⏱️ 7 min lectura

Qué esconde la música de Odón Alonso en Soria

Qué esconde la música de Odón Alonso en Soria Qué esconde la música de Odón Alonso en Soria El Otoño Musical Soriano, un festival que cada año nos sorprende con...






Qué esconde la música de Odón Alonso en Soria

Qué esconde la música de Odón Alonso en Soria

El Otoño Musical Soriano, un festival que cada año nos sorprende con su vibrante programación, ha vuelto a ser el epicentro de la cultura musical. Este año, la edición es especial, marcando cifras redondas que resuenan en el alma de Soria: el propio festival celebra sus 33 años, coincidieron los 150 años del nacimiento del inmortal poeta Antonio Machado, y se conmemoraron los 100 años del natalicio del visionario Odón Alonso, quien además fue el primer director de este evento musical que tanto amamos.

Odón Alonso, una figura clave en la historia musical española, mantuvo una conexión profunda y duradera con Soria. La ciudad ha honrado su legado en vida con diversos galardones, incluyendo el título de hijo adoptivo. Ahora, su huella imborrable se celebra con un concierto homenaje de la Orquesta Nacional de España (ONE), que nos transportó de vuelta al 28 de enero de 1995 al repetir el mismo programa que Alonso dirigió en aquella ocasión con la misma agrupación. Un viaje al pasado con la maestría del presente, ¡qué más se puede pedir!

Odón Alonso: Más allá del Podio

La figura de Odón Alonso nos recuerda una paradoja fascinante en el mundo de la música: la diferencia entre la fama efímera del intérprete y la trascendencia duradera del compositor. Sin embargo, Alonso trascendió esa distinción. Fue un director de orquesta que no solo interpretó, sino que modeló un tiempo, difundiendo el repertorio esencial, rescatando joyas olvidadas y apoyando la música española contemporánea con una dedicación inquebrantable. Su mirada progresista y su compromiso con la difusión musical lo convierten en una figura atemporal.

Para entender mejor la magnitud de su legado, Fernando Pérez Ruano ha publicado el fascinante prontuario «El maestro Odón Alonso y la Orquesta Nacional de España». Este libro, presentado justo antes del concierto de la ONE, revela la estrecha y prolongada relación entre Alonso y la Orquesta Nacional, que abarcó más de cuatro décadas desde 1956. José Manuel Aceña, director del Otoño Musical Soriano, y Félix Palomero, director técnico de la ONE, compartieron detalles conmovedores y rigurosos sobre esta colaboración que marcó una era.

Alonso fue un director de contrastes, descrito por el crítico Arturo Reverter como «irregular, no siempre seguro… pero de personalidad, potente y espectacular, corajudo y marchoso, emprendedor, casi suicida a veces; un animador». Esta descripción nos pinta a un artista que no temía arriesgar, que se atrevió con lo más complejo del repertorio y que siempre brilló con un talento musical innegociable. Su época fue políticamente compleja, pero culturalmente efervescente, un caldo de cultivo perfecto para una figura tan singular como la suya. Gran parte de su trabajo se conserva en el archivo sonoro de RNE, un verdadero tesoro para las nuevas generaciones.

Un Programa para la Memoria

Una de las genialidades de Odón Alonso residía en su habilidad para crear programas que no solo entretenían, sino que también educaban y provocaban la reflexión. El concierto homenaje de la ONE fue un claro ejemplo. Empezó con las «Danzas fantásticas» de Joaquín Turina, obras que, aunque deberían ser parte de nuestra memoria colectiva, rara vez se escuchan en la actualidad. Luego, nos sumergimos en «Nostálgico» de Carmelo Bernaola, un compositor fundamental para la música española moderna, pero también, tristemente, poco programado.

El programa culminó con la suite de «El caballero de la rosa» de Richard Strauss, una pieza que nos transporta a un tiempo irrecuperable con una belleza melancólica. El Palacio de la Audiencia de Soria, con su acústica desafiante, fue testigo del esfuerzo de la Orquesta Nacional, dirigida magistralmente por Nuno Coelho, un director con una solidez técnica impresionante y una generosidad expresiva que contagia. Los músicos se entregaron por completo para dar vida a estas obras, buscando la esencia de cada nota. Curiosamente, la orquesta encontró su plenitud en el preludio de «La Revoltosa», ofrecido fuera de programa, donde la precisión y el deleite se unieron para ofrecer una interpretación inolvidable.

La interpretación de las «Danzas fantásticas» de Turina fue un desafío, con momentos agrios y cierta incoherencia, hasta que la «Orgía», la más popular, encontró su orden y exactitud. «Nostálgico» de Bernaola brilló gracias a la impecable intervención del pianista Antonio Oyarzabal, conocido por su dedicación a recuperar obras de compositoras. Su versión, metódica y evocadora, capturó la «ilusión de improvisación» que la pieza sugiere, como bien destaca Sonia Gonzalo Delgado en el libro del festival. Esta obra de Bernaola, con su alusión al tiempo, nos recuerda la responsabilidad que tienen los programadores de no dejar que estas joyas caigan en el olvido, una filosofía que Odón Alonso siempre defendió.

Finalmente, la suite de «El caballero de la rosa» se convirtió en un diálogo entre la orquesta y el director, donde la complejidad de la textura orquestal se fue cohesionando gracias al encanto de los solos y la calidad individual de cada instrumentista de la ONE. Nuno Coelho, un director que sabe llevar la música a su terreno, cerró la suite con un triunfo de la lógica y el buen hacer, demostrando su capacidad para dominar las circunstancias y los medios.

El Cuarteto Casals: Una Nueva Etapa

Pero el Otoño Musical Soriano no se detiene aquí. La programación también nos trajo la actuación estelar del Cuarteto Casals en el Aula Tirso de Molina, un espacio histórico que añade un toque místico a cada nota. El Cuarteto, ahora renovado con Cristina Cordero en la viola, sigue siendo un referente de calidad y rigor. Su concierto en Soria fue una verdadera demostración de facultades y pasión.

Comenzaron con el cuarteto nº 3 de Arriaga, buscando un color y una atmósfera particular con el uso de arcos específicos. La alternancia de primer violín entre Vera Martínez-Mehner y Abel Tomàs es una de sus señas de identidad, y en esta obra, Abel Tomàs lideró con una gestualidad apasionada y una entrega formidable, transformando el gesto en un elemento clave de la interpretación. La robusta columna sonora del Casals, liderada por su primer violín, se manifestó en una ejecución minuciosa y vehemente, con capas sonoras que se aclaraban poco a poco, revelando la expresividad del segundo movimiento y la rotundidad del cuarto.

En el cuarteto nº 6 de Shostakovich y el nº 13 de Beethoven (culminado, como fue originalmente, con la imponente «Grosse Fuge»), Vera Martínez-Mehner tomó el mando como primer violín. Aquí, la interpretación fue más introspectiva, esencialmente elocuente y profundamente grave. El Casals está inmerso en la grabación de la integral de los cuartetos de Shostakovich, lo que les permite una comprensión y una interiorización de estas obras asombrosa, interpretándolas con una seguridad absoluta y una ejecución instrumental impecable. Logran transformar el enigma de Shostakovich en una sensación de camino aún por recorrer, de puntos suspensivos que nos invitan a la reflexión.

La versión del cuarteto nº 13 de Beethoven fue simplemente extraordinaria, especialmente la «Grosse Fuge». Con una consistencia brutal, en la que la labor de Arnau Tomàs en el violonchelo fue fundamental, el Cuarteto Casals se atrevió con una interpretación que muchos considerarían «suicida» por su audacia y fuerza. Es en momentos así, oprimidos y liberados con tal vehemencia, cuando la música de genios como Beethoven alcanza nuevas dimensiones. Este Otoño Musical Soriano, con el legado de Odón Alonso y la maestría de artistas como el Cuarteto Casals, nos sigue demostrando la increíble riqueza y profundidad de la música clásica.

Fuente original de la información: ABC – Alberto González Lapuente

Créditos de la imagen: Otoño Musical Soriano

Leer noticia original