Lo que ve Médicos Sin Fronteras en Gaza es un horror que nadie cuenta

La situación en Gaza se describe como un infierno en la Tierra, donde el humo de los conflictos lo impregna todo, la gente huye buscando refugio y aquellos que se quedan parecen firmar su propia sentencia. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alzado la voz para denunciar la insostenible realidad que vive la población gazatí, sumida en una tensión constante, asediada y bombardeada sin tregua. La organización, que recientemente suspendió sus actividades en Ciudad de Gaza debido a las dificultades impuestas por la ofensiva bélica, ha decidido compartir con el mundo el horror que presencian a diario.
En una rueda de prensa celebrada el martes en sus oficinas de Madrid, MSF no se guardó nada. La coordinadora de la organización en España, Raquel González, no dudó en emplear el término «genocidio», un término cargado de peso y controversia, para describir lo que su personal ha testificado directamente. Según González, los datos recopilados por MSF revelan un patrón espeluznante: asesinatos masivos, desplazamientos forzados a gran escala, la destrucción sistemática de infraestructuras vitales y prácticas que, tristemente, buscan erradicar a toda una población. Es un panorama desolador que exige una respuesta global urgente.
Un Llamado Desesperado a la Acción Mundial
González fue enfática al señalar que ni los médicos ni la ayuda humanitaria pueden detener un genocidio. Ese poder, esa responsabilidad, recae directamente en los líderes mundiales. Su mensaje es claro: se necesitan acciones contundentes, no meras declaraciones vacías y sin impacto. Ante iniciativas que buscan la paz en la región, la coordinadora de MSF subrayó que lo que realmente se requiere es la cooperación internacional utilizando toda su influencia para:
- Poner fin al asedio que ahoga a Gaza.
- Garantizar una entrada masiva y sin restricciones de ayuda humanitaria esencial.
- Detener las órdenes de evacuación forzosa que desarraigan a miles de personas.
- Asegurar vías de salvamento para los afectados.
- Garantizar el derecho al retorno de los palestinos a sus hogares.
Estas no son peticiones triviales; son los pilares para detener una catástrofe humanitaria de proporciones que la historia recordará con vergüenza si no se actúa a tiempo. La situación exige que se traspasen las barreras diplomáticas y se llegue a una solución que priorice la vida y la dignidad humana por encima de todo.
Testimonios que Rompen el Alma: La Realidad de Gaza
La Voz de la Experiencia en el Terreno
Apoyando las palabras de Raquel González, Esperanza Santos, supervisora de emergencias de MSF, compartió su propio testimonio. Santos, una enfermera con una vasta experiencia en zonas de conflicto como Yemen, la República Democrática del Congo y Siria, estuvo al frente de los servicios de emergencia en Gaza durante siete intensas semanas. Su relato es un golpe de realidad que deja sin aliento. Desde el primer día de su estancia, la vida en Gaza era, para ella, simplemente insostenible. Los mercados estaban vacíos, y la población enfrentaba una hambruna extrema.
Aunque a principios de agosto hubo un fugaz rayo de esperanza con la entrada de algo de comida, esta fue rápidamente eclipsada por el anuncio de la intensificación de la ofensiva, disipando cualquier atisbo de tregua y sumiendo a la población en una desesperación aún mayor. La precaria entrada de suministros no basta, y la situación se agrava con cada día que pasa.
Puntos de Distribución: Trampas Mortales
Santos no dudó en calificar los puntos de distribución de ayuda como «un espectáculo inhumano». Estos lugares, diseñados para ofrecer un respiro, se han convertido en «trampas mortales» donde no hay ni orden ni protección. La distribución de alimentos, agua y medicinas opera bajo la implacable «ley del más fuerte»: quien llega primero, se lo queda, dejando a los más vulnerables sin nada. Esta falta de suministros esenciales conduce a la malnutrición, que a su vez debilita el sistema inmunitario de una población ya de por sí castigada.
Además de la escasez física, la población de Gaza vive bajo una presión psicológica constante y devastadora. El ruido incesante de drones, los bombardeos, las demoliciones y el sobrevuelo de aviones militares crean un ambiente de terror permanente. Las heridas de bala y las muertes son algo cotidiano, lo que dificulta enormemente el trabajo de las organizaciones de emergencia y provoca el colapso total de los hospitales, que ya de por sí tienen recursos limitados.
El Éxodo de una Sociedad Destrozada
La coordinadora de emergencias de MSF también describió la destrucción de zonas enteras en la Franja donde «no quedan civiles ni edificios, solo ruinas». Esta devastación ha desencadenado un éxodo masivo: más de medio millón de palestinos avanzan a pie durante horas, buscando desesperadamente un lugar seguro. Sin embargo, en medio de esta huida, hay quienes deciden quedarse, aferrados a la dolorosa certeza de que, si se van, quizás nunca podrán regresar a sus ciudades, ahora convertidas en escombros.
El Compromiso Inquebrantable de MSF
Esperanza Santos concluyó su intervención con un llamado ineludible: el fin del conflicto debe llegar ya. Lo más urgente es detener esta barbarie, lo que implica cesar los bombardeos, levantar el asedio y garantizar el acceso inmediato de ayuda humanitaria. Subrayó, además, que cualquier posible tregua debe «poner al ser humano en el centro de las decisiones», recordando la importancia de la humanidad por encima de cualquier otra consideración.
A pesar de las complicaciones, los riesgos y las denuncias que han emitido, Médicos Sin Fronteras reafirma su compromiso inquebrantable de seguir ayudando y cooperando con la sociedad gazatí. En un comunicado oficial, la organización ha asegurado que su objetivo es continuar prestando apoyo a los servicios esenciales de las instalaciones del Ministerio de Salud, incluyendo los hospitales de Al Helou y Al Shifa, mientras estos sigan operativos. Su labor abarca:
- Consultas médicas
- Cirugías y partos asistidos
- Sesiones de salud mental
- Distribución de agua segura a miles de personas cada día
- Atenciones de urgencias
La labor de MSF es un faro de esperanza en medio de la oscuridad, un recordatorio de que, incluso en las peores circunstancias, la humanidad puede y debe prevalecer. Su denuncia es un grito para que el mundo despierte y actúe. La música puede ser el bálsamo, pero la acción es la cura.
Fuente original de la información: ABC –
Créditos de la imagen: afp