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Netanyahu interviene en la batalla que se libra en las carreteras de La Vuelta

Netanyahu interviene en la batalla que se libra en las carreteras de La Vuelta El ciclismo, esa epopeya de sudor, asfalto y estrategia, se ha convertido en el e...






Netanyahu interviene en la batalla que se libra en las carreteras de La Vuelta

El ciclismo, esa epopeya de sudor, asfalto y estrategia, se ha convertido en el escenario inesperado de un tenso drama geopolítico. La Vuelta a España, una de las competiciones más prestigiosas del mundo, está viendo cómo sus etapas se transforman en un campo de batalla ideológico. Y cuando parecía que la tensión no podía escalar más, una de las figuras políticas más polémicas del panorama internacional ha decidido entrar en escena: Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel.

Lejos de ser un simple evento deportivo, esta edición de La Vuelta está siendo marcada por constantes protestas pro-Palestina que apuntan directamente a uno de los equipos del pelotón. La situación ha llegado a tal punto que la política internacional se ha colado de lleno en la conversación, demostrando que el deporte nunca está del todo aislado de la realidad que lo rodea.

La Política Entra en el Pelotón: Netanyahu Aplude al Israel-Premier Tech

La controversia alcanzó un nuevo nivel cuando, este pasado viernes, Benjamín Netanyahu utilizó su cuenta oficial en X (la plataforma antes conocida como Twitter) para enviar un mensaje contundente. No era para hablar de estrategia ciclista ni para felicitar a un ganador de etapa, sino para respaldar públicamente al equipo Israel-Premier Tech, el principal objetivo de las manifestaciones.

«¡Excelente trabajo, Sylvan y el equipo ciclista israelí, por no ceder ante el odio y la intimidación! ¡Hacen que Israel se sienta orgulloso!», escribió el primer ministro. Unas palabras que no solo son un aplauso, sino una declaración de intenciones que eleva el conflicto de las carreteras españolas a una cuestión de orgullo nacional y resistencia política.

Un Equipo con Sello Personal: ¿Quién es Sylvan Adams?

El «Sylvan» al que se refiere Netanyahu no es otro que Sylvan Adams, el propietario del equipo y una figura clave para entender por qué la escuadra se ha convertido en un símbolo. Adams es un multimillonario empresario israelí-canadiense que amasó su fortuna en el sector inmobiliario, llegando a dirigir una de las mayores empresas de desarrollo de Canadá. Sin embargo, en 2015, su vida dio un giro radical: emigró a Tel Aviv y decidió invertir su pasión y su dinero en crear el primer equipo ciclista profesional de Israel.

Su objetivo siempre ha sido claro: utilizar el ciclismo como una herramienta para proyectar una imagen positiva y moderna de Israel en el mundo. Esta misión, sin embargo, también ha convertido al equipo Israel-Premier Tech en un pararrayos para las críticas y protestas relacionadas con el conflicto israelí-palestino.

Carreteras en Tensión: Las Protestas que Sacuden La Vuelta

El mensaje de Netanyahu no llega en un momento cualquiera. Coincide con una de las jornadas más caóticas de la competición, la mítica subida a L’Angliru, donde la tensión se podía cortar con un cuchillo. El desarrollo de la carrera se vio interrumpido brevemente cuando un grupo de manifestantes bloqueó la carretera justo antes del ascenso, obligando a la Guardia Civil a intervenir para dispersarlos y permitir que los ciclistas continuaran.

Pero el caos no se limitó a un solo punto. A lo largo de la etapa, se vivieron varios momentos de alta tensión:

  • En la localidad de Llanes, varios activistas intentaron de nuevo parar al pelotón.
  • Durante la subida a L’Angliru, algunos manifestantes llegaron a perseguir durante un tramo a estrellas como Jonas Vingegaard y João Almeida, creando una situación de peligro e intimidación.

El Precedente de Bilbao: Una Meta Sin Ganador

Estos incidentes no son un hecho aislado. Apenas dos días antes, la carrera vivió una de sus situaciones más extrañas y lamentables en la llegada a Bilbao. Cientos de manifestantes colapsaron el final de la etapa, lo que obligó a la organización a tomar una decisión drástica para garantizar la seguridad de los corredores: neutralizar la carrera.

El cronómetro se detuvo a tres kilómetros de la meta, y la etapa finalizó sin un ganador oficial en la línea de llegada, un hecho casi sin precedentes que demostró la capacidad de las protestas para alterar fundamentalmente el curso de la competición. Una victoria simbólica para los manifestantes y un dolor de cabeza mayúsculo para la organización de La Vuelta.

Así, lo que debería ser una fiesta del deporte se ha convertido en un reflejo de las fracturas globales. Entre el asfalto, las bicicletas y el esfuerzo titánico de los corredores, se libra una batalla silenciosa pero implacable. La intervención de Netanyahu no hace más que añadir combustible a un fuego que ya ardía con fuerza, dejando claro que, en esta edición de La Vuelta, se compite por mucho más que un maillot rojo.

Fuente original de la información: ABC – ABC

Créditos de la imagen: EFE

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