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¿Puede controlar la presión arterial cambiar el futuro de su mente?

¿Puede controlar la presión arterial cambiar el futuro de su mente? La salud y el bienestar mental son temas de creciente importancia en nuestra sociedad actual...

¿Puede controlar la presión arterial cambiar el futuro de su mente?

La salud y el bienestar mental son temas de creciente importancia en nuestra sociedad actual. Recientemente, un estudio innovador ha revelado que reducir la presión arterial de forma intensiva puede tener un impacto significativo en el riesgo de demencia y deterioro cognitivo, incluso en personas sin diagnóstico previo de esta enfermedad. Esta investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature Medicine, involucró a casi 34.000 pacientes con hipertensión en áreas rurales de China, lo que destaca el potencial de este enfoque para afrontar la creciente carga global de la demencia.

El estudio en detalle

El ensayo fue liderado por Jiang He y su equipo del UT Southwestern Medical Center de Dallas, EE. UU. Se centró en pacientes mayores de 40 años que presentaban hipertensión no tratada. Un total de 17.407 pacientes recibieron no solo medicación antihipertensiva, sino también un asesoramiento exhaustivo sobre cambios en el estilo de vida, que incluía:

  • Pérdida de peso
  • Reducción de la ingesta de sal y alcohol
  • Seguimiento domiciliario de la presión arterial

En contraste, el grupo de control recibió atención habitual, la cual consistía en visitas médicas periódicas. Tras un seguimiento de cuatro años, los hallazgos fueron sobresalientes: el grupo que había recibido intervención mostró un 15% menos de riesgo de desarrollar demencia y 16% menos de deterioro cognitivo en comparación con aquellos que recibieron solo atención habitual.

La importancia de la hipertensión arterial

Los autores del estudio subrayan que es esencial investigar si esta reducción del riesgo se mantiene a largo plazo, más allá del periodo de seguimiento de cuatro años. Además, se señala que el ensayo no fue diseñado para comparar diferentes clases de medicamentos antihipertensivos y su efecto sobre el deterioro cognitivo.

Según las guías clínicas, los tratamientos recomendados como primera línea incluyen:

  • Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA)
  • Antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA-II)
  • Bloqueadores de los canales de calcio (BCC)
  • Diuréticos tipo tiazida

En China, el uso de BCC y ARA-II es común, ya que sus efectos secundarios son menores, lo que los hace más atractivos. Un metaanálisis que abarcó 15 estudios observacionales indicó que estos tratamientos se asociaron a un menor riesgo de demencia, aunque otros análisis recientes no encontraron evidencia concluyente sobre la eficacia de una clase de medicamentos sobre otra.

El impacto en la comunidad científica

El estudio presentado tiene un impacto considerable en la comunidad científica. Julia Dudley, directora de investigación de Alzheimer’s Research UK, destacó que este ensayo proporciona más pruebas de que tratar la hipertensión arterial podría ser una manera efectiva de reducir el riesgo de demencia. Este enfoque es especialmente relevante considerando que un informe reciente publicado el año pasado en The Lancet identificó la hipertensión no tratada como uno de los 14 factores de riesgo que explican casi la mitad de los casos de demencia en el mundo.

El neurólogo Masud Husain, de la Universidad de Oxford, también se mostró sorprendido por las conclusiones del estudio. Asegura que en solo cuatro años, la reducción significativa en la incidencia de demencia atribuida al tratamiento agresivo de la hipertensión arterial es notable. En su práctica, recomienda mantener la presión arterial por debajo de 140/80.

Un llamado a la acción

Este estudio refuerza la urgente necesidad de implementar acciones preventivas accesibles y escalables para combatir el aumento global de la demencia. Especialmente, en países de ingresos bajos y medios, donde se proyecta un incremento de los casos de demencia de 57,4 millones en 2019 a 152,8 millones en 2050.

En resumen, el control de la presión arterial no solo se convierte en una cuestión de salud física, sino también en un tema crucial para el bienestar mental de las futuras generaciones. Es momento de prestar atención a estos hallazgos y considerar seriamente el cuidado de nuestra salud cardiovascular como una clave fundamental para preservar nuestras capacidades cognitivas.

Fuente original de la información: ABC – R. Ibarra

Créditos de la imagen: PEXELS

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