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¿Quién está detrás del rayo de Aladdin Sane?

¿Quién está detrás del rayo de Aladdin Sane? ¿Quién está detrás del rayo de Aladdin Sane? Amigos rockeros y apasionados de la cultura pop, ¿listos para desenter...






¿Quién está detrás del rayo de Aladdin Sane?

¿Quién está detrás del rayo de Aladdin Sane?

Amigos rockeros y apasionados de la cultura pop, ¿listos para desenterrar los secretos detrás de una de las imágenes más reconocibles de la historia musical? Estamos hablando, por supuesto, de la icónica portada de ‘Aladdin Sane’ de David Bowie. Esa imagen minimalista, pero cargada de simbolismo, con un rayo rojiazul que parte en dos el rostro del Duque Blanco, es tan potente que se ha grabado en el imaginario colectivo. Basta con ir a cualquier festival o concierto para ver ese rayo adornando camisetas, gorras y, sí, muchísimos tatuajes. Pocos diseños pueden rivalizar con su omnipresencia, quizás solo el que separa las letras AC y DC tenga un lugar tan privilegiado en la iconografía rock.

Pero, ¿alguna vez te has preguntado quién ideó esa chispa de genialidad? La historia detrás de la creación de esta maravilla visual es tan fascinante como el propio Bowie. Agárrense, porque vamos a desvelar los nombres y las anécdotas que dieron vida a esta joya.

El Origen Sorprendente del Famoso Rayo

La fotografía original que sirvió de base para la portada fue obra del talentoso Chris Duffy. Y aquí viene el primer giro inesperado de la trama: el rayo, tal como lo conocemos, estuvo a punto de ser mucho más discreto. En las maquetas iniciales, era apenas un pequeño garabato en el pómulo de Bowie. Menos mal que el destino tenía otros planes, ¿verdad?

Fue durante la sesión de fotos, que tuvo lugar en enero de 1973 en el estudio de Duffy en el norte de Londres, cuando ocurrió la magia. El padre de Chris, ni corto ni perezoso, apareció en escena, tomó un pintalabios y, sin pensárselo dos veces, dibujó un contorno de rayo mucho, mucho más grande directamente sobre el rostro de Bowie. Y así, ¡tac!, nació el legendario ‘Aladdin Sane’ que hoy conocemos. Una anécdota que demuestra cómo los pequeños detalles, o en este caso, los grandes trazos, pueden cambiar el curso de la historia del arte.

Un Equipo de Estrellas para una Portada Legendaria

Pero el rayo no fue el único elemento en esta obra maestra. Hubo otros artistas involucrados que aportaron su toque mágico. El artista británico Philip Castle, un nombre que quizás les suene por su trabajo en los icónicos carteles de la película ‘La naranja mecánica’ de Stanley Kubrick, también dejó su huella. Castle se encargó de los retoques en las pestañas de Bowie y añadió un detalle sutil pero distinguido: una marca de agua en el hombro del artista, aplicada con aerógrafo, que le daba un toque aún más sofisticado a la imagen.

Y no podemos olvidarnos del maestro del maquillaje, Pierre Laroche. Él fue el encargado de llevar a la realidad el diseño del rayo y de todo el estilismo facial. Su trabajo fue tan excepcional que siguió siendo el maquillador de Bowie durante toda la gira de 1973 y, de hecho, también para la sesión fotográfica de la portada de ‘Pin Ups’. Un verdadero genio detrás de las brochas y los colores.

Lujo y Ambición: La Portada Más Cara de su Época

La calidad de esta portada no fue una casualidad. Tony Defries, el mánager de Bowie, tenía una visión clara: quería que la portada fuera lo más espectacular y costosa posible. ¿Por qué? Para impresionar a la discográfica RCA y asegurarse de que pusieran toda la carne en el asador para promocionar el álbum. Y vaya si lo consiguió.

La foto fue realizada con una técnica de impresión por transferencia de tinta, un proceso de altísima calidad y, a principios de los setenta, extremadamente caro. Además, Defries insistió en usar un sistema de siete colores, algo inédito en una época donde lo habitual eran solo cuatro. El resultado: una imagen lujosa que se convirtió en la portada de disco más cara jamás realizada hasta ese momento. Un auténtico objeto de lujo en sí misma, que sentó un precedente en la industria.

El Significado Oculto del Rayo

La idea del relámpago, según el propio Duffy después de la muerte de Bowie, pudo haber estado inspirada en un anillo que Elvis Presley solía usar, grabado con las letras TCB (Taking Care of Business) y un rayo. Sin embargo, el biógrafo Nicholas Pegg sugiere una interpretación más profunda, que conecta directamente con la esencia del álbum. Para Pegg, el rayo simboliza la personalidad «dividida por la mitad» del personaje de ‘Aladdin Sane’, el alter ego que Bowie adoptó en esa época, y refleja los sentimientos encontrados del artista ante la fama y las exigencias de su gira por Estados Unidos.

Esta imagen es tan poderosa y simbólica que el crítico Mick McCann la calificó como «la Mona Lisa de las portadas de discos», e incluso tiene su propia teoría curiosa sobre el origen del rayo, afirmando que Duffy y Laroche lo copiaron de una simple olla arrocera National Panasonic. Sea cual sea la verdad, su lugar en la historia es indiscutible: Billboard la incluyó en 2022 entre las 50 mejores portadas de discos de todos los tiempos.

El Archivo Duffy: Un Tesoro que Sale a la Luz

Y la historia no termina aquí. La prestigiosa casa de subastas Bonhams será la encargada de vender la fotografía original al mejor postor el próximo 22 de octubre. Se estima que esta venta podría romper récords, convirtiendo la portada de ‘Aladdin Sane’ en la portada de disco más cara jamás vendida, con un precio que podría superar las 300.000 libras esterlinas (más de 344.000 euros), desbancando a la portada del álbum debut de Led Zeppelin.

Este lote, parte de un archivo de 35 artículos de Duffy, no solo incluye la icónica imagen, sino también piezas cargadas de historia como el taburete original donde Bowie se sentó para la sesión, una de las dos únicas hojas de contacto existentes y la cámara Hasselblad 500C que Duffy utilizó. Esta cámara tiene su propia leyenda, ya que Duffy fue parte del famoso “Trío Terrible” junto a David Bailey y Terence Donovan, quienes documentaron la efervescente capital cultural de Londres en los sesenta.

Para cerrar este viaje por la historia de una leyenda, recordemos que, en Brixton, el barrio londinense que vio nacer a Bowie, un imponente mural del artista australiano James Cochran, pintado en 2013, rinde homenaje al Duque Blanco. Y, como era de esperar, ¿adivinen qué imagen fue elegida para inmortalizarlo? Sí, la inolvidable portada de ‘Aladdin Sane’. Porque hay imágenes que, simplemente, trascienden el tiempo y se vuelven eternas.

Fuente original de la información: ABC –

Créditos de la imagen: bonhams

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