Parecía perdido en la primera curva pero Márquez tenía otro plan

Parecía perdido en la primera curva pero Márquez tenía otro plan
El circuito de Sachsenring, en Alemania, se vistió de épica este sábado. Bajo una lluvia insistente que ponía a prueba a los pilotos más valientes, presenciamos una de esas carreras que se quedan grabadas en la retina. Y en el centro de todo, como un director de orquesta controlando el caos, estuvo Marc Márquez. El catalán, que celebraba su carrera número 200 en MotoGP, nos regaló una actuación memorable en la carrera esprint, demostrando por qué es una leyenda viva de este deporte.
A pesar de partir desde la pole position, el inicio no fue el soñado. Pero como ya nos tiene acostumbrados, cuando las cosas se tuercen, es cuando Márquez saca su magia. Una remontada espectacular le llevó a conquistar su décima victoria en una carrera esprint esta temporada, consolidando su trono en los sábados y dejando a todos boquiabiertos.
Una salida de infarto y una remontada épica
La tensión se notaba en el ambiente antes de que se apagara el semáforo. Con la pista completamente mojada, la elección de neumáticos era una lotería. Casi toda la parrilla apostó por el compuesto blando de lluvia, pero Johann Zarco, desde la segunda posición, intentó jugar una carta diferente con el medio trasero, una decisión que pronto se revelaría como un error estratégico que lo hundió en la clasificación.
Cuando las luces se apagaron, Márquez arrancó con fuerza, pero la primera curva de Sachsenring es una trampa mortal en estas condiciones. El ’93’ se fue largo, perdiendo el control momentáneamente y viendo cómo sus rivales lo adelantaban sin piedad. Cayó hasta la quinta posición en un abrir y cerrar de ojos. El guion perfecto parecía haberse roto en mil pedazos.
Bezzecchi toma el mando en el caos inicial
El gran beneficiado de esta situación fue Marco Bezzecchi. El italiano, que partía tercero, aprovechó el hueco para hacerse con el liderato de la carrera. Detrás de él, un sorprendente Fabio Quartararo y el joven Pedro Acosta se colocaban en posiciones de podio, sacando partido también de una caída de Franco Morbidelli, que se fue al suelo mientras intentaba seguir la estela del piloto de Aprilia.
Con Bezzecchi al frente y Márquez relegado, la carrera parecía tomar un rumbo inesperado. Sin embargo, rendirse no es una palabra que exista en el diccionario del piloto de Cervera. Con una determinación feroz, Marc se aferró al manillar de su Ducati y comenzó su cacería. Vuelta a vuelta, empezó a marcar los tiempos más rápidos sobre el asfalto mojado, demostrando una fluidez y un control que parecían imposibles dadas las circunstancias.
Su remontada fue una auténtica clase magistral de pilotaje bajo la lluvia. A falta de seis vueltas para el final, ya se había colocado en segunda posición, con Bezzecchi en su punto de mira. La presa estaba localizada, y el depredador iba a por ella.
La batalla final y la gloria para el ’93’
Sintiendo la amenaza de Márquez pegada a su colín, Bezzecchi intentó subir el ritmo para abrir una brecha, pero era demasiado tarde. El catalán venía desatado, decidido a cerrar su fin de semana número 200 con una victoria. La lucha entre ambos fue sencillamente espectacular, un duelo de titanes que se extendió hasta la última vuelta.
En el último giro, Márquez se lanzó sin miramientos. Fue un adelantamiento arriesgado, al límite, pero ejecutado con la precisión de un cirujano. Aunque Bezzecchi intentó resistir, no pudo hacer nada para frenar la embestida del ocho veces campeón del mundo. Marc cruzó la meta en primera posición, desatando la euforia en el box de Gresini Racing.
Al finalizar, el propio Márquez admitía los riesgos tomados: «He fluido, he tenido menos sustos, podía girar mejor. Para coger a Marco he tomado riesgos, pero viene de serie«. Una declaración que resume a la perfección su estilo de pilotaje: puro instinto y valentía.
Un podio de titanes y sensaciones encontradas
El podio lo completó un renacido Fabio Quartararo, que no podía creer su resultado. «Ha sido increíble, nunca esperé acabar en esta posición. No tenía las mejores sensaciones en mojado, pero durante la carrera me he sentido bien, controlando el neumático trasero», comentó el francés, feliz por volver a los puestos de honor.
El podio final de la esprint de Sachsenring fue el siguiente:
- 1º – Marc Márquez (Ducati)
- 2º – Marco Bezzecchi (Ducati)
- 3º – Fabio Quartararo (Yamaha)
Luces y sombras en el resto de la parrilla
Mientras Marc celebraba, la historia era muy diferente en el otro lado del box de Ducati. Pecco Bagnaia, el vigente campeón, sigue en una espiral negativa. Finalizó en una discreta duodécima posición, siendo la peor de todas las motos de la marca italiana en la carrera. La distancia con su compañero de equipo en la general ya es de 138 puntos, una brecha que empieza a ser alarmante.
Para los otros españoles, la jornada fue agridulce. Pedro Acosta, que empezó con fuerza bajo la lluvia, tuvo una salida de pista que lo relegó a la mitad de la tabla, aunque pudo luchar y arrebatarle la novena plaza a Fermín Aldeguer. Por su parte, Álex Márquez no tuvo su mejor día; un toque con Quartararo en la salida lo hizo caer al séptimo puesto, donde finalmente terminó.
La jornada también nos dejó malas noticias en forma de lesiones. Maverick Viñales sufrió una dura caída en la clasificación y se perderá el resto del fin de semana por una fractura en el hombro izquierdo con afectación de ligamentos. Franco Morbidelli también tuvo que ser trasladado al centro médico para una revisión tras su caída en la carrera. Les deseamos a ambos una pronta recuperación.
Fuente original de la información: ABC –
Créditos de la imagen: EFE