro. “El principal reto sigue siendo que se diagnostican muy tarde, porque no tenemos implementado el cribado a pesar de la evidencia científica de que reduce la mortalidad”, lamenta la doctora Garrido. A pesar de los avances en tratamientos que mejoran la calidad y el tiempo de vida de los pacientes en fases avanzadas, la clave para ganar la guerra está en la detección precoz. Y para eso, la herramienta se llama cribado sistemático mediante tomografía computarizada de baja dosis (TCBD), una especie de escáner súper preciso y con mínima radiación.
La diferencia que marca es abismal. Como resume la oncóloga: “Un paciente diagnosticado en un estadio precoz se podría curar, mientras que uno que se diagnostica en fase avanzada tendrá acceso a tratamientos para vivir con la enfermedad, pero no hablamos de posibilidad de curación”. Es la diferencia entre la vida y la supervivencia controlada.
El Proyecto CASSANDRA: un futuro en pausa
En este campo, surgió una iniciativa que prometía ser revolucionaria: el Proyecto CASSANDRA (Cancer Screening, Smoking Cessation and Respiratory Assessment). Impulsado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y con el apoyo de gigantes como la Ricky Rubio Foundation o la World of Johan Cruyff, el proyecto se diseñó para implementar programas piloto de cribado en toda España. Se anunció su despliegue en 14 comunidades y más de 40 hospitales, pero la realidad es que su implementación avanza a un ritmo desesperadamente lento, y solo unos pocos centros lo han incorporado plenamente.
Innovación en el laboratorio: las nuevas armas de la oncología
Paralelamente al cribado, la ciencia avanza a pasos de gigante. La doctora María Dolores Lozano, jefa de Anatomía Patológica de la Clínica Universidad de Navarra, subraya el papel crucial del patólogo en este proceso. Cuando un escáner detecta un nódulo sospechoso, es su análisis el que confirma o descarta la presencia de un tumor. «El pulmón es un órgano más complicado de detectar precozmente que otros como el cérvix o la mama», señala, reforzando la necesidad de estos programas.
Otra de las grandes revoluciones viene de la mano de los biomarcadores. Son como «pistas» biológicas que se encuentran en los tejidos o la sangre y que ayudan a los médicos no solo a diagnosticar con una precisión milimétrica, sino también a elegir el tratamiento más efectivo para cada paciente, abriendo la puerta a la medicina personalizada. En 2024, el Ministerio de Sanidad dio un primer paso incorporando 20 biomarcadores a la cartera de servicios, pero los expertos insisten en que es solo el principio y que la lista debe ampliarse urgentemente.
Un clamor popular por el cambio
Lo más revelador es que esta no es solo una demanda de la comunidad científica. Es un clamor social. Según datos recientes, un abrumador 87% de la población española está a favor de implantar un programa nacional de cribado de cáncer de pulmón. El apoyo es masivo.
Iniciativas como la Lung Ambition Alliance, una coalición global que en España agrupa a las principales sociedades médicas y asociaciones de pacientes, trabajan sin descanso para que este clamor se traduzca en acción. “Tenemos la evidencia, la tecnología y el respaldo social. Solo falta voluntad política para dar el paso y salvar miles de vidas cada año”, concluye la doctora Garrido. La pelota está en el tejado de las administraciones. La ciencia y la sociedad ya han hablado alto y claro. Es hora de escuchar.
Fuente original de la información: ABC –
Créditos de la imagen: ABC