La puerta que Israel acaba de abrir en Gaza y que ya no cerrará

El conflicto en Gaza ha alcanzado un nuevo y escalofriante punto de inflexión. Justo cuando se cumplían 700 días de operación militar, el panorama se oscureció con una declaración que resuena con una fuerza demoledora. Una nueva fase, más intensa y sin vuelta atrás, parece haberse desatado, dejando a cientos de miles de personas en una situación cada vez más desesperada.
Una Escalada sin Retorno en la Ciudad de Gaza
La jornada que marcaba un sombrío aniversario se convirtió en el escenario de una ofensiva simbólica y letal. El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, eligió este momento para anunciar lo que describió como la apertura de «las puertas del infierno» en la Ciudad de Gaza. Su mensaje no fue solo una metáfora; vino acompañado de acciones contundentes que sacudieron la región.
El Anuncio que Marcó el Día 700
A través de sus redes sociales, Katz compartió un vídeo impactante: el momento exacto en que misiles impactaban contra la torre Mushtaha, un edificio de doce pisos que, en cuestión de segundos, fue reducido a una montaña de escombros. El mensaje que acompañaba las imágenes era tan breve como contundente: «comenzamos».
Poco después, el ministro amplió su advertencia, dejando claro que esta nueva etapa no era un movimiento aislado. «Una vez que la puerta se abre, no se cerrará, y la actividad del ejército se intensificará hasta que los asesinos y violadores de Hamás acepten las condiciones de Israel para poner fin a la guerra», declaró. Este endurecimiento de la estrategia se centra ahora en las grandes estructuras de la ciudad, que hasta ahora servían de refugio para innumerables familias desplazadas. Tras la torre Mushtaha, se ordenó la evacuación de otro bloque de 16 pisos, bajo la justificación de que se trataba de «infraestructura de Hamás», aunque no se presentaron pruebas que respaldaran dicha afirmación.
El «Momento Decisivo» de Netanyahu
Esta ofensiva se alinea con lo que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha calificado como el «momento decisivo» de la operación: la invasión a gran escala de la Ciudad de Gaza, a la que se refiere como la «capital de Hamás». En este núcleo urbano sobreviven más de 900.000 civiles, atrapados en una espiral de violencia donde la muerte llega por los bombardeos o, cada vez con más frecuencia, por el hambre y la falta de recursos básicos.
El portavoz militar, Effie Defrin, confirmó la intención de seguir adelante con más fuerza. «Seguimos dañando la infraestructura de Hamás. Hoy controlamos el 40 por ciento del territorio de la Ciudad de Gaza (…) La operación continuará expandiéndose e intensificándose en los próximos días», señaló, dibujando un futuro inmediato de mayor devastación para la población civil.
La Guerra Psicológica y el Drama de los Rehenes
Mientras la ofensiva militar se recrudece sobre el terreno, otra batalla, la psicológica, se libra con la misma intensidad. En el centro de este enfrentamiento se encuentran los rehenes, cuya suerte mantiene en vilo a sus familias y a la comunidad internacional.
La Respuesta de Hamás: Un Video Desgarrador
Coincidiendo con el día 700, Hamás respondió con una de sus herramientas más recurrentes: un vídeo de propaganda. En él aparecían dos rehenes, Alon Ohel y Guy Gilboa Dalal, visiblemente afectados tras casi dos años de cautiverio. Uno de ellos leía un mensaje que encapsulaba la desesperación de su situación: «Esto es todo lo que queremos, solo queremos que termine, queremos volver con nuestras familias. Por favor, llévennos de vuelta». Este movimiento busca presionar al gobierno israelí y mantener viva la angustia en la opinión pública.
Familias Atrapadas en el Fuego Cruzado
Sin embargo, la estrategia de mano dura de Netanyahu parece no priorizar la liberación de los cautivos por la vía de la negociación. Las familias de los rehenes, desesperadas, han organizado nuevas jornadas de protesta, pidiendo un alto el fuego inmediato. Para ellas, la intensificación de las operaciones militares en la Ciudad de Gaza no es una vía de rescate, sino «una amenaza directa» para la vida de sus seres queridos.
Esta visión choca frontalmente con la de los sectores más radicales del gobierno israelí. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, reaccionó al vídeo de Hamás con un llamado a una mayor contundencia. Para él, la respuesta al «terror psicológico» debe ser:
- Ocupación total.
- Represión total.
- Fomento de la migración masiva.
A pesar de esta fe en la fuerza bruta, la realidad es que, tras 23 meses, esta táctica no ha logrado la liberación de los rehenes.
Tensiones Diplomáticas y un Futuro Incierto
La escalada en Gaza también está generando importantes fricciones en el tablero diplomático, especialmente con Egipto, un actor clave en la región.
Egipto Traza una «Línea Roja»
La idea de un desplazamiento masivo de la población de Gaza hacia otros países, un plan que ya fue explorado por la administración Trump, ha vuelto a surgir, encontrando una oposición frontal. El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, fue tajante: «El desplazamiento no es una opción, es una línea roja para Egipto, y no permitiremos que suceda». Para El Cairo, tal movimiento significaría «la liquidación y el fin de la causa palestina», algo inaceptable desde cualquier punto de vista legal, moral o ético.
La oficina de Netanyahu no tardó en responder, acusando a Egipto de querer «encarcelar en Gaza a los residentes que desean abandonar la zona de guerra contra su voluntad». En un polémico comunicado, el primer ministro defendió «la libre elección de cada individuo para decidir dónde vivir» como un derecho humano fundamental, especialmente en tiempos de guerra. Este argumento ignora una pieza clave del contexto: la gran mayoría de los habitantes de Gaza son refugiados o descendientes de refugiados expulsados de sus tierras en 1948 y 1967. Si tuvieran esa «libre elección», muchos probablemente intentarían regresar a sus hogares originales, hoy ocupados por Israel.
Con la puerta del infierno abierta en Gaza, el futuro es más incierto que nunca. La intensificación de la ofensiva, la desesperada situación de los rehenes y las crecientes tensiones diplomáticas conforman un cóctel explosivo cuyo final es imposible de predecir.
Fuente original de la información: ABC – Mikel Ayestaran
Créditos de la imagen: EFE