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La triste historia detrás de las canciones más felices del pop

La triste historia detrás de las canciones más felices del pop El adiós a un genio: el sonido del verano eterno se apaga Hay nombres que son sinónimo de una era...






La triste historia detrás de las canciones más felices del pop

El adiós a un genio: el sonido del verano eterno se apaga

Hay nombres que son sinónimo de una era, y el de Brian Wilson es, sin duda, la banda sonora de un verano perpetuo, de olas perfectas y cielos azules. Sin embargo, hoy el mundo de la música se siente un poco más gris. El legendario músico, compositor y cerebro creativo detrás de The Beach Boys ha fallecido a los 82 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado que refleja el profundo dolor de su pérdida: «Tenemos el corazón roto al anunciar que nuestro querido padre Brian Wilson ha fallecido. No tenemos palabras en este momento».

Decir Brian Wilson es invocar una magia sonora que construyó fantasías de un mundo perfecto en nuestros oídos. Este genio californiano fue una de las fuerzas creativas más potentes y revolucionarias de la música popular, y aunque ya estaba retirado de los escenarios, su partida deja un silencio ensordecedor. Su legado es un tesoro de himnos inmortales que han definido la cultura estadounidense y siguen resonando con la misma frescura décadas después.

Un cancionero para la historia

La lista de joyas que nos regaló es interminable, una constelación de melodías que han acompañado a generaciones. Hablar de Brian Wilson es hablar de:

  • ‘Good Vibrations’
  • ‘Surfin’ USA’
  • ‘Wouldn’t It Be Nice’
  • ‘California Girls’
  • ‘Barbara Ann’

Y, por supuesto, de ‘God Only Knows’, una canción de una belleza tan abrumadora que el mismísimo Paul McCartney la calificó como la más hermosa jamás escrita. La historia del pop, sencillamente, no sería la misma sin su incomparable genio en la composición, la producción y la interpretación.

De las olas de California a la cima del pop

Nacido en Inglewood, California, el joven Brian formó una banda con sus hermanos Dennis y Carl, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine. Al principio se llamaban los Pendletones, pero el destino y una discográfica avispada tenían otros planes. Aprovechando la creciente fiebre del surf en la costa oeste, lanzaron su primer sencillo, ‘Surfin», en 1961. Candix Records, el sello que los fichó, los rebautizó como The Beach Boys sin consultarles, un cambio de nombre que, sin que ellos lo supieran, les haría un favor para toda la vida. El tema fue un éxito instantáneo y, en 1962, ya estaban firmando con Capitol Records para lanzar su disco debut, ‘Surfin’ Safari’.

El éxito fue meteórico. Su segundo álbum, ‘Surfin’ U.S.A.’, les dio su primer Top 10 en Estados Unidos. El ritmo era frenético, publicando hasta cuatro álbumes en 1963 y girando sin descanso por todo el país. Fue precisamente en ese torbellino de fama cuando la presión se volvió insoportable. Tras sufrir un ataque de pánico en un avión, Brian tomó una decisión que cambiaría para siempre la historia de la música: dejaría de hacer giras. Mientras el resto de la banda seguía en la carretera, él se quedaría en casa, en el estudio, para componer. Las condiciones estaban dadas para la creación de su obra cumbre.

‘Pet Sounds’: La obra maestra nacida del tormento

Con la libertad de experimentar lejos de los focos, Brian Wilson se alió con el legendario colectivo de músicos de sesión The Wrecking Crew para dar forma a ‘Pet Sounds’. Publicado en 1966, el álbum era una sinfonía pop tan avanzada, compleja y melancólica que desconcertó al público y a la crítica de la época. Sin embargo, el tiempo le dio la razón. ‘Pet Sounds’ es hoy considerado una de las mayores obras maestras del siglo XX, una pieza fundamental que en 2004 fue incluida en el Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso por su incalculable impacto cultural.

El siguiente paso iba a ser aún más ambicioso. Brian comenzó a trabajar en un proyecto experimental llamado ‘Smile’, pero su salud mental, ya frágil, comenzó a deteriorarse drásticamente, agravada por el consumo de drogas. Las sesiones de grabación se volvieron caóticas e intermitentes, y el proyecto fue finalmente abandonado. La depresión que siguió a este fracaso creativo lo llevó a ser ingresado en un hospital psiquiátrico en 1968.

La oscuridad detrás de la luz: una vida de lucha

La vida de Brian Wilson fue una paradoja constante: el arquitecto de las canciones más felices del pop vivía una batalla interna desgarradora. Tras un breve retiro, en la década de los setenta volvió a caer en las adicciones de forma alarmante. Su familia, desesperada, lo puso bajo el cuidado del controvertido psicólogo Eugene Landy, quien aplicó una terapia radical y controladora que incluía tratos vejatorios. Landy no solo lo apartó de The Beach Boys, sino que tomó el control absoluto de sus finanzas y su producción creativa, llegando a figurar como coautor en su primer álbum en solitario de 1988.

Finalmente, en 1992, la familia de Wilson logró despedir a Landy y obtener una orden de alejamiento, liberando a Brian de su asfixiante influencia. Con el nuevo siglo, su salud se estabilizó, permitiéndole grabar varios discos en solitario y protagonizar un emotivo regreso con The Beach Boys en 2012 con el álbum ‘That’s Why God Made the Radio’, que fue aclamado y los llevó a una exitosa gira mundial.

Un legado que resuena en el adiós

El golpe final para su ya delicada salud llegó a principios de 2024 con la muerte de su esposa, Melinda Ledbetter. Su demencia se aceleró, y un juez determinó que debía permanecer bajo tutela judicial. Un final tristemente terrenal para un artista que nos hizo tocar el cielo con sus melodías. El impacto de Brian Wilson resuena en las palabras de otros artistas. Antonio Arias, de Lagartija Nick, lo define como «el mago, el alquimista, el loco» que dotó a la cultura americana de una dignidad inigualable. Depedro recuerda su obsesión por ‘God Only Knows’, comprendiendo que «el precio para llegar a esa excelencia había tenido que ser muy alto». Mientras, Isa Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, le agradece por traer la luz en los días grises con ‘Pet Sounds’.

Brian Wilson se ha ido, pero nos deja un regalo invaluable: la banda sonora de la felicidad, una colección de canciones que demuestran que, incluso en la más profunda oscuridad, se puede crear la luz más brillante. Gracias por tanto, genio.

Fuente original de la información: ABC – Nacho Serrano

Créditos de la imagen: Facebook

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